Eran las 6:30 de la mañana y él ya se había estacionado frente a la puerta del edificio donde vivía Aileen. Como de costumbre, bajó del auto con un ramo de flores para ella; era lo habitual, le llevaba rosas todos los días, pero hoy era especial y había decidido traer un oso enorme también. Hoy cumplían un mes juntos, y ese sería su regalo, ese y otra sorpresa que le tenía preparada para la noche. Subió hasta el piso en el que vivía Aileen y golpeó la puerta, pero no respondió. La llamó al teléfono y tampoco contestaba. Le marcó a Gabriel, y luego de unos minutos, este le contestó.
— ¿Dominic? —Preguntó confundido—.
—Sí, acabo de llegar al departamento, pero Aileen no abre.
— ¿Intentaste llamarla?
—Sí, pero no contesta.
—Busca la manera de abrir la puerta —Le indicó—.
— ¿Qué?
—Escúchame, ayer en la noche salí de urgencia; tuve que ir a atender un parto en una granja. Aileen se quedó sola en el departamento, así que si ya golpeaste la puerta y la llamaste al teléfono, pero no contesta, es porque algo le tuvo que pasar. Abre la puerta, túmbala si es necesario y mira qué pasa con Aileen. Yo ya salgo para allá, te marco en 2 minutos.
Preocupado, hizo lo que Gabriel le dijo. Forzó la puerta hasta que la misma cedió, observó la sala; no había rastros de que alguien hubiera entrado. Caminó por la estancia hasta que encontró a Aileen. Estaba en la cama, parecía seguir dormida. Se acercó hasta ella y la movió, pero no despertó.
—Por Dios, Aileen, estás hirviendo —El teléfono sonó; era Gabriel que volvía a llamar—.
— ¿Qué pasó? ¿La encontraste?
—Sí, está inconsciente.
— ¿Qué? ¿Cómo que está inconsciente? —Lo cuestionó—.
—Sí, hierve en fiebre, tiene pulso, pero no despierta. Voy a llevarla al hospital.
—No, con este frío podría empeorar. Mira, en la mesita de noche hay una libreta; busca el nombre de Víctor y llámalo. Él es el tío de Aileen y nuestro doctor de cabecera. Él la atenderá.
Siguió las indicaciones que le dio Gabriel y llamó al doctor. Como a los veinte minutos, llegó el tío de Aileen. Era un señor como de unos cincuenta años y, a diferencia de Gabriel, él sí se parecía a Aileen. Empezó tomando sus signos vitales, le alzó la manga del pijama para medirle la presión, dejando ver a su paso dos marcas en sus brazos. ¿Eran cortes? Era la primera vez que los veía; por lo general, Aileen siempre usaba blusas con manga larga o sacos—.
—Listo, le he puesto una inyección para que le baje la fiebre. ¿Te has llevado un buen susto, no?
—Sí —Contestó algo más aliviado—.
— ¿Eres amigo de mi sobrina?
—Soy su novio.
—Déjame adivinar, eres Dominic, ¿cierto?
—Sí.
—Gabriel me habló de ti y Aileen también; claro que cada uno tiene una opinión distinta de ti.
—Me imagino.
— ¿Llevan mucho tiempo juntos?
—Llevamos un mes. Disculpe, ¿Usted es tío por parte de Gabriel?
—No, de hecho yo era hermano de su madre.
—Ya veo. Yo... ¿Puedo hacerle una pregunta? —Inquirió deseando saber la razón de las marcas en las muñecas de Aileen—.
—Claro.
— ¿Qué son las marcas que tiene Aileen en su brazo? ¿Ella ha intentado suicidarse?
—No. ¿Ella no te ha contado?
—No, pero me gustaría saber qué le pasó.
—No sé si sea yo quién deba contártelo —Se mostró algo esquivo—.
—Por favor, prometo que no diré nada.
—Se las hizo mi hermana cuando Aileen aún era una niña.
— ¿Qué? ¿Ella fue quien le hizo eso? ¿Por qué?
—Caroline, mi hermana y madre de Aileen, conoció a un tipo cuando viajó a Hawái por motivos de trabajo. Al parecer, ambos trabajaban para la misma empresa, solo que en sedes diferentes. No sé muy bien cuál fue su historia en aquel viaje, pero cuando regresó, ella decidió irse a vivir con él. Se mudaron de estado y ahí se encontró con su amiga de la infancia, Sonia, la madre de Gabriel. La cosa es que mi hermana estaba muy enamorada de ese desgraciado —Dijo con rabia—. Estuvieron viviendo dos años juntos. Al principio, todo parecía ir bien, hasta que Caroline quedó en cinta. Ahí empezaron a tener problemas.
— ¿Por qué?
—Caroline descubrió que él tenía pareja o algo así. La cosa es que los problemas aumentaron, aunque cuando Aileen nació, las cosas parecieron mejorar un poco. El tipo ese le prometió que se casaría con ella y lo hizo. Parecían una familia feliz, pero un día antes del cumpleaños número 3 de Aileen, él desapareció. Le había dejado una carta a Caroline diciendo que se iba y que se casaría con la novia que tenía.
— ¿Por eso la cortó? Es que aun no entiendo por qué le hizo eso a su hija. ¿Fue venganza?
—No. Al siguiente día, Sonia fue a buscar a mi hermana; habían quedado en verse, pero ella no fue a la cita. Cuando Sonia entró, empezó a buscar por todas partes, hasta que las encontró. Tenían las muñecas abiertas; Caroline se había suicidado y había intentado matar a Aileen, pero por suerte no lo consiguió. No sé qué pasó por su cabeza para hacer lo que hizo, solo sé que el amor la destruyó por completo.
Era horrible pensar por lo que Aileen había pasado, ¿pero qué clase de madre le hace eso a su hija? Aunque, si era justo, él no era quien para juzgarla, pues no conocía bien la historia.
— ¿Por qué Aileen se quedó con Sonia y no con usted?
—No pude; era médico y viajaba mucho, no podía cuidar de ella. Pero eso no evitó que estuviera pendiente y que la visitara. Jamás la dejé sola. Sabes, es algo tarde. Tengo que regresar a la clínica. Pasaré por la cafetería de John para pedirle que les mande algo de comer.
—Gracias.
Se despidió y regresó al hospital donde trabajaba. Aileen seguía dormida. La observó por un momento; era terrible pensar por lo que Aileen había pasado siendo solo una niña. Se recostó a su lado, la acomodó en su pecho para así poder abrazarla y canceló su día de trabajo para quedarse con ella. Quería cuidarla.
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Siempre Es De Noche [COMPLETA]
Romansa¿Amor?, ¿qué significaba esa palabra?, tal vez lo era todo y nada a la vez, resultaba increíble lo mucho que las personas anhelaban encontrar a ese alguien, que pudiera encajar a la perfección en aquel sentimiento, que nadie había visto, pero del qu...