Capítulo 16

1.4K 164 18
                                    

Londres - Siglo XIX

Llevo tres días siguiendo el diario de Serenity y aún no llego al horrible día que cambió nuestro destino. Además, no he sido capaz de acercarme a Serena después de lo sucedido en mi sala de ensayo. Me avergüenzo de mi actitud hacia ella y de haberla ofendido con mi cercanía tan osada. En verdad, ella no merece que un hombre confundido la arrastre con él a un fondo sin salida, no, necesita alguien cuyo corazón sea completo para ella. Y es en este punto de mi vida que creo que quiero ser ese hombre... pero, antes debo soltar todas las amarras que me atan a mi doloroso pasado, debo hacerlo por ella.

Esta mañana he salido con varias hojas del diario de Serenity y cada vez estoy más cerca de la fecha a la que necesito llegar. Hoy he recorrido las calles de Londres atestadas de gente, hasta que he llegado a una casa de varios pisos. Me detengo y la observo un momento, dirigiendo mi vista otra vez al diario.

"Hoy es un día muy lindo, por lo que he decidido dar un paseo. Setsuna me acompaña de cerca, atenta a cualquier necesidad, debido a los constantes mareos que he sentido estos días. Sin embargo, no puedo evitarlos, por lo que me sostengo de una pared justo cuando veo a mi padre en frente. ¿Que hace aquí? Se suponía que no volvería verlo... mi respiración se torna errática en ese momento, pues es la primera vez que lo veo después de huir contigo, Darien. ¿Imaginas mi preocupación? El jaló mi brazo con fuerza al verme en mal estado y yo sólo atiné a tirar para que me soltara. Quería llevarme con él de regreso, entonces, lo único que pude hacer fue decirle que estaba embarazada. Se puso pálido, pensé que él sería el desmayado en ese momento. Después de balbucear algunas palabras, me dijo que se estaba alojando en la casa de un amigo y que era precisamente donde me había apoyado. ¿Qué irónico, no? ¿Estás aquí ahora, Darien? ¿Sabes? Ese encuentro fue el inicio de mi final a tu lado..."

¡No puedo creerlo! ¿Su padre? Después de que se la llevó como lo hizo, entendí que él había estado en Londres, siguiéndola, pero nunca imaginé que se habían encontrado antes, estando ella embarazada aún. ¿Qué te dijo, Serenity? ¿Qué cosas metió en tu cabeza? ¡Dímelo!, suplico al viento que se lleva mis palabras. Sé que lo leeré más adelante, pero necesito botar la frustración que me embarga en ese momento.

Agotado, camino sin rumbo, pues ya no tengo energías para nada de eso. De pronto, ante mis ojos se extiende una tienda a la que jamás le había prestado atención, pues lo que vendía no me importaba antes... pero, ahora, todo es diferente. Camino decidido y después de pedir algunas sugerencias, compro todo lo necesario para darle una sorpresa a quien se está apoderando de mis pensamientos cada día más, no puedo seguir negándolo.

Una vez en casa, pido ayuda a los sirvientes para dejar todo listo, ya que en cuanto he llegado me han dicho que Serena había salido a visitar a su familia, algo que me deja feliz, ya que me doy cuenta de que ella no se siente una prisionera en este lugar. Con agilidad ordenamos lo mejor que podemos los implementos en mi sala, y todos se quedan asombrados por mi forma de actuar; quizás imaginaban que tardaría más en aceptar la presencia de ella en casa, pero no tienen idea de cómo debo luchar contra la influencia de su encanto. Estoy atento a que todo esté en su lugar cuando escucho algunos murmullos y al girarme la veo en la puerta, completamente asombrada ante lo que ve. Después de pedir que nos dejen solos, le explico mis razones para hacerle ese obsequio y ella se emociona hasta las lágrimas, provocando una felicidad en mi corazón como hace mucho no sentía. Eso me impulsa a ser sincero con ella, haciéndole ver que estoy considerando la opción de aceptar el contrato que nos une en matrimonio, pero no sin antes disipar sus dudas con respecto a mi historia.

Sorprendida, se pellizca el brazo y no puedo evitar soltar una carcajada ante su actitud tan espontánea, la que me es agradablemente contagiosa, riendo sin parar, haciéndome sentir mucho más tranquilo y seguro de lo que estoy haciendo. Contestar las preguntas de Serena es más cómodo de lo que esperaba, incluso siento que es liberador, tanto así que no soy capaz de ocultar lo halagado que me siento cuando habla de su fascinación ante mi forma de tocar el piano. Pero, cuando llega a la parte más difícil, no puedo ocultarle lo que estoy haciendo, e, impulsado por la atmósfera de honestidad que se ha formado, le cuento de la caja y del diario de Serenity, reconociendo lo difícil que será revivir la parte más dolorosa de mi vida. Para mi total asombro, ella se ofrece a acompañarme en este calvario que será conocer las verdades ocultas detrás del sufrimiento de Serenity.

Atada a tíDonde viven las historias. Descúbrelo ahora