Capítulo 4.

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Al terminar una chocolatada caliente acompañada de facturas, Stacy y Maxwell decidieron dar un paseo por una de las plazas más cercanas del barrio. Corría un poco de aire frío así que ambos llevaron sweaters.

—¿Lograste hablar con Thony?

—No —contestó Stacy decaída—, le mandé mensajes y no me responde, tampoco voy a llamarlo porque sé que debe estar muy molesto.

—Supongo. —Maxwell levantó sus hombros—. Igual, creo que deberías hablarlo a la noche o mañana, capaz que se moleste más porque tampoco le hablas.

Stacy asintió haciéndose una coleta alta y lo miró con duda: —¿crees que lo he arruinado?

—No lo creo. No hiciste nada con John y él no quiso pasarse contigo.

—Lo sé pero tú sabes cómo es Thony....

—También me habría puesto celoso si estuviera en su lugar. Y también escucharía a mi novia. —Miró a Stacy abrazándola por el cuello mientras caminaban buscando un banco.

Ella asintió. —Igual, creo que mi hermana tiene razón.

—¿En qué?

—En que nunca le demuestro cariño a las personas que están conmigo. Soy fría con mi familia, con mis amigos y hasta con Anthony, por eso peleamos y porque él también quiso hacerlo... —dijo y a los segundo mordió su labio agachando la cabeza.

Maxwell la codeó riéndose —¿qué ibas a decir?

—Nada.

—Stacy. —Comenzó a hacerle cosquillas por el cuello y la cintura o la barriga.

—Ya. Si sigues molestándome no diré ni una palabra.

—Listo.

—El otro día quiso que... ya sabes, tengamos relaciones —comentó con las mejillas ruborizadas— y no quería hacerlo, así que por eso también discutimos.

—¿Fue tan estúpido que se molestó porque no querías entregarle la florcita?

—¡Maxwell! —gritó Stacy todavía más roja que hace minutos.

Él rió y negó: —lo siento pero es un idiota tu novio.

—No lo sé... ¿Tiene que ver mi cariño con no querer hacerlo?

—¡Pues obvio que no! —contestó Maxwell exaltado— nadie confunde eso. Una cosa es que seas fría y otra es que no quieras tener relaciones, por favor. Cualquiera con un poco de cerebro lo entendería.

—Ya, tienes razón.

—Por supuesto. Si tu hermana te escuchara....

—Oh, no hablemos de Caroline. Ella me hace ver este tipo de cosas y me siento peor porque es demasiado buena conmigo y a veces.

—No sientas culpas —dijo el rubio negando—, es lo peor que puedes hacer. Lo bueno es que te diste cuenta de tu actitud y puedes cambiarla si quieres, y si no, está bien. Igual te queremos, Stacy.

—Ese es el problema: me quieren ocho locos.

—Nueve, contando a John.

La chica le viró los ojos —ya lo sé.

—¿Sabes a qué me refiero? Tienes todo, Stacy. No te alarmes por no estar rodeada de cien amigos. A algunas personas se les hace más fácil tener amistades y a otras no.

—A mí no se me da y es por mi actitud.

Maxwell rió y tomó asiento en una banquilla de madera algo desgastada: —lo que sí, debes salir más. Pareces una abuela.

Desde los ojos de Violet.©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora