Capítulo 1

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—Arriba — escucho a mi madre, un segundo después mis cobijas son removidas dejándome a la intemperie.

—Déjame en paz — me quejo moviéndome torpemente.

—Arriba — repite —. Primer día de escuela — una de las cosas que más odio de mi madre es esto. Su puta forma de decir las cosas de por sí ya obvias.

—No quiero — reprocho.

—Párate o te llevaré con lo que traes puesto.

—Sería una buena impresión presentarme el primer día con medio culo a la vista.

—Hablo en serio, California. Te paras o lo haré yo.

—Bien ya voy — acepto sin moverme un solo centímetro de donde estoy, aunque mi madre parece no notarlo, ya que no vuelve a decirme nada y le oigo irse.

El Instituto Umbra realmente no ha sido de mis primeras opciones de universidad, quería ir a la "Universidad Clarack", o cualquier lugar menos a Umbra, sin embargo mi padre el tradicional ha decidido que su hija asista a la misma escuela que él.

Justo cuando escucho el repiqueteo de los tacones de mi madre me paro de la cama cual gato. Voy directo al armario y busco algo bueno que ponerme, no sé que cosa sea buena para un primer día de clases.

—No arreglaste tu atuendo desde ayer, ¿no? — pregunta mamá recargándose en el marco de la puerta.

—Efectivamente. ¿Qué debo ponerme?

—Te diría que algo habitual — contesta caminando hasta mi lado —. Como una falda negra, camisa blanca, tacones negros y una gabardina. Pero dado el caso de que sé perfectamente no quieres lucir así en tu nueva vida... unos jeans, playera de alguno de tus grupos alocados, converse y una chamarra, si es que no quieres portarte muy ruda y no ponerte nada encima.

—Increíble — acepto buscando con la mirada mi ropa.

—Iré a servirme café, ¿quieres algo de la cocina?

—Una cerveza tal vez.

—Algo que te haga parecer menos a tu padre — repone.

—Nada, sólo jugaba.

Abandona nuevamente el lugar, tengo que reprimir las ganas de dar la vuelta y echarme a la cama una vez más. El sueño me mata, los ojos se me cierran solos y literalmente estoy eligiendo mi ropa sin mirarla.

Supongo que no es tan malo, mi situación es verdaderamente buena aunque no quiero verlo. El divorcio de mis padres no me ha afectado de verdad, tengo dinero, una buena casa aunque ya no estaré más en ella; entraré a una buena universidad en la que muchos chicos quisieran estar.

Si eso no es bueno no sé que lo sea entonces.

Me pongo unos jeans negros rasgados de las rodillas y parte de los muslos, una playera entallada negra con el nombre y logo de Misfits, y unas botas negras también.

—¡Se nos hace tarde! — grita mamá desde algún lugar de la casa.

—¡Ya voy! — regreso el grito molesta. Odio esto, odio esa forma de decirte que vas tarde a algo que no tiene horario de llegada.

Corro al baño a terminar de alistarme, pero apenas doy un paso dentro, las botas se resbalan con algo.

Alcanzo a sostenerme del lavamanos antes de que mi culo llegue al piso. Eso era lo único que me faltaba, caerme en el baño.

Me pongo de pie con cuidado y apresuro a lavarme la cara con agua fría, cepillo mis dientes deprisa y comienzo a maquillarme apurada.

El delineado no se ve tan mal, aunque podría estar mejor. Pongo un poco de polvo sobre mi cara y me pinto los labios lentamente mientras los delineo a la perfección.

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