Capítulo 38

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—Iremos de nuevo a Tandem, y no aceptaré un no por respuesta.

—Todavía tienes el descaro de ponerte exigente — me quejo sin prestarle atención a Eros y mirando la pantalla del móvil.

—No vas a rechazar un plan de sábado en la noche.

—No dije que fuera a hacerlo.

—¿Aceptas ir entonces?

—Tampoco dije eso. Más bien, creo que haré mis propios planes. Creo que hoy Eliot está disponible.

—De eso nada, te pedí primero, ya habrá tiempo para que salgas con tu bola de grasa.

Y sin que incluso yo lo prevea, le suelto una cachetada tan fuerte que no pasa desapercibida por ninguno de los pocos presentes que quedan aquí.

—No me interesa que tan increíble y superior te sientas. No tienes el puto derecho de faltarle al respeto a ninguna persona. Eliot jamás te ha hecho nada, deja de ser un maldito cruel con él y compórtate como la persona decente que dices ser por tener dinero — y dicho eso, me pongo de pie y me voy a encerrar al baño sin darle oportunidad de discutir.

A veces, la superioridad de Eros me parece totalmente desagradable, en ocaciones puedo sobrellevarla, pero en otras tantas no.

Y he observado que puedo tolerar sus irreverencias hasta que van dirigidas a alguna persona que quiero o me agrada.

Eso significa que ya quiero lo suficiente a Eliot como para haberme atrevido a dar la cara por él y abofetear a Eros.

Respiro profundo y me decido por salir nuevamente, pues no puedo evadir al chico para siempre y no estoy ni un poco arrepentida de lo que hice.

Me pongo detrás de la puerta y una voz me detiene antes de abrirla.

—¿Hablaste con él? — escucho a Eros preguntar.

—Uriah dijo que no estaría disponible hoy — responde quien creo que es Ares —. Dijo que iba de camino a Manhattan.

—¿De camino a Manhattan? — pregunta Eros incrédulo —. ¿Qué va a hacer Uriah precisamente a Manhattan?

—No tengo idea, también me parece extraño, pero no íbamos a entrar en detalles, ¿no crees?

—Uriah es un maldito jodido hambriento. ¿Qué se supone que haría en Manhattan? Es como si me dijeras que Rebecka irá a Beverly Hills.

—Deja, a Becka en paz, ¿quieres?

—Bien, sólo quería que entendieras el ejemplo.

—Y lo entiendo, créeme que tampoco entiendo los motivos de Uriah para ir a Manhattan, pero no creo que haya inventado eso para quitarme de encima. Él no buscaría excusas para librarse de nosotros. Si no quisiera vernos simplemente nos lo diría.

—Esto me parece extraño.

Nos parece, cupido.

Saco el teléfono y me preparo para enviar un mensaje al chico en cuestión. Haré mis propios méritos en cuanto al tema.

"—¿Estás disponible hoy? — envío el mensaje. Sabiendo que seguramente no le parecerá extraño, ya que ayer me invitó a salir y prometí verlo otro día. Además, por lo que entendí ese otro día sería hoy.

—Lo siento, Barbie, tuve un plan de último momento y voy de camino a Manhattan, pasaré la noche ahí, ¿podrías mañana?

—Por supuesto, mañana será".

Aunque aún hay ciertas posibilidades de que esté mintiendo, supongo que realmente va de camino allí.

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