Había pasado un mes desde que Krubscabia decidió regresar a casa de Dominic, y aunque Adam aún la buscaba, ella no quería saber nada.
Ya se le había hecho costumbre encerrarse a llorar por las noches, sin que nadie la viera, para fingir al siguiente día que todo iba bien. Gabriel le escribía a diario para saber cómo estaba y la había invitado a salir varias veces, pero ella siempre le decía que no. Sabía que él estaba interesado en ella, aunque no se lo decía, pero ella no estaba lista para empezar una relación, y menos tan pronto.
En la empresa, se alistaban los preparativos para el desfile que habría dentro de dos meses. Aileen trabajaba contrarreloj para poder terminar la colección que presentaría.
—Pequeña, ya es tarde, no queda nadie en la empresa, dime, ¿es que acaso piensas dormir aquí?
—No Dominic, solo trato de terminar esto, queda muy poco para el desfile, y aún hay mucho por hacer.
—Lo sé, pequeña —dijo abrazándola de la cintura—, pero no quiero que te vayas a estresar por esto, ¿sí?
—Sí, Dominic. —Se abrazó a él buscando sus mimos, su calor. Amaba cómo la trataba, era un caballero, siempre respetuoso, siempre cariñoso, siempre cuidando de ella. Tal vez para el resto del mundo Dominic era una persona fría a la que muchos temían por su fuerte carácter, pero ella, que había empezado a conocer al verdadero Dominic, ese al que le gustaba bailar con ella aunque no hubiera música, ese hombre maravilloso que la sentaba en su regazo para leerle un libro en una tarde lluviosa, o que le daba su chaqueta para que no sintiera frío, ese chico que cada día le regalaba rosas o algún dulce y la hacía sonreír, ese chico, su chico, la tenía completamente enamorada.
La tomó del rostro y besó sus labios, abrazándola más fuerte contra él.
—Es mejor ir a casa, linda.
—No Dominic, Gabriel no está en casa, tuvo que viajar a una convención.
— ¿No te quieres quedar sola, pequeña?
—No Dominic.
—Ya sé, ¿qué tal si vamos a tu departamento —la besó— por algo de ropa, y te quedas en casa? —Volvió a besarla—. ¿Quieres?
—Sí, Dominic.
—Bien, entonces vámonos. —Se dirigieron hasta el departamento de Aileen por algo de ropa para que se cambiara. Pasaron por un restaurante para cenar algo y fueron hasta casa de Dominic. Krubscabia ya se encontraba dormida. Subieron a la habitación y se acostaron a ver la película de comedia, Patinando a la Gloria.
—Pequeña, ¿quieres ver otra película?
—No Dominic, ya tengo sueño.
— ¿Mucho? —La besó—.
—Sí, mucho. —Otra vez estaban en los juegos. Hace unos días que a Dominic se le había dado por provocar a Aileen, la besaba y acariciaba sin pudor alguno. Sus manos habían recorrido ya gran parte de su cuerpo, pero no era suficiente, él quería más, necesitaba más y deseaba crear esa misma necesidad en ella para que no lo rechazara cuando viera lo que escondía su cuerpo. Le rozó los labios con el pulgar y se acercó hasta ella para besarla, lamió el labio inferior y se abrió paso en su boca, acarició su lengua con la suya, mientras tomaba esa posición que tanto le gustaba, y le permitía tener el control.
Un beso, solo eso necesitaba para que Aileen cediera a sus encantos, era muy receptiva a él. Deslizó sus labios por su cuello hasta llegar a sus pechos y los mordió suavemente, una mano entró por la camiseta del pijama ante la atenta mirada de Aileen y se deslizó hasta llegar al pezón, lo rozó con las yemas de sus dedos hasta que el mismo se endureció, repitió la acción con el otro y terminó por sacarle la camiseta.
—Pequeña —le susurró sobre los labios—, te deseo, dime, ¿tú me deseas?
—Sí, Dominic, te deseo. —Un recorrido de besos lo llevó de nuevo a sus suaves pechos, depositó un corto beso en cada uno de ellos para luego succionarlos y morderlos suavemente, a la vez que los acariciaba con la lengua para así calmarlos. Bajó su mano hasta la parte baja de su short y la coló tratando de llegar a su intimidad, pero se detuvo abruptamente al sentir que ella intentaba acariciarlo. Se levantó de la cama sin decir palabra alguna y salió de la habitación, dejando a Aileen sin entender qué pasaba.
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Siempre Es De Noche [COMPLETA]
Romantik¿Amor?, ¿qué significaba esa palabra?, tal vez lo era todo y nada a la vez, resultaba increíble lo mucho que las personas anhelaban encontrar a ese alguien, que pudiera encajar a la perfección en aquel sentimiento, que nadie había visto, pero del qu...