Violet se encontraba viviendo sus veinticuatro años, unos trece meses después de todo ese incidente, estaba ya establecida: alquilaba un departamento en pleno centro y le faltaba muy poco para terminar su residencia, al principio le costó pero con el tiempo empezó a tomarle la mano. Había conseguido hacer un reemplazo en una secundaria, para los alumnos de quince a dieciséis años.
Siendo consciente de que quería estar mejor, cinco meses más tarde, decidió empezar una terapia de grupo, después de que Catalina y Maxwell la visiten, ella habló con una compañera de piso que asistía a una iglesia,y como esa idea no le convencía del todo, buscó ayuda junto a otras personas, tampoco se animaba todavía de hacer algo ella sola.
En su primer día de terapia, que duraba unos cuatro meses, debía quitarse los zapatos e ir lo más ligera de ropa posible, participar de diferentes actividades recreativas donde se conocían entre todos, eran en total quince personas de varias edades.
A la segunda clase, el instructor, le pidió que redactaran un cuento o un guión del que podrían inspirarse para darle estructura a una filmación, la condición: debía ser basado en su vida y si ellos querían cambiaban los personajes, le agregaban ficción o detalles pero siempre siendo fieles a lo que sucedió en su vida.
Continuaba también con diferentes técnicas en donde pasaban por la infancia, unos meses antes y después, en donde podías, como adulto, brindarle lo que sea que quisieras a ese bebé que necesitaba quizás amor, protección o seguridad; algo que le impactó a Violet demasiado fue una carta que debía realizarse a sí misma pero siendo adolescente y en su juventud.
Lo que a ella más le costaba era cuando le tocaban los ejercicios de conocerse a sí misma, si bien al principio ninguno de los participantes lograban completarlos ya que se quebraban en medio, Violet al menos al final podía terminar la tarea, donde debía escribir cualidades de sí misma; y además también era escribir dos o más acciones que realizó en su día a día y dos o más que podría mejorar, buscando y detallando en específico lo que podía hacer, la forma en que lo haría. Los últimos encuentros se trataba del perdón, de revelar su enojo a todas las personas que la lastimaron, poder perdonarlas y luego ver qué haría con lo que sentía ella misma.
En varias ocasiones Violet quería dejar la terapia, pensaba que no tenía sentido y que nada de eso le ayudaría, más bien implicaba un gasto de dinero y tiempo, pero con el pasar de los días encontró a personas y compañeros o compañeras geniales, y le gustaba porque en ellos apareció la sensación de familia, que venía buscándola hace bastante tiempo.
La última actividad consistía en responder a unas cuantas preguntas: ¿quién soy? ¿quién quiero ser?
—No me importan los demás, sólo me importa que esté bien y sea feliz yo. Soy más que un nombre, un peso, una talla, una forma de vivir, una nota o un comentario de terceros, soy una persona. —Aquella oración que partía de otro gran discurso en donde Violet respondía ante todos aquellas dos preguntas, fue celebrada con fuertes aplausos y palabras de aliento a seguir, siendo felicitada por sus demás compañeros e instructores.
Violet aprendió a quererse y a mirarse al espejo todos los días. Apreciar cada parte de su ser y darse cuenta que siempre iba a poder, y se levantaría las veces que ella quisiese. Logró ver a través de lo físico, acordándose siempre que sus ojos comunicaban, por medio de ellos empezó a tomar noción de cuánto valía y quién era realmente, incluso transmitían enojo, dolor o cansancio, así como también alegría, amor, confianza y felicidad; mostraban demasiado, más de lo que ella podía notar si quiera. Las miradas siempre expresaban y relevaban algo, incluso las mentiras tanto para los demás como para uno mismo, sólo hay que prestar atención y ser conscientes.
A pesar de querer ocultarlo, ella a menudo se había sentido prisionera de un nombre, ya sea Stacy, Mia, Violet...
No encontraba ese intermedio en donde pueda soltarse y experimentar la vida desde el punto en que ella quisiera, decidir sobre sí misma y sobre sus metas, ya sea por miedo o por simple sumisión inconsciente, para permanecer y tener personas a su alrededor, evitando a toda costa la soledad, que al final la terminó viviendo.
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Desde los ojos de Violet.©
Fiction généraleStacy lo tiene todo en su vida. Emocionada por entrar a la universidad junto a su novio Thony, descubre una verdad que modifica parte de ella. A partir de eso, empieza a dudar y temer de las personas en quien siempre confió, y no puede responder a u...