Desde los ojos de Violet.©

Capítulo 45.

Violet miraba el mensaje de texto una y otra vez mientras caminaba al encuentro con Thony, habían planeado juntarse en una de las peatonales del centro, tomar algo y así tener una conversación tranquilos.

Sus manos sudaban debido a lo que posiblemente haría: decirle todo. Había planeado la noche anterior hablar con él, y aunque le costara mucho, explicarle cómo sucedieron las cosas. Algo le decía que Anthony lo entendería y, si bien podría molestarse, ella estaría liberada de mantener esa mentira, de paso quitarle también esa responsabilidad a Maxwell y Catalina.

—Hola. —Los dos hablaron al mismo tiempo, para luego besar sus mejillas.

—Creo que no es buen momento.

—¿Por qué? —preguntó Violet, aquel comentario no fue una buena señal.

—Tengo que ir con Caroline. Tú sabes, volvimos....

—¿Entonces para qué me escribes y pides que nos reunamos? Me buscaste y estabas loco por hablar y ahora te da igual. —Empezaba a enfadarse, eso le quitaba puntos de contarle.

—Porque nos tenemos cariño.

—¡Soy un juego! —exclamó molesta— ¡un maldito pasatiempo fui para ti!

—No, claro que no.

—Eso demuestras.

—Violet.

—Mejor me iré.

—¡No quiero estar solo y como no puedo estar contigo ni quieres estar conmigo, volví con ella! —gritó exasperado.

La chica mostró una mueca, se aproximó a abrazarlo y aunque él chico dudó le correspondió, quiso acercarse para besarlo.

—No. —Thony se corrió a un costado—. No —repitió, negó un par de veces y cruzó la calle en dirección a su auto aparcado.

Violet abrió la boca ante la sorpresa, esperó cualquier reacción de Anthony menos esa: dejarla sola y sin decirle nada, mínimo un adiós. Continuó viendo al chico y enfocó la mirada en el auto hasta que dobló en una rotonda, perdiéndolo de vista.

Volvió caminado a su departamento, sentía el aire fresco sobre su piel algo seca, relamió sus labios y cruzó la calle para que el poco sol no le pegase. Compró un poco de frutilla, podría invitar a Maxwell pero no recordaba si él saldría con su novio o su madre.

Hizo una siesta corta, y a eso de las cuatro de la tarde comió las frutillas solas ya que estaban demasiado dulces. El paisaje le encantaba entonces tras terminar, tomó una libreta, plumón, sus colores y decidió subir a la terraza del departamento. Halló una vista hermosa, que le brindaba tranquilidad y esperanza, supuso que era por los colores y la manera en que estos contrastaban, hasta ese momento no se había percatado. La pareció gracioso, justo antes de irse descubría tan bello lugar.

Ser feliz es darse cuenta. Elegir y hacerlo.

Se sentó en el piso contra la pared para que no le doliera la espalda, su idea era dibujar aquel paisaje pero no podía concentrarse y cada vez que trazaba líneas, no pasaban ni cinco minutos que las borraba porque le parecía algo insatisfecho. En cambio, a su mente le llegaban varias palabras que le dificultaban concentrarse. Estuvo dando vueltas en lo mismo, hasta que comenzando a frustrarse, se dio por vencida y escribió, con el destinatario para su familia, o mejor dicho: los Hicks.

Primero expresaba cuán feliz fue al lado de todos ellos, lo único incorrecto fue la manera de sobrellevar un tema como ese, aclarando que se trataba de varias mentiras y varios puntos: como la adopción, la relación, el dinero, abogados y juicios de por medio, la diferencia entre los hermanos, el sobre-protegerla. Pero aclaraba que eso no le quitaba todo lo que había aprendido y tenía bastantes recuerdos llenos de felicidad que compartieron como familia, también a su vez con los diferentes integrantes.
Que les pedía perdón por irse, desaparecer de sus vidas, estaba mal y esa la única forma en que ella encontró para resolver algo que le dolía mucho, que la mataba por dentro. Les terminó diciendo que agradecía el 'luchar' para que tenga una mejor vida y les tenía aprecio, incluso después de saber lo que ocurrió realmente.