Siempre Es De Noche [COMPLETA]

Capítulo 21

La tomó de la cintura y adoptaron la postura de baile. No dijeron palabra alguna, solo dejaron que la música los guiara. Apoyó su cabeza en su pecho y se movió lentamente con él por toda la pista. Era extraño, pero a pesar de estar rodeados de mucha gente, él solo la veía a ella, a esa dulce pequeña de cabello rizado que lo tenía embobado.

—Ha tardado en venir, señor Dominic.

— ¿Me esperabas?

—Sí, digo... todos lo esperábamos, esta recepción fue hecha para usted. —Sonrió algo tímida—.

DOMINIC

La tomó de la mano y la hizo girar para acercarla a él nuevamente. Bailó y disfrutó hasta el último segundo de aquella hermosa canción. Sabía que sería un bonito recuerdo que apreciaría para siempre.

Terminaron de bailar y decidieron ir juntos hasta una de las mesas para conversar un poco y comer algo.

— ¿Disfrutas del viaje, Aileen? —Preguntó, aprovechando su compañía—.

—Sí, señor, es una hermosa isla. —Respondió satisfecha—.

Conversaron por un tiempo, mientras Aileen rechazaba a los demás chicos que intentaban sacarla a bailar. A las dos de la mañana, y luego de varios cócteles, Dominic decidió que era hora de regresar al hotel. Aileen había bebido mucho y casi no lograba ponerse de pie. La tomó del brazo para ayudarla a caminar, pero no lograba mantener el equilibrio y terminó optando por cargarla en brazos.

—Señor Dominic. —Dijo entre balbuceos—. ¿Dónde me lleva?

—A tu habitación, Aileen. Es muy tarde y es mejor que duermas ya.

—No tengo sueño, quiero ir a la playa. —Pidió—.

— ¿A la playa? —La cuestionó—.

—Sí, quiero meterme al mar.

—Aileen, estás muy tomada, así no puedes meterte al mar.

—Por favor. —Rogó—, solo será un momento.

—Está bien, iremos a la playa, pero no te meterás al mar. ¿Entendido?

—Sí, señor. —Caminó con ella en brazos hasta llegar a la playa y la sentó en la arena para que pudiera ver el mar—. Sabe, señor, es la primera vez que veo el mar.

— ¿La primera vez?

—Sí, tenía mucha ilusión de conocer Hawái. —Le confesó—.

— ¿Así? ¿Por qué?

—Aquí fue donde se conocieron mis padres, su historia de amor comenzó aquí, o mejor dicho, la de mi madre. —Comentó, tratando de aguantar las lágrimas—.

—Es un lindo lugar, Aileen. ¿Pero por qué te pone triste?

—Porque me hace recordar a alguien que odio.

— ¿Te refieres a tu padre?

—Sí, sabe, él hizo que mamá me abandonara. Ahora que lo pienso, también la odio a ella. —Exclamó con resentimiento—.

— ¿Qué? —Preguntó confundido—. Creí que la querías.

—A ella no, a mi otra mamá sí.

— ¿Otra mamá? —La miró sin entender de lo que hablaba—.

—Sí, la que me crió, la que cuidó de mí.

—Lo siento, Aileen, no estoy entendiendo. —Se disculpó—.

—Mi madre murió cuando tenía 3 años, su mejor amiga fue quien me crió. —Recordó llena de dolor—.

AILEEN

Dejó que sus lágrimas al fin resbalaran por sus mejillas, y en un gesto de autocontrol se las secó de mala manera. Su corazón estaba lleno de rencor y odio hacia la mujer que le había dado la vida.

—Lo siento, Aileen. —Intentó consolarla—.

—Pero sabe, no importa, no necesité de ninguno de los dos, no los necesité jamás.

DOMINIC

La miró. No entendía bien lo que le decía, pero no quiso preguntar más. Era obvio que el tema le afectaba y no quería verla llorar. La llevó a su habitación, pero no encontraba la llave. Bajó a recepción, pero se negaron a darle otra, por lo que terminó llevándola a la suya. La recostó en la cama y la cubrió con la sábana. Eran casi las 3:30 y él estaba muerto de cansancio. Tomó algunas almohadas y formó una especie de barrera entre ella y él, para evitar malos entendidos, y se acostó a su lado para al fin dormirse.