Capítulo 28

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—Pues — empieza mientras caminamos hacia la salida del gimnasio —, mi madre nació aquí, pero cuando tenía un año se fue a vivir a Rusia. Luego de años, cuando tenía creo que diecinueve, decidió hacer un viaje con algunos de sus amigos, y recorrieron parte de Europa. En ese viaje conoció a mi padre. Tuvieron una historia bonita de amor. Por lo que sé, mientras estaba en Berlín rentó un auto o algo por el estilo, y luego de perderse el carro acabó averiándose — escucho atenta su historia y lo imagino mientras comienza a contarme. Los dioses están Justo en la entrada, mirándome mientras me voy con alguien más. Eliot me mueve rápidamente de lugar cuando uno de los luchadores se va contra mí sin querer y lo empuja ligeramente por la espalda —. Coincidentemente, mi padre iba caminando por ahí de regreso de la universidad, y cuando vio a mi madre en apuros no dudo en ir y ayudarla. Ellos dicen que fue como amor a primera vista, y luego de ayudarla la invitó a salir.

—¿Y luego? ¿Volvió a Rusia?

—Digamos que... comenzó a salir con papá mientras seguía en Berlín, y un par de días antes de que fuera a regresar, él le pidió que se quedara y no sé cuantas cosas, ya sabes.

—¿Y se quedó?

—Así es, aceptó quedarse un tiempo, pero le dijo a mi padre que de igual forma volvería Rusia en un tiempo.

—¿Y sí regresó?

—Bueno, no volvió en ese momento, y según las cosas, luego de una semana de ello, mi abuela comenzó a buscarla. Cuando logró hablar con ella le ordenó que regresara y todas esas cosas. Pero aún así no volvió hasta luego de dos meses.

—Si yo hago eso mi madre me mata. O lo más probable sería tenerla a la puerta de la casa a los cinco minutos para ser brutalmente devuelta a mi país.

—Ten por seguro que mi madre haría lo mismo — asegura riéndose —, y bueno, en ese momento las cosas con mi padre no acabaron muy bien. Pues mi madre había estado obligada a regresar a Rusia y tuvo que dejarlo, y de momento él no hizo nada porque no tenía mucho para evitarlo. El problema vino otros dos meses después de eso.

—¿Por?

—Porque mi madre se enteró de que este niño venía en camino.

—Vaya, con que fuiste un accidente.

—En efecto — acepta —, pero si no me abortaron es porque no estaban tan en desacuerdo con el accidente.

Río por ello y asiento, supongo que tiene razón en ello.

—¿Y luego?

—Bueno, por razones un poco feas ambos decidieron mudarse justo aquí. Por eso soy técnicamente estadounidense.

—Increíble... ¿y no piensan volver a alguno de los dos países?

—No, ya nos hemos establecido completamente aquí, y mi padre tiene un muy buen puesto en la bmw. Así que lo dudo demasiado, sólo vamos de vacaciones algunas veces al año.

—Se oye bien.

—Lo es — acepta —, tengo una buena vida, no voy a negarlo. Siempre me han dado cuanto he querido y jamás me ha faltado nada.

—Me agrada saber que a pesar de ello no eres uno de esos tipos pesados y creídos.

—¿Como tu amigo Eros?

—No es mi amigo — niego rápidamente. Aunque bueno, hemos dado la impresión de serlo.

—Eso parece, pero está bien, te refieres a alguien como él.

—Así es — acepto.

—Pues no, odio a la gente así. Aunque bueno, no es como que los odie, no suelo tener ese sentimiento por nadie, así que sólo no me agradan.

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