Capítulo 13.

36 4 0
                                    

Pasada una semana intensa para Stacy, quien entre nervios y miedo, seguía ocultando los mensajes de textos que le llegaban casi siempre en el mismo horario. A eso se le sumaba el alejamiento con Anthony, sólo el día miércoles pudieron hablar por video-llamada que fue interrumpida porque él ya había planeado una salida con sus amigos y no quería hacerlos esperar.

Era un domingo por el mediodía, los cuatro hermanos esperaban con comida a Marcus, Lea y Leo, quienes fueron por la mañana a sacar unos pasajes para ir a ver a la madre de Marcus. La nana Sabrina no la pasaba bien, su salud se encontraba bastante deteriorada y le quedaba poco para fallecer, así que los médicos les recomendaron a los familiares que la visiten y estén con ella el tiempo que le quedaba.

Stacy estaba en su mundo, y le decía a su padre que le mande saludos a su abuela. En realidad nana Sabrina no era muy de los niños y sólo había sido cariñosa con Lisa y Leo, por ser los menores. Ella no quería que su hijo tuviera tantos hijos a una temprana edad, entonces su relación con la de los tres mayores era muy estrecha.

Marcus y Lea junto al pequeño se despidieron de sus hijos y dijeron que se quedarían allí el tiempo necesario o que, otra opción, era pasar un día con ella y dejar que sus otras dos hermanas menores también lo pasen con su madre.

Scott era el único que mantenía más contacto con sus tías paternas, porque luego de que él y Caroline nacieran, ellas y Marcus tomaron distancias por ciertos motivos que los niños no conocían. Caroline no quiso saber más de ellas cuando fue creciendo, tal vez por apoyar al enojo de su padre sin ser consciente que era más un problema de ellas dos que de Marcus, al final él creía con fervor que había hecho un bien y que era una buena persona, porque ayudaba más de lo que los demás creían.


—¿Con qué se vestirán? —Entró Caroline a la habitación de Lisa donde se encontraban sus dos hermanas menores.

—Aún no lo sé —contestó Lisa, mirando unos vestidos o un conjunto color amarillo.

—Tampoco lo sé —intervino Stacy, en sus manos sostenía un vestido color rosado y otro color lila con flores blancas.

—Por lo que sé los amigos de Scott son muy apuestos.

Scott había invitado a sus hermanas a una salida con sus amigos, era más por deber que por gusto, aunque él mantenía contactos y buena correlación con todas salvo Caroline, con quien varias veces discutían porque tenían pensamientos opuestos aunque al final de cuentas ambos querían tener razón.

—Bien por ellos. —Stacy les sonrió a ambas y fue a su habitación para terminar de cambiarse.

Optó por el lila, que era un poco ajustado al cuerpo, unas sandalias chatitas y dejó su cabello al natural porque hoy quería tener esas ondas que se le formaban cuando lo dejaba secar. Ella y Leo eran a los que más se les notaba el cabello ondulado.

Fue la primera en maquillarse y a los diez minutos ya se encontraba parada en el hall, esperando a los demás.

—Hermanita, qué linda —habló Scott abrazándola por el cuello.

—Gracias, tú también luces lindo.

—Lo sé, gracias. —Los dos rieron—. ¿Las chicas ya bajan? Porque mis amigos están llegando y no les gusta esperar.

—Supongo que sí. 

—Stacy, necesito un favor.

—¿Cuál? 

—Uno pequeñito pero sólo tú puedes hacerlo.

Ella rió negando: —no exageres.

—Eres la única que puede ayudarme.

Desde los ojos de Violet.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora