Capítulo 42

59.7K 4.4K 137
                                    

Le tomó mucho tiempo llegar a casa; el clima había hecho que el tráfico fuera mayor. Lo último que supo de Aileen era que Dominic estaba con ella, y eso tampoco lo tenía muy contento. En el poco tiempo que Aileen y él llevaban juntos como pareja, se había dado cuenta de que él se comportaba de una forma poco común con Aileen: iba a verla todas las mañanas y la dejaba en casa por las noches, la llamaba varias veces para saber cómo estaba o qué hacía, y a veces se pasaban horas conversando por WhatsApp. Los fines de semana, cuando salían, él la llevaba a su casa durante el día, cosa que a Gabriel para nada le agradaba. ¿Y la forma en que la miraba? Parecía que no había nada más en el mundo que Aileen cuando estaban juntos. Es que ni cuando hablaba con él le quitaba la mirada de encima. Tal vez era idea suya, tal vez solo malinterpretaba las cosas porque no quería que lastimaran a Aileen. Ya varias veces ella le dijo que Dominic era un buen hombre, que la cuidaba y la protegía, que no había nada de malo en eso, y tal vez hasta tenía razón. Tal vez él solo estaba exagerando las cosas y no había nada malo en su relación. Tal vez solo eran celos de hermano; después de todo, él siempre era sobreprotector con Aileen.

Abrió la puerta y fue hasta la habitación de Aileen para ver cómo estaba y se encontró con Dominic, que yacía dormido al lado de ella. Fingió toser, haciendo que él se despertara, y le hizo una seña para que se dirigiera a la sala, a lo que él contestó siguiéndolo.

— ¿Qué ha dicho Víctor?

—Ha pescado un resfriado, le ha puesto una inyección para que le baje la fiebre y ha dejado una receta con los medicamentos que debe tomar. También dijo que le avisaría al señor John para que le prepare algo de comida a Aileen —Le informó—.

—Bien, gracias por cuidarla, ya puedes irte; yo me haré cargo.

—De hecho, estaba esperando a que vinieras para ir por los medicamentos y la comida de Aileen. Ahora vuelvo.

Salió de la casa sin darle tiempo a réplica y le pidió a su chofer que fuera por los medicamentos, mientras él iba a la cafetería por la comida. Llegó hasta el local y pudo darse cuenta de que habían quitado el letrero.

—Hola, John —Dijo entrando a la estancia—. El señor Víctor dijo que viniera por la comida de Aileen.

—Hola, claro, dame unos segundos; haré que se la calienten —Se dirigió a la cocina y volvió como a los cinco minutos con lo que le había preparado a Aileen—. Ten y dile que le mando saludos, por favor. Espero poder ir a verla en la noche.

—Gracias, y no te preocupes, yo se lo digo. Por cierto, vi que retiraste el letrero. ¿Pasa algo?

—La cafetería no va bien últimamente; la cerraré. En dos días entrego el local —Expresó con nostalgia, tener que cerrar algo que había puesto con mucho esfuerzo no lo tenía bien—.

—Sabes, estamos montando una sección de cafetería en la empresa —Comentó Dominic, sacando una tarjeta y entregándosela—. Si deseas, el puesto es tuyo —Le propuso—.

— ¿Lo dices en serio, muchacho?

—Sí, ve mañana; haré un contrato para que lo revises.

—Gracias, ahí estaré a primera hora —Estrechó su mano—.

Se despidió y volvió al departamento con la comida y las medicinas; Aileen ya se había despertado.

—Hola, linda —Saludó Dominic, acercándose a ella y besándola en la frente—.

—Dominic —Respondió abrazándolo—.

—Feliz aniversario, pequeña.

—Gracias, mi amor.

—Te traje esto —Le entregó el oso y las rosas—.

—Son preciosos; no debiste molestarte. Además, yo no he podido comprarte un regalo, Dominic.

—Pequeña —Abarcó su rostro con las manos—. Tú eres mi mejor regalo.

—Dominic —Se abrazó a él, que no tardó en corresponderle—.

— ¿Te sientes mejor, princesa?

—Me arde la garganta, Dominic —Se quejó—.

—Es por la infección; he traído tus medicamentos y la comida.

—No tengo hambre.

—Debes comer o no podrás tomar las pastillas. Ven, yo te daré la comida —Se ofreció, recogiéndole el cabello en un medio moño. Le dio de comer como a una niña pequeña para luego hacer que tomara el medicamento con una limonada que él mismo había preparado, y no se fue de ahí hasta que la vio dormida. Aileen se encontraba abrazada al oso que él le había dado y parecía estar más tranquila—.

Siempre Es De Noche  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora