17. Chris es su novio.

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— ¿Te gusta? — Christoffer tomó la mano de Anderson para entrar a la gran casa de Mathew que quedaba cerca del instituto por lo que era la mejor opción para hacer la dichosa fiesta. Estaba feliz porque habían ganado el partido, y por eso pretendía intentar hacer algo bueno durante la noche.

— No me gustan las fiestas Chris, pero es cómodo estar contigo. — Dijo Anderson caminando dentro de la mano con él.

— Ya que no te gusta bailar ¿Por qué no vamos a beber algo que no tenga alcohol? — Le preguntó siendo considerado con su novia, ella asintió totalmente sonriente.

Caminaron entre el salón, y las luces paseaban entre los adolescentes cambiando de entre luces rojas, verdes, azules y amarillo que luego volvían a repetirse. Se sentó en un sillón esperando a Chris, quien intentaría no aburrirse demasiado.

— Bueno la mayoría de la gente ya se está emborrachando. — Mencionó Chris regresando con Anderson al sillón. Ella sonrió.

— ¿Crees que es cierto eso de que la gente se emborracha y no recuerda nada al día siguiente? — Preguntó Anderson con interés luego de ver como un chico se subía a una barra, y con él una chica también a quitarse la poca ropa que llevaba.

— Suele ocurrir. — Dijo Chris bebiendo un poco de su bebida con licor. — Aunque en realidad casi siempre te sientes consiente de lo que haces. — Chris sonrió luego de beber y ponerse a besar a su novia, quien sonreía maravillada por tener toda la atención de su novio.

— ¿No te ha sucedido nada así? — Chris negó terminando de una vez su bebida. Y volviendo a besarla de manera feroz. — ¿Por qué sabes tan amargo? — Le preguntó ella un poco nerviosa por la cercanía de su novio es solo que aún le molestaban sus muestras de cariño en público.

— Es el licor. — Sonrió Chris totalmente embobado por su novia. Quería arrancarle ese vestido suelto que, aun cuando no era su función a ella la hacía lucir como una chica ingenua que, aunque no lo era para él, le parecía atractivo y hasta sexy. — Estás hermosa. — Le susurro cerca de los labios.

— Gracias tú también eres muy guapo cariño. — Dijo ella sonriente y besando su nariz.

— Eso ya lo sabía. — Dijo Chris carcajeándose. — Pero tú eres muy bonita porque te hicieron con amor. — Dijo levantando las cejas y causando carcajadas en Anderson.

— A ti sí que te hicieron con amor lindura. — Dijo Anderson con los ojos entrecerrados sin dejar de ver a su novio. Y Chris carcajeó negando.

— Qué asco no quiero ni imaginármelo. — 

— Yo sí, tu mamá es muy linda. — Dijo Anderson causando una mirada de horror por parte de Chris, y ella solo rio más. — Esta bien dejemos el tema de tus padres. — Él seguía en shock y Anderson carcajeando.

Wyatt entro a la fiesta, ganándose miradas de admiración por muchas chicas y respeto por los chicos, observo a Anderson platicando con soltura con su novio en un sillón pegado a una pared de la sala, se le revolvió el estómago ver como esa ingenua chica dejaba que su novio tocara sus rodillas y jugara tranquilo con el ruedo de ese vestido.

Estaba escrito, perdería su apuesta y solo tal vez, tal vez, ella aún quería hablar con él y ser su amiga. ¿Pero en que estaba pensando? ¿Esa mocosa podría ser su amiga? Rodó los ojos.

Observo a una chica que le sonreía exageradamente con el cabello oscuro, hizo una mueca y la ignoró quería acostarse con una rubia, senos grandes y trasero aún más grande, tal vez buscaba una réplica de Maya la única ex novia con la que no se había acostado Chris y que, aunque Wyatt no quisiera admitirlo era un poco especial, diviso a su ganadora hablando con Ángela en el patio, listo tenía a la chica de la noche en su radar.

🍺


Después de unos minutos con la chica en la planta superior, se puso su camisa. Y bajo a paso lento. La chica había estado increíble en la cama, pero le apestaba la boca y sus gemidos le parecían muy hilarantes.

