Un mes había pasado ya desde que Aileen supo de su embarazo, y aunque la noticia la tenía muy feliz, las náuseas, mareos y sueño no la dejaban ni respirar. Se levantó mareada como de costumbre; eran las seis de la mañana, y ella corrió al baño con Dominic siguiéndole los pasos. La sostuvo del brazo y puso su mano en la frente de Aileen para contenerla.
—Ya pasó, linda, ya pasó. —Le dio un vaso de agua y la llevó de nuevo a la cama—.
—Dominic, esto es horrible, siento que lo hayas visto.
—Linda, esto es normal, son los síntomas del embarazo, mi pequeñita. —Le besó la frente—.
—Te traeré el desayuno, tú vuelve a recostarte.
—No, Dominic, iré a darme una ducha y bajo para que desayunemos, ¿sí?
—Linda, deberías quedarte a descansar.
—No, Dominic, estoy trabajando en nuevos diseños, ya habrá tiempo para descansar mañana. —Intentó convencerla de que se quedara, pero no funcionó. Salieron de la casa luego de desayunar y fueron hasta la empresa. La mañana transcurría con normalidad, pero pronto unos gritos irrumpieron la tranquilidad; era Malenka que discutía con Robert—.
— ¿Cómo pudiste hacerme esto? —Le reclamaba entre lágrimas—.
— ¿Quieres bajar la voz? La gente nos mira.
—Me importa una mierda que nos vean, estoy harta, harta de tus traiciones. —Los gritos se volvieron más fuertes y pronto se escucharon cosas caer—.
— ¿Qué está pasando aquí? —Preguntó Aileen, que salió al escuchar la bulla—.
—Quiero que te largues de mi casa —continuó—, esta fue la última vez que me viste la cara de imbécil. No voy a soportar un engaño más, quiero el divorcio.
— ¿Qué? No lo dices en serio, ya se te pasará.
—No, se acabaron las oportunidades, me cansé de ti.
— ¿Tú te cansaste de mí? Por favor, mírate, estás acabada. ¿Crees que esto me afecta? No, querida, yo puedo conseguir a la mujer que quiero, pero tú —se mofó—, ni siquiera fuiste capaz de darme un hijo. Me voy con Candy, tú ya no me importas. —Se marchó entre los murmullos de los empleados, dejando a una Malenka que rompió en llanto, dejándose caer en el suelo—.
— ¿Pero qué pasó aquí?
—Dominic, mejor no preguntes. ¿Puedes ir por algo de agua y traérmela para dársela a Malenka?
—Sí, ahora regreso. —Se retiró—.
Aileen se acercó a Malenka, apenada por la situación, y la ayudó a levantarse del suelo para llevarla a su oficina.
— ¿Necesitas algo?
—Sí, devuélveme a Dominic.
— ¿Disculpa?
—Lo que oíste, devuélvemelo, lo quiero de vuelta. —Le pidió entre torpes palabras que se mezclaban con su llanto—.
—Malenka, sé que lo que ha pasado ha sido horrible, pero lo que me pides es imposible. Dominic me ama, y yo lo amo a él.
—Lo sé, Dominic ya me lo había dicho antes.
—Malenka, Robert no vale la pena, no se merece ninguna de tus lágrimas.
—Me ha engañado.
—Con más razón, no lo vale.
—Sé que puede no valer, pero eso no quita que me duela.
—Míralo así: te dolerá, sí, pero al menos has dado el primer paso, que es sacarlo de tu vida.
—Sí, pero me he quedado sola.
— ¿Y? Es mejor estar sola que mal acompañada.
—Siempre quise tener una familia, sabes, tener un hombre que me ame, hijos, alguien que espere por mí en casa para enseñarme un dibujo o regalarme una tarjeta con dibujos inentendibles. Pero no puedo, soy estéril, eso jamás va a pasarme.
— ¿Estás segura de que no?
—No, ya te lo dije, no puedo tener hijos.
—Claro que puedes. Sabes, madre no solo es la que engendra, sino la que cría.
—No entiendo.
—Malenka, hay muchos niños en el mundo buscando una oportunidad, una madre que los quiera y llene de amor. ¿Por qué no adoptas un niño?
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Siempre Es De Noche [COMPLETA]
Romance¿Amor?, ¿qué significaba esa palabra?, tal vez lo era todo y nada a la vez, resultaba increíble lo mucho que las personas anhelaban encontrar a ese alguien, que pudiera encajar a la perfección en aquel sentimiento, que nadie había visto, pero del qu...