24. Tan educada como siempre Anderson.

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Anderson sostenía una tarta de frambuesas en sus manos mientras esperaba que la puerta fuera abierta, se había puesto un vestido color menta ajustado en la parte superior y suelto de abajo, unos 10 cm arriba de las rodillas.

— Hola preciosa. — Chris le abrió la puerta a su novio, el llevaba una camisa semi formal, y Jeans ajustados negros, se veía muy apuesto para Anderson.

— ¿Vine bien vestida? — Le preguntó a su novio girándose un poco, el vestido no era muy corto, pero le llegaba muy pocos centímetros arriba de la rodilla.

— Hermosa como siempre. — Asintió dejándola pasar. Ella estaba nerviosa. — ¿Nerviosa?— Ella asintió.

— ¿No son alérgicos a las frambuesas, ni arándanos? ¿Verdad? — Preguntó causando que Chris riera escandalosamente.

— No, a nada. — Rió.

— Chicos ya estamos en la cocina. — Habló fuerte la madre de Chris. Él sostuvo su tarta y le tendió una mano para que ella se relajará.

— Van a amarte, relájate. — Le susurró en el oído y besó su mejilla.

— Oh ahí estás. — La madre de Chris se acercó a abrazar a Anderson de manera tan cálida que a la chica le pareció increíblemente cómodo para ella.

— Buenas Noches Sr. y Sra. Johnson. — Habló Anderson, viendo al padre de Chris sentado en la mesa. — Ah y Srita. Johnson. — Dijo ella avergonzada a la chica de cabello rubio y ojos como lindos zafiros, increíblemente hermosa, ella no encajaba ahí.

— Tan educada como siempre Anderson. — Le sonrió la madre de Chris. — Pero llámame Sophie.— Le pidió.

— Oh no debería Sra. Johnson. —

— Anda no hay ningún problema.

— Ok Sophie. — Sonrió Anderson.

— Ah y ellos son James. — Le apuntó al padre de Chris que era bastante idéntico a su hijo. Anderson se acercó a tomar su mano.

— Un placer Señorita. —

— El gusto es mío Señor Johnson. — Contestó ella con una sonrisa, y él asintió también.

— Y ella es Iara. — Le señalo a la chica hermana de Chris.

— Mucho gusto. — Le sonrió Anderson a la chica. Y esta vio con desconfianza la mano de Anderson y no la tomo. Entonces Anderson la retiro avergonzada.

— Iara ya estás grande compórtate. —

— Se supone que iba a ser una cena en familia. — Rugió Iara molesta.

— Yo... Si interrumpí la noche de su cena en familia, puedo retirarme no hay ninguna molestia. — Dijo Anderson temiendo haber metido la pata.

— No te preocupes, Iara solo viene durante esta semana y a mí me pareció correcto que Chris te presentará oficialmente. — Anderson asintió y Chris fue a sentarse. Anderson vio a Sophie sirviendo la comida con tranquilidad, y se acercó a ayudarla. Iara rodó los ojos y Chris la vio mal para que se comportara. Cuando se sentaron a comer la primera en hablar fue Sophie.

— Cuando Chris me dijo que eras su novia estaba muy contenta. — Dijo con una sonrisa la Sra. Johnson. — Creí que no le darías ni la hora. — Anderson rio con ella.

— Su hijo es muy amable y paciente conmigo. Tiene muy buenas cualidades creo que lo extraño es que él quiera salir con alguien como yo. — Dijo Anderson sonriente.

— ¿Cómo tú? — Preguntó el Sr. Johnson.

— Si, en realidad no hablo mucho y soy bastante callada. — Dijo subiendo sus hombros.

— Oh. Pero prefiero una y mil veces que tú seas la novia de mi hijo a las vulgares y estiradas hijas de mis socios. — El Sr. Johnson soltó una carcajada ronca, haciendo reír y negar a Chris y Anderson no sabía que contestar a ello.

— Lo mismo digo. No voy a negarlo Chris la Srita. Anderson es un buen partido para ti hijo. — Dijo Sophie centrando su atención en Anderson quien estaba colorada, porque ella no se describiría así.

— ¿Cómo van en el Instituto? — Preguntó el Sr. Johnson de repente.

— Las notas de Chris han mejorado. — Comentó su madre con una sonrisa.

— Anderson es mi tutora. — Dijo este con una sonrisa. El padre de Chris vio a la chica.

— ¿Y tus notas también son buenas? — Christoffer carcajeó.

— Son las mejores en el instituto papá. — Dijo Chris orgulloso de su novia, el padre de Chris asintió con una sonrisa le agradaba la chica.

— ¿Y qué te gusta del cerdo de mi hermano? — Por primera vez desde que comenzaron a cenar Iara Johnson abrió la boca.

— No sé. — Anderson frunció el ceño extrañada. Destapando la botella del vino la Señora Johnson.

— ¿Bebes? — Le pregunto a Anderson.

— No gracias. — Negó ella. No le gustaba el vino.

— ¿Quieres algo más suave? — Anderson negó.

— Con Agua está bien. —

— Anderson no bebe mamá. — Dijo Chris prestándole atención a su novia, mientras Sophie Johnson servía el vino, Anderson levantó su servilleta para limpiar con cuidado la mejilla de su novio.

— No contestaste mi pregunta. — Mencionó Iara.

— Iara. — La miró mal su hermano.

— Sinceramente no lo sé. — Confesó Anderson. — Pero quizá lo que más me gusta y tranquiliza es su actitud despreocupada. — Contesto con sinceridad, todos fruncieron el ceño incluido Chris. — Me gusta que da todo de sí, en las cosas que le gustan o importan, el llevó a las nacionales al equipo el año pasado, no me asombraría que esta vez también. Siempre logra lo que se propone me agrada que un chico sea decidido. — Dijo Anderson sincera. Sophie Johnson suspiró aliviada por la respuesta.

— Se nota que no conoces bien al imbécil. —

— Iara. — Le llamó la atención su padre y Anderson carcajeó llamando la atención y embobando a todos en la mesa.

— Si, Christoffer puede ser un poco despistado a veces. — Rió Anderson dándole la razón a su cuñada, quien rio de repente con ella también.

— Oye Nena. — La vio mal su novio.

— Lo siento Cariño, pero tu hermana tiene razón. — Iara le sacó la lengua a su hermano, y el Sr. Johnson sonrió aliviado.

— ¿Qué tal si probamos de la tarta que trajo Anderson? — Todos asintieron y Anderson se sintió nerviosa de repente, ayudando a Sophie Johnson a servirla. Anderson se quedó expectante a ver que tenían que decir mientras ella también comía de la tarta. 

El Demonio es un Ángel © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora