Capítulo 31.

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Transcurrió un mes en donde Violet entabló una mejor relación con Ben y Cameron, al mismo tiempo ignoraba a Anthony, quien al principio le daba igual aunque con el paso de las clases era bastante notorio en algunos momentos la manera en que lo dejaba de lado o en su alejamiento.

Había veces en donde la ansiedad le entraba de golpe y salía corriendo hacia el baño, permanecía encerrada mientras respiraba lento, se lavaba el rostro y tomaba un poco de agua.

Siendo el mes de abril, más preciso aproximándose su cumpleaños el día 13, Violet dialogaba con Maxwell y Catalina sobre qué podía realizar ese día. Estaba segura de que no haría una gran fiesta porque todavía no confiaba en ellos pero tampoco quería pasarlo encerrada en el departamento soplando las velas y mirando televisión o durmiendo, les comentó que le apetecía probar una actividad diferente, algo que rompa un poco su rutina y donde lo pase con sus seres queridos.

Llegado el lunes 13 de abril, optó en cenar acompañada de Maxwell y Catalina a un restaurante y después iría con Oliver y Cameron a un bar para pasar el rato.

—Felicidades —comentó Catalina tendiéndole una pequeña bolsa que contenía una cadenita de oro con un dije en forma de árbol— es un regalo que me dieron cuando cumplí los dieciocho también.

—Aw, es muy tierno. —Sonrió Maxwell.

—Muchas gracias, Catalina. —Le besó la mejilla—. Está muy delicada.

—Sí y de nada.

—¿Les puedo sacar una foto? —preguntó Maxwell, ambas asintieron y se juntaron en un abrazo sonrientes mirando al lente de la cámara, él gracias a su trabajo logró comprarse un nuevo teléfono con un mejor flash que posibilitaba más definición a las imágenes que tomaba.

—Luego lo hacemos imprimir —habló Catalina tomando un poco de vino y degustando el plato de pastas con salsa de cuatro quesos—, mm está muy rico.

—Sí —respondió Violet más concentrada en el mensaje de Oliver que en ellos dos.

—¿Y desde cuándo sales con tu novio? —preguntó curiosa la mujer.

—Oh, está roja de nuevo —agregó Maxwell.

—Mm, bueno, hace poco tiempo.

A las tres semanas de haberse conocido, Oliver le pidió que fuera su novia y le respondió que sí, para celebrar ese mismo día fueron a ver una película, y como de costumbre, él pasó la noche en el departamento.

—¿Y es apuesto? —cuestionó, aunque esta vez mirando a Maxwell.

—Es mayor pero sí, apuesto, no como los otros idiotas.

—No tuve muchos novios —dijo Violet algo confundida ante la aclaración de su amigo.

—El otro idiota —murmuró.

—Anthony es lindo. —Subió sus hombros con desinterés, o eso quería aparentar.

—Al menos no tan mayor —intervino Catalina— puedes salir con quien quieras pero asegúrate de vivir tu juventud a pleno ¿si? Y cuidarse siempre.

—Lo sé. Gracias.

—¿Y luego a dónde irán?

—A un bar con Oliver y Cameron —expresó Max acomodando su cabello—, todo tranquilo que cuido a la pequeña.

—Tengo dieciocho. —Violet sacó la lengua.

Catalina y Maxwell empezaron a reírse: —por la misma razón —mencionaron en casi el mismo momento riendo con más fuerza.

Desde los ojos de Violet.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora