DOMINIC
Se lo pensó bien antes de tomar la decisión, no era fácil para él confiar en una extraña, pero su hermana tenía razón, ella iba a casarse y necesitaría de alguien que ocupe su lugar, y por raro que pareciera, esa chica parecía una buena opción.
Le ordenó a Rayan que hiciera subir a Aileen de nuevo a la oficina; intentaría hablar con ella, aunque lo más probable era que la joven siguiera enojada por lo ocurrido y por la forma en que la había tratado.
— ¿Me mandó a llamar, señor? —Preguntó Aileen entrando a la oficina—.
—Sí, toma asiento. —Le ordenó—.
— ¿Para qué? —lo cuestionó—.
—Siéntate. —Repitió la orden, pero ella siguió sin obedecer—.
— ¿Por qué? —volvió a cuestionarlo—.
— ¿Podrías sentarte sin preguntar tanto?
—Sí, señor. —Exclamó con la poca paciencia que le quedaba—.
—Mi hermana estuvo intercediendo por ti, me ha dicho que te dé una oportunidad. —Le informó—.
— ¿Me la dará? —Lo miró entusiasmada—.
— ¿Debería?
— ¡Claro que sí! —Respondió segura de sus palabras—.
— ¿Por qué?
—Amo este trabajo, señor. Es lo más cerca que puedo estar de mi sueño.
— ¿Sueño? —dijo sin entender—.
—Sí, siempre he querido ser diseñadora, señor, y estar en esta empresa me permite ver de cerca el mundo de la moda. —Confesó—.
—Mi hermana se casará dentro de unos meses y yo necesitaré una asistente. Estás a prueba por 3 meses. —Le informó—.
— ¿Seré su asistente? —Lo miró incrédula—.
—Estarás a prueba por 3 meses; si los pasas, te quedarás con el puesto.
— ¿Lo dice en serio, señor?
—Sí.
No terminó ni de responderle y Aileen ya lo había abrazado emocionada. Era la primera vez en muchos años que alguien que no era su hermana tenía ese contacto con él. La emoción de aquella chica fue tal que hasta él pudo sentirla; era como ver a una niña a la que complacían con alguna golosina o juguete, dulce y risueña. Le miró el rostro y en una reacción rápida ella le besó la mejilla en forma de agradecimiento que terminó por dejarlo en blanco.
—Lo siento, señor. —Se disculpó por su atrevimiento—. A veces suelo ser muy efusiva, pero le juro que no volverá a pasar y que no se arrepentirá. No voy a defraudarlo, se lo prometo. —Le aseguró—.
DOMINIC
La observó por un corto momento, como estudiándola; fijó sus ojos en su mirada, pero no encontró nada en ella. Hace mucho tiempo ya que se había acostumbrado a las miradas curiosas y de mal gusto de la gente. Por lo general, las personas que lo veían por alguna razón en la calle, lo señalaban o murmuraban como si vieran un bicho raro, pero aquella chica que tenía ahora mismo al frente no lo miraba así, sino todo lo contrario; lo miraba como si lo conociera de hace mucho tiempo.
—Te quiero mañana a las 6:30 en punto, y desde ya te advierto, tendrás que acostumbrarte a trabajar a mi ritmo y bajo presión.
—Señor, sí, señor. —Contestó imitando a un soldado—.
—Bien, puedes retirarte, te espero mañana.
AILEEN
Salió de la oficina saltando de alegría, aún no se lo podía creer. Pasó de estar despedida a ser la nueva asistente del jefazo, y tal vez, solo tal vez, lograría algo más. Desde hace tiempo que Aileen había querido ser diseñadora, pero todo se quedó en sueños; lo único que ella necesitaba era una oportunidad, oportunidad que tal vez su jefe Dominic se la daría.
ESTÁS LEYENDO
Siempre Es De Noche [COMPLETA]
Romance¿Amor?, ¿qué significaba esa palabra?, tal vez lo era todo y nada a la vez, resultaba increíble lo mucho que las personas anhelaban encontrar a ese alguien, que pudiera encajar a la perfección en aquel sentimiento, que nadie había visto, pero del qu...