Se despertó muy temprano en la mañana; hoy era un día muy especial para ellos. Hace un año ya que su adorada Aileen le había dado el sí, convirtiéndose en la señora Campbell. La miró descansando a su lado, hermosa como siempre. ¿Podía haber un amanecer más perfecto? No, definitivamente no. Acarició su cabello y ella despertó con un beso.
—Buenos días, princesa.
—Buenos días, mi amor, —Le sonrió y besó sus labios—.
—Pequeña, tengo unas cosas que hacer.
— ¿Hoy, Dominic?
—Sí, linda.
— ¿Pero justo hoy?
—Sí, ¿Por qué? —Preguntó fingiendo no saber nada—.
—Pensé que hoy pasaríamos el día juntos.
—No, linda, no puedo, pero si quieres, en la noche vemos una película, ¿Te parece? — ¿Podía ser posible? ¿Dominic había olvidado que era su aniversario de bodas? Lo abrazó comprensiva. Tal vez lo había olvidado; después de todo, Dominic había tenido muchas ocupaciones, sobre todo ahora que pensaba expandir su negocio a otros países—.
—Sí, Dominic, me parece una excelente idea, —Lo abrazó y volvió a besarlo, feliz por poder tenerlo a su lado—. Iré a preparar el desayuno.
—Va, mi amor, iré por Mía, —Se dirigió hasta la habitación donde su otra princesa descansaba—.
—Papito, —Dijo la pequeña Mía, que empezaba a tratar de decir sus primeras palabras. Fue verlo entrar por la puerta y ella extendió los brazos en busca de que Dominic la cargara—.
—Hola, mi princesa, —La tomó en brazos—.
—Papito, —Volvió a repetir entre sonrisas y pronto lo llenó de besos. La adoraba, adoraba a Mía. Era la niña de sus ojos, dulce y cariñosa, todo un amor como su madre. Se dirigió hasta el comedor con ella para desayunar. Hace tiempo que su casa había pasado de ser un sitio frío y silencioso para dar paso a un hogar lleno de amor. Le gustaba oír la risa de Mía por toda la casa, amaba escuchar a Aileen cantar y bailar mientras preparaban la cena. Todo, amaba todo lo que sus dos princesas le daban a su vida. Terminaron de desayunar y Dominic se fue a la empresa, o al menos eso fue lo que le hizo creer a Aileen. El día transcurrió con normalidad; Krubscabia había ido por Mía para llevarla a pasear, quedándose sola en casa—.
A las seis de la tarde, el timbre de la puerta sonó. Era Gabriel, con una caja.
— ¿Y esto, Gab?
—Te lo ha mandado Dominic, —Abrió la caja, encontrándose con un precioso vestido rojo y una nota que decía: ¿Pensaste que me olvidaría de nuestro aniversario? No, mi amor, nunca me olvidaría del mejor día de mi vida. He pensado que este vestido luciría precioso en ti. Vamos, pequeña, póntelo y no tardes en llegar. Espero ansioso por ti; la noche será algo larga, pero la espera tendrá su recompensa. No olvides que te amo. Att: Dominic—.
— ¿De qué se trata todo esto, Gab?
—Ya lo sabrás, —Se cambió y arregló para luego subir en el auto con Gabriel, que la llevó hasta una de las paradas que Dominic había preparado para ella—.
— ¿Por qué paramos aquí, Gab?
—Es una petición de Dominic, sígueme, —Le dio la mano y la ayudó a salir del auto. Apenas sus pies tocaron el suelo, miró un camino lleno de globos rojos que, sujetados a un listón, bailaban por el viento que había en ese momento. Siguió el camino que formaban los globos y llegó hasta un árbol que contenía frascos con luces. Miró al centro del árbol; había un buzón con forma de corazón en el que se encontraba una flecha señalando una nota que le había dejado Dominic. La nota decía: "¿Recuerdas cuando todo esto comenzó? Tus ojos me miraban con timidez y te sentías invisible, pero ¿Quieres que te cuente un secreto? Para mí, nunca lo fuiste. 'Te Amo'"—.
Le entregó un ramo enorme de rosas rojas y volvieron a subir al auto. La noche estaba preciosa; las estrellas iluminaban el oscuro cielo, adornándolo con sus luces. Era momento de hacer otra parada, esta vez en una juguetería.
—Esta es la siguiente parada, —Le abrió la puerta—.
— ¿Una juguetería?
—Sí, vamos, —Bajaron y Gabriel le entregó otro ramo de rosas. Se dirigieron hasta la juguetería y un joven los atendió—.
— ¿Usted debe ser la señorita Aileen?
—Sí.
—La estábamos esperando. Su esposo, el señor Dominic, dejó un encargo para usted.
— ¿Un encargo?
—Sí, en un momento se lo traigo.
El joven se dirigió hasta uno de los pasillos de la juguetería y regresó con un enorme oso blanco, acompañado de un sobre con otra nota que decía: "Sabes, siempre me pregunté cómo sería el amor, cómo sería encontrar a esa persona por la que uno estaría dispuesto a darlo todo con tal de poder estar a su lado. Siempre me hice esa pregunta, y cada mañana que despierto a tu lado, me doy cuenta de que tú eres la respuesta. 'Te Amo'"—.
—Debemos volver, Aileen; aún falta más por recorrer.
—Sí, Gab, —Sonrió—.
A las ocho de la noche, Aileen se sentía algo ansiosa por ver a Dominic. Su sorpresa la tenía muerta de amor y al borde de las lágrimas, pero aún faltaban dos paradas. Gabriel volvió a detener el auto; esta era el penúltimo sitio. Llegaron a un mirador y bajaron. Un montón de velas encendidas formando un corazón le permitieron ver el hermoso cartel que se encontraba en el lugar, un cartel lleno de fotografías de ellos y Mía, hermosos recuerdos que habían quedado plasmados para siempre. Gabriel le entregó un sobre con otra nota que decía: "Felicidades, pequeña; si has llegado hasta aquí, quiere decir que este paseo casi está por terminar. Gracias por tu paciencia, pero sobre todo, gracias por existir y ser parte de mi vida. No sé si ya te lo dije antes en las otras notas, pero por si no lo hice: 'Te Amo'. En la próxima parada, nos veremos". Al igual que en las otras paradas, Gabriel le entregó un ramo de rosas para luego volver a subir al auto y dirigirse a la última parada—.
—Llegamos, Aileen, —La ayudó a bajar del auto y recorrieron un camino adornado que la llevó hasta un enorme salón. Gabriel le abrió la puerta del mismo e hizo que Aileen entrara. Todo estaba oscuro. Escuchó el sonido de la puerta cerrarse tras su espalda, y de inmediato un video se proyectó al frente de ella. Era Dominic con Mía en sus brazos—.
LO QUE DECÍA EL VÍDEO_
Bienvenida, mi amor, espero que el paseo haya sido de tu agrado. Te preguntarás por qué está pasando todo esto, pero tranquila, ahora tendrás todas las respuestas. ¿Recuerdas cuando todo esto empezó? ¿Recuerdas cómo llegamos hasta aquí? Nunca pensé que podría tenerte, pero lo cierto es que terminé atrapado por ti. ¿Y sabes qué? Tú eres lo mejor que me ha pasado. Gracias por existir y por darme a esta hermosa pequeña a la que adoro con todo mi corazón, pero sobre todo gracias por estar siempre a mi lado y darme todo tu amor, por ser tan incondicional. Eres todo lo que alguna vez le pedí a la vida, lo eres todo para mí, "TE AMO".
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Siempre Es De Noche [COMPLETA]
Romansa¿Amor?, ¿qué significaba esa palabra?, tal vez lo era todo y nada a la vez, resultaba increíble lo mucho que las personas anhelaban encontrar a ese alguien, que pudiera encajar a la perfección en aquel sentimiento, que nadie había visto, pero del qu...