Volteo a ver extrañado cuando una multitud se reían de alguien. Christoffer estaba en otro extremo totalmente borracho bailando con una pelirroja, y Anderson estaba en una esquina del salón llena de cerveza que Owen le había lanzado apropósito, la chica seco su cabello, sin dejar de ver a los ojos a Owen.

— Tú te lo ganaste rata de biblioteca. — ¿No se suponía que Chris era su novio? ¿Por qué no la defendía?

— ¿Es lo mejor que tienes musculitos? — Anderson sonrió mientras tomó una jarra y le lanzó el contenido a Owen bañando esos caros zapatos de diseñador, y su cabello estratégicamente peinado. Algunos contuvieron el aire. Incluso un cubo de hielo se quedó atorado en una pretina de su chaqueta. Lo que se escuchó después fue la carcajada de Anderson, Owen quería molerla a golpes. Pero Wyatt lo detuvo.

— Relájate tu empezaste. — Dijo Wyatt sonriente al ver a Owen empapado y un poco humillado, nadie le llevaba la contraria, bueno tampoco a Wyatt. A Ambos les tenían mucho miedo.

— ¿Quién la invitó? — Preguntó Owen ofendido.

— Chris es su novio. — Habló Wyatt, decir que Chris era su novio solo le revolvía el estómago. Pero seguía sosteniéndole la mirada a Owen. — El la trajo. — Los demás evitaron la mirada que Wyatt les lanzaba para que siguieran divirtiéndose e ignoraran lo que estaba pasando ahí y eso hicieron por miedo a Cooper, y dejaron de reírse de Anderson.

— Dile a Chris que se la coja, pero que ya no la traiga a las fiestas no la quiero ver en mi camino. — Owen tuvo que hablar fuerte porque la música se escuchaba más alta. Anderson escuchó todo, pero solo lo ignoró.

A Anderson le zumbaban los oídos, así que se levantó completamente bañada en cerveza, contuvo el aliento cuando observo que al menos su teléfono había estado a salvo en esa chaqueta de mezclilla. Suspiró y comenzó a caminar a la salida.

Observo la hora casi eran las doce de la medianoche, tendría que pagar un taxi. Se llevó las manos a la nuca, y sonrió jamás se había sentido tan bien, se había divertido de manera extraña, y había estado platicando por mucho tiempo con su novio que luego se embriago. Un motor bastante escandaloso rugió cerca de ella.

— Creía que te la habían tirado. —

— Es nueva. Y lo mejor de lo mejor. — Ella vio la moto con detenimiento.

— ¿Es cara, cierto? — Pregunto y Wyatt asintió. — ¿No mataste a alguien para conseguirla? —

— Casi le cortó el cuello a ese alguien, pero no, no lo maté. — Se rió al ver el horror en Anderson. — ¿Qué pasó con Owen? Creí que ibas a golpearlo. — Ella sonrió.

— Yo también pensé que iba a golpearlo si se acercaba más. — Dijo nerviosa. — Pero no me gusta la violencia, aunque él necesite una lección. Pensé que ibas a dársela. — Wyatt hizo una mueca. — Ya sé, aún no somos lo suficientemente amigos como para que me defiendas. — Rio. — Tranquilo se cuidarme sola. — Wyatt negó algo le decía que ella no le haría daño ni a una hormiga.

— Súbete. — Pidió, Anderson hizo una mueca.

— Estoy empapada voy a mojarla.— - Él rió, y negó.

— Eso se arregla con esto. — Se sacó la chaqueta y la puso en asiento trasero para que Anderson se sentará sobre ella. Anderson vio con detenimiento los brazos fuertes de Wyatt llenos de esos tatuajes. Suspiro era la moto o pagar un taxi que no quería pagar. Anderson se acercó a la moto. — Siéntete bendecida vas a estrenarla. — Wyatt sonrió mientras le pasó el casco.

— Gracias creo que soy bendecida. — Contestó ella con una sonrisa, y él sonrió para comenzar a conducir a su casa.

El Demonio es un Ángel © ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora