P2 Extra.

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Los acordes de la canción que estaba escuchando llegaban a su fin y con ellos el cigarro que se había encendido antes de poner rumbo al aeropuerto. Alba se había vuelto a Paris hacia tres días y su ausencia era como polvo cayendo del cielo.


Un lienzo nuevo donde rehacer la historia

Una brújula que no pueda orientarnos

Un reloj que no pueda medir el tiempo

Un calendario en blanco hasta la eternidad.


Cerró el cuaderno donde garabateaba ideas que se agolpaban en su mente y lo guardó en el bolso, el tiempo se echaba encima y el avión no iba a esperar por ella.

Cogió el documento que tenía delante y lo releyó, suspiró antes de romperlo con sus respectivas copias en varios trozos, se levantó pausadamente y lo dejó caer en la papelera con seguridad.

-Natalia, ¿estás segura de eso? - dijo su amiga que en ese momento entraba en el salón, sin poder disimular lo descabellado que le parecía todo aquello.

La morena asintió sin decir ni una palabra mientras dejaba la maleta y la mochila cerca de la puerta.

-Es una gira como telonera de uno de los artistas más importantes de este país y un disco al finalizar- dijo como si su amiga no fuera plenamente consciente de lo que significaba rechazar aquella propuesta.

-Ya he tomado una decisión María- dijo señalando la papelera con los ojos

-Pero tu sabes que ir a Paris no te garantiza que Alba...-

Natalia le interrumpió antes de que terminase la frase – Soy consciente María, pero tengo que intentarlo. Ya tendré más oportunidades, la música es mi vida y no creo que se termine ahí...- dijo aun sin creerse del todo la última afirmación.

-De eso no me cabe duda, es solo que todo esto es muy precipitado... Podrías esperar a que Alba regrese a España, apenas le queda un mes para terminar en el College-

-¿Y si no vuelve? ¿y si luego es demasiado tarde? - se revolvía y recolocaba el pelo de forma nerviosa una y otra vez – No puedo esperar, el momento es ahora, para bien o para mal, y dejemos el tema ya por favor-

-Vale, vale- dijo la rubia elevando las manos en señal de rendición. Sabía que la insistencia tenía que terminar ahí y ahora solo le quedaba apoyar a su amiga y ayudarle para que no estrellara en su empeño por recuperar a Alba. – Venga, te ayudo a bajar la maleta y luego saco el coche, mejor que vayamos con tiempo-

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Desde su regreso a Paris Alba no había tenido apenas tiempo para ella, el éxito de su colección era todo un reclamo y al College le llovían todo tipo de propuestas y eventos cuyo objetivo principal era contar con ella y su talento.

Todo había sucedido muy rápido, demasiado para su gusto, alguien tan pausado como ella llevaba mal verse de repente envuelta en una vorágine en la que apenas tenía tiempo para pensar que quería hacer realmente y por qué.

Recogió varios caballetes y un sinfín de materiales que destartalados por aquella sala daba la impresión de no haberse recogido en semanas. Se miró la bata, la tenía hecha un asco, se la quitó y la metió en la mochila para lavarla aprovechando el fin de semana.

Cogió sus cosas y echó un vistazo alrededor, apagó las luces y encaminó sus pasos hacia el despacho de Isabelle para avisarle de que se iba, necesitaba tomarse el resto del día libre, descansar y poner en orden sus ideas.

La ausencia de la luzDonde viven las historias. Descúbrelo ahora