Ambas frente a frente, desnudas como un río, acariciándose entre las sabanas con la suavidad de un violín haciendo música, besándose como si en sus bocas hubieran encontrado el verdadero hogar ante tanta zozobra vital.
Ambos corazones ardiendo como una ciudad en llamas, infinitos como una gran montaña, y es que a veces un cuerpo a nuestro lado desposeído de toda máscara nos concede esa gloria de olvidarnos del tiempo, de olvidar que olvidamos y llenarnos de lo único que merece la pena, el amor.
-Que bonita eres- dijo Alba repasando la forma de su cara con los dedos.
Natalia contenía la respiración perdida en aquellos ojos, lo que Alba despertaba en ella no podía expresarlo con palabras, el lenguaje resultaba demasiado vulgar para explicar aquella eternidad sobre su pecho. - Si sigues diciéndome esas cosas me va a explotar el corazón- dijo en un hilo de voz con la boca seca.
Alba sonrío, - ¿estás muerta de sed verdad? -
Asintió, - Lo raro es que no esté muerta de verdad- dijo riéndose nerviosa - no sabía que un cuerpo tan pequeño escondía tanto fuego- dijo pícaramente pasando los dedos por la espalda de la rubia.
-Aún no has visto nada- dijo enarcando una ceja, y provocando una oleada de calor y nerviosismo en Natalia cuyas funciones corporales asistidas por caricias, habían tardado un buen rato en recuperar la normalidad. - ¿Quieres algo de beber? -
Natalia asintió remoloneando sobre la cama, - umm, sí, por favor-
-Espera- dijo inmovilizándola momentáneamente placando su cintura. Acortó la distancia entre sus bocas y mordió su labio antes de introducir su lengua en un beso lento y certero que hizo que a la rubia se le escapara un gemido. Las manos de Natalia se deslizaron sobre su culo apretándola aún más sobre su boca. Ambas lenguas se encontraron ahora en un beso sinuoso cuya humedad empezaba a rozar la alerta roja.
-Nat- dijo con dificultad separándose -Voy... por- dijo tratando de deshacerse de las hábiles manos de Natalia
-No sé si dejarte ir o abrirte las piernas y...- dijo mientras Alba ahogaba un gemido sobre su cuello, hasta que finalmente consiguió separarse momentáneamente de aquel cuerpo.
-Ahora vuelvo- dijo respirando entrecortadamente sobre ella.
-Está bien- dijo Natalia mirándole con ojos encendidos atravesando el pecho de la rubia.
Se deslizó sobre la cama antes de volver a caer rendida y sometida a aquella pasión incontrolable. Buscó la ropa interior en el suelo frente a la atenta mirada de Natalia que como un animal sobre su presa vigilaba cada movimiento.
-No te la pongas- dijo con voz ronca al ver a Alba colocarse la ropa interior y una camiseta, haciendo que un suspiro se escapase de la garganta de la rubia, abandonando aquella habitación antes de que ambas murieran por deshidratación.
Bajó las escaleras con dificultad, las piernas le temblaban ligeramente, Natalia había conseguido disparar su circulación y elevar las palpitaciones por encima de lo considerado normal. Una vez en la cocina, cogió un trozo de chocolate y lo saboreó como el mejor manjar del universo, a ella también le flaqueaban las fuerzas por el esfuerzo, abrió la nevera y sacó una botella, cogió un vaso y lo llenó hasta arriba un par de veces hasta colmar su sed. No la escuchó llegar, pero noto como un mano se deslizo por su cintura envolviéndola e inmovilizándola contra la encimera, la otra mano de Natalia cogió la botella bebiendo casi todo lo que quedaba en ella parsimoniosamente hasta volver a colocarla sobre el mármol.
Alba tragó saliva, los dedos de Natalia recolocaron su pelo y los labios húmedos se posaron sobre su cuello dejando una hilera de besos cortos y suaves, deslizando la punta de la lengua por su piel y acogiéndola después entre sus dientes., mordiendo y succionando arrastrando la humedad lentamente entre los suspiros de la rubia.
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La ausencia de la luz
FanfictionAlba Reche, es una prodigiosa estudiante de la facultad de Bellas Artes. Tímida, soñadora, sueña con tener una galería de arte y numerosos proyectos en un futuro, pero sobre todo ama la música, esa pasión que todo el mundo conoce pero que no ha ten...