Me cuelgo la mochila en el hombro y me encamino a la salida seguida Becka.
Una vez que estamos fuera me doy cuenta que ya han apagado las luces. Todo el sitio está iluminado de una forma parecida al resto de lugares del bar, sin embargo el ambiente es muy diferente.
—Creo que me alegro de que la luz esté apagada ya — oigo que grita Rebecka para que la escuche.
—Es mejor — acepto mientras nos tomamos del brazo.
—Estoy bastante nerviosa... — admite mirando hacia todas partes al tiempo que jala de su vestido para bajarlo más.
—Hey, calma, si sigues bajándolo se te va a salir el pecho — comienzo a reírme al imaginar lo terrible que sería que así pasara.
Becka casi palidece, entonces empieza a jalar para arriba el escote.
—Ya está — ordeno tomándole las manos —. Déjate la ropa en paz, se te va a romper y va a ser peor.
Tal vez exagero en eso de que se vaya a romper, pero cuando más nerviosa estás es cuando más cosas imposibles se hacen posibles.
Pongo la mochila sobre la barra y espero que alguien aparezca al otro lado de ella, Rebecka se sienta nerviosa en uno de los taburetes y comienza a repiquetear el cristal con las uñas. Esta chica necesita relajarse con urgencia, se ve que jamás ha salido a divertirse.
—Cuánto tiempo sin verte — oigo la voz de un chico.
—Pensé que ya ni siquiera trabajas aquí — comento una vez que lo reconozco.
—Tu tío me movió de bar, sin embargo volví hace dos semanas — Sonny (el barman) está frente a mí mientras se seca las manos con una toalla blanca.
—Pienso que está mejor...
—Lo está, este lugar me agrada. ¿Qué te sirvo?
—Bueno, antes que nada, ¿puedo dejarte esto? — pregunto alzando la mochila.
—Claro, no se te olvide pedírmela cuando te vayas — Sonny recoge el bolso de la barra y lo deja debajo de ésta al otro lado de donde estoy —. Y muy bien, ¿con qué quieres empezar?
Miro a Becka, está con la mirada perdida en la pista mientras sus ojos reflejan cierto deseo por estar ahí bailando.
—Dos cosmopolitan — pido luego de pensarlo un poco.
Sonny asiente y desaparece de mi vista mientras se va a buscar copas y los licores.
—Hey — le llamo a Becka —. ¿Quieres bailar?
—No — se apresura a negar y quita la mirada de la pista —. Estoy bien.
—No lo sé... — comienzo sentándome en el taburete de su lado —. Te ves con cara de querer soltarte un poco.
—No, no sé bailar y no me gusta.
—Bueno — acepto encogiéndome de hombros. Sé que en menos de quince minutos va a estar ahí adentro bailando como si no hubiera un mañana.
—Aquí tienes — habla sonriente Sonny en lo que extiende dos copas hacia mí.
—Gracias — contesto tomando una, y acercándole la otra a Becka.
—Pero yo... — comienza ella al notar el trago.
—No sabe mal, pruébalo — pido antes de que termine su oración de "yo no tomo" —. Anda ya, que hemos venido a divertirnos.
—Yo vine porque me obligaste — me recuerda mientras se acomoda el cabello de manera que le cubra la cara del lado que da hacia la pista.
Miro algo curiosa y noto a un chico viendo en su dirección. Por lo que noto está con un amigo, mismo que le da codazos y empujones hacia donde estamos.
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Olympus
RomansaCalifornia Kendrick pisa por primera vez las tierras de la que será su nueva universidad y hogar: el Instituto Umbra. El colegio más prestigioso y elitista de la ciudad de Nueva York. Donde todo está sumergido en las sombras del Olimpo que es gobe...