El sol se coló a través de la ventana, dándole de lleno en el rostro. Eran las seis de la mañana y Dominic ya se había despertado. A su costado, Aileen seguía aferrada a su cuerpo; no lo había soltado en toda la noche. Lucía hermosa con los rizos desparramados por toda la almohada. Le acarició el cabello y ella se abrazó más fuerte a él.
—Buenos días, pequeña —Dijo besándole la frente—.
—Buenos días, Dominic.
— ¿Dormiste bien, linda?
—Sí, ¿y tú?
—Mejor que nunca —Respondió con una sonrisa—
Se sentó en la cama y le besó los labios, a lo que ella correspondió inmediatamente. Le gustaba cómo la trataba, le gustaba cómo le hablaba, la forma en que la miraba, todo; le gustaba todo de él. El beso se fue intensificando, buscando algo más. La tomó de la cintura y la subió a su regazo para continuar besándola. La deseaba más que nada en el mundo; el poder tenerla entre sus brazos era alucinante. Hace años que no acariciaba a alguien, las mujeres con las que había estado en el "Pink Moon" siempre estaban vendadas y atadas a una cama para que no lo vieran ni pudieran tocarlo, pero con ella era diferente. Le gustaba sentirla y anhelaba que lo tocara. Deslizó las manos por dentro de la camiseta que tenía Aileen y las subió hasta llegar a sus pechos. Rozó las palmas en ellos y los acarició suavemente mientras seguía besándola.
La piel se le había erizado y sentía que tenía los pezones duros por las caricias que él le daba. Nunca antes la habían tocado, y aunque en ese momento sentía nervios, quería que continuara con lo que le hacía. Volvió a descender sus manos, rozando cada centímetro de piel a su paso, y la miró buscando aprobación para continuar con lo que estaba haciendo; no quería incomodarla. Continuó al ver que Aileen no lo rechazó. Tomó la parte baja de la camiseta y la fue subiendo poco a poco hasta quitársela por completo.
—Aileen, eres hermosa —Dijo besándola—, no tienes idea de lo mucho que deseo hacerte mía.
—Hazlo, Dominic —Susurró sobre sus labios—.
—Pequeña —La tomó de la cintura y deslizó su lengua por su labio inferior, acompañándolo con un beso que parecía no tener fin. La instó a que se inclinara un poco y empezó un recorrido de besos hasta llegar a sus pechos. Apresó uno de ellos con sus labios y rodeó la aureola con la lengua, succionándolo suavemente—.
—Dominic —Lo invitó a que continuara, sentía que ardía con lo que estaba haciéndole. Enredó sus dedos en ese cabello negro que tanto le gustaba y disfrutó de todo lo que él le hacía. Sintió como Dominic dirigía su boca al otro pecho para repetir la acción, tomándola de las caderas y rozándola descaradamente sobre su erección—.
—Me vuelves loco, pequeña —Susurró aún contra su pecho—.
—Dominic, no te detengas, por favor —Pidió, necesitaba más de él y de sus caricias—.
— ¿Mi pequeña quiere más? —Preguntó a la vez que volvía a rozarla—.
—Sí —Contestó casi en un susurro—, te necesito, Dominic.
—Pequeña —La besó e intensificó el movimiento, quería estimularla para poder entrar en ella. Sabía que así sería más fácil entrar en su interior—. Linda, ¿estás lista?
—Sí —Respondió segura—.
La acostó en la cama y deslizó sus labios hasta llegar a su ombligo y lo mordió, haciendo que ella saltara. Una sonrisa se dibujó en sus labios al ver su reacción y pronto sus manos comenzaron a bajar su short.
—Aileen, el desayuno está lis... —Krubscabia entró tomándolos por sorpresa. La reacción de Dominic fue inmediata: cubrió a Aileen con la sábana y la abrazó—.
—Lo siento tanto, yo debí golpear —Se disculpó y salió de la habitación, topándose con Gabriel—.
—Hola, ¿Aileen está?
—Hola —Sonrió nerviosa—. Aileen está cambiándose, sabes, el desayuno ya está, ¿por qué no nos adelantamos? —Lo tomó del brazo y se lo llevó a la cocina. Pasaron unos veinte minutos antes de que Aileen y Dominic se incorporaran a desayunar con ellos. Por suerte, Gabriel no sospechó nada—.
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Siempre Es De Noche [COMPLETA]
Romansa¿Amor?, ¿qué significaba esa palabra?, tal vez lo era todo y nada a la vez, resultaba increíble lo mucho que las personas anhelaban encontrar a ese alguien, que pudiera encajar a la perfección en aquel sentimiento, que nadie había visto, pero del qu...