Capítulo 24

60.6K 4.8K 147
                                    

AILEEN

¿Pero dónde se había metido ese hombre? No solo se había marchado del hotel sin decirle nada, sino que tampoco fue a trabajar. Eran las diez de la mañana y él no aparecía.

—Aileen. —La llamó Krubscabia—.

— ¿Sí?

—Linda, Dominic me dice que hoy no vendrá, así que puedes regresar a casa a descansar un poco, no debes haber dormido nada ¿verdad?

—No, no lo hice, solo me duché y vine.

—Mejor ve y descansa, sí. —Le recomendó—. Nos vemos mañana.

—Sí, gracias y hasta luego.

Se retiró de la empresa y regresó a descansar un poco. Gab estaba en casa, no iba a la veterinaria los lunes. Almorzaron y ella volvió al cuarto para descansar un poco más, mientras Gab arreglaba la tubería de la cocina que se había dañado.

En la casa de Dominic, otro era el ambiente. Había preferido no ir a trabajar, no quería ver a Aileen, pero al mismo tiempo lo único que deseaba era ver a esa chica que todas las mañanas lo encontraba con una hermosa sonrisa en el rostro. ¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué tuvo que besarla? Se habría ahorrado tantos problemas si no la hubiera besado. Podría seguir viéndola y recibiendo sus atenciones, pero no, ahora mismo estaba sentado buscando una forma de arreglar el "problema" en el que se había metido.

— ¿Será que ahora sí me puedes decir qué está sucediendo? —La voz de Krubscabia lo sacó de la nebulosa en la que se hallaba, centrando su atención en ella—.

— ¿Qué haces aquí, hermanita? —La cuestionó—.

—Nunca faltas a la empresa, ni aunque estés enfermo ¿qué pasa?

—No pasa nada. —Respondió cortante—.

—No trates de engañarme, algo te pasa.

—Ya te dije que no me pasa nada. —Repitió—.

— ¿Estás así por el beso que te diste con Aileen? Dime, ¿es eso? —Le dijo, tomándolo por sorpresa—.

— ¿Ella te dijo algo?

—No, yo los vi. ¿Por qué huiste de ella? —Preguntó—.

—No quiero hablar de eso. —Intentó evadir la pregunta—.

—Pues de malas, porque vamos a hacerlo. Dime, ¿ella te gusta?

—Qué cosas dices.

—Te gusta. —Afirmó—. No trates de negarlo, por eso la has besado. Lo que no entiendo es ¿por qué huiste?

—Ya te dije que no quiero hablar.

—Soy tu hermana, solo quiero ayudarte.

— ¿Así? ¿Y cómo me ayudarás? —La encaró—. Dime, ¿regresarás el tiempo para que vuelva a ser normal?

—Con que es eso, tus inseguridades han vuelto. —Aseguró—.

—Déjame en paz.

—Dominic. —Dijo, tomándole las manos—. Eres un ser maravilloso y el mejor hermano que alguien puede tener, no me gusta que hables así y que digas que no eres normal. Tuviste un accidente, y sé que has sufrido mucho con lo que te ha pasado, pero no quiero verte así, quiero que seas feliz, que vuelvas a ser como antes. Si esa chica te gusta, ve por ella.

— ¿Ir por ella? ¿Es que acaso no me ves? —Resopló furioso consigo mismo, quitándose la máscara y dejando ver las marcas que tanto escondía—. Maldición, ¿quieres que sume un rechazo más? ¿Es lo que quieres?

—No, quiero que tengas una vida, quiero que puedas amar, sin que tus inseguridades te lo impidan.

— ¿Y si no le gusto?

—Pues eso no lo sabrás si no hablas con ella. Aileen es una buena chica, dale una oportunidad y dátela tú también. Yo solo quiero que encuentres tu felicidad, no quiero que estés solo, hermanito, te quiero ver feliz. Inténtalo, si te gusta, díselo.

Le besó la frente y se marchó, dejándole con la duda. Tal vez su hermana tenía razón. Tomó las llaves del auto y, luego de hacer unas llamadas, dio con la dirección de la casa. Vivía en un departamento. Se dirigió hasta donde el cuidador del edificio le había dicho que vivía Aileen, aún dudoso de lo que iba a hacer. Golpeó la puerta y esperó a que ella saliera. La respuesta no se hizo esperar. Casi de inmediato alguien lo atendió, pero no fue Aileen quien le abrió, sino un chico de cabello castaño claro y ojos azules que tenía una toalla envuelta en la cintura.

— ¿Sí? —Preguntó Gabriel, viendo a Dominic—. ¿Buscas a alguien?

—Sí, pero creo que me he equivocado. Creí que aquí vivía Aileen.

—No te equivocas, aquí vive. —Afirmó—.

— ¿Tú vives con ella?

—Sí, y desde ya te digo que está rendida y no creo que se levante, pero si deseas dejarle un mensaje conmigo, yo se lo diré.

—No es nada importante, gracias y disculpa la molestia.

Se retiró del lugar llevándose una idea errónea de Aileen. A sus ojos ella tenía pareja y, por lo visto, la habían pasado muy bien esa noche.

Siempre Es De Noche  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora