XXXVI

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El móvil vibraba inquieto, deseó haberlo dejado en casa o haberlo tirado en un contenedor, como si cualquier mínima cosa pudiera perturbar su estabilidad mental, y fuera lo último que ella pudiera permitirse aquella noche.

Mikel:

Natalia, no te voy a presionar, mantengo lo que dije hace un rato, no me importa lo que haya pasado con esa chica, te quiero. Tenemos pendiente el tema del corto, avísame para verlo, cuando tú quieras.

Leyó el mensaje y volvió a guardarse el móvil en la riñonera como si le quemase. El ambiente le parecía enrarecido de repente, tantas emociones en tan poco espacio de tiempo parecían más una cosa de película que de su propia vida.

Apenas llevaban esperando un par de minutos en la barra cuando una atractiva camarera se acercó con la mejor de sus sonrisas.

-Hola María, no pensaba verte por aquí hoy- coqueteó.

-Pues ya ves, soy una caja de sorpresas - guiñandole un ojo- mira, estas son mis amigas, Natalia y Sabela- girándose hacia ellas.

--Encantada- dijeron al unísono.

-Igualmente, ¿qué os pongo chicas? - dijo en un susurro, haciendo un repaso visual a Natalia que no pasó desapercibido para la gallega.

- ¿Pues tres copazos no? Ginebra de la que tú sabes, guapa-

- ¿Qué? Ni de coña- dijo Natalia tratando de dirigirse a la camarera.

- Sí, yo creo que algo más light no nos vend...-

No les dio a tiempo a terminar la frase, la despampanante chica ya había desaparecido de su radio de acción y se movía sinuosa entre hielos, vasos y botellas bajo la atenta mirada de María que parecía hipnotizada con sus movimientos.

- ¿Tú no descansas nunca? - dijo Natalia molesta entornando los ojos.

-Ya descansaré cuando me muera, y por lo que a mí respecta no tengo intención todavía- volviendo a mirar a sus amigas.

- Si me emborracho va a ser por tu culpa, y no entraba en mis planes para hoy-

- Lo tengo del todo claro, y relájate que la noche es joven- guiñándole un ojo.

-Me voy a echar un piti mientras tu novia prepara las copas, necesito aire- dijo Natalia, remarcando la última palabra

-Mi novia dice, serás idiota- riendo...

- ¿Quieres que te acompañe?

- No, quédate con ésta que visto lo visto igual necesita niñera- mirando a María, que lejos de tomárselo mal le lanzó un beso mientras se alejaba.

-María, me preocupas eh, eres una lianta- bufando sobre la barra.

-Que va, alguien tiene que hacer las cosas que otros no se atreven a hacer. Estoy aburrida con tanta corrección-

-Ni tanto ni tan calvo, amiga... ¿Te ha contestado Alba? - preguntó temerosa.

-No, aún no lo ha leído, quizás tiene razón y el destino no conspira a mi favor hoy- encogiéndose de hombros y retomando la atención sobre la camarera.

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Le dolía el estomago de reírse, casi había olvidado lo divertido que era salir con Julia, y la gracia que tenia para quitarse a cualquier pesado de encima. Llevaba una noche de lo más intensa, y si hubiera salido a ganar no habría tenido rival.

La ausencia de la luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora