Capítulo 12

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La mañana había comenzado y Dominic ya tenía mucho trabajo por hacer, trabajo que se vio interrumpido por su hermana que entró furiosa a la oficina. Traía un millón de reclamos para hacerle que no estaba dispuesta a callarse.

— ¿Cómo que no vendrás a mi boda? —preguntó molesta—.

—Hola hermanita, yo también estoy feliz de verte. —Saludó Dominic sin quitar su mirada del computador—.

—Deja tus payasadas, Dominic. —Lo miró molesta—, y contesta mi pregunta: ¿Por qué no irás a mi boda?

— ¿En serio esperas que te lo diga? —la cuestionó, y ella se apresuró a responder—.

—Sí.

—Bien, si eso es lo que quieres. —La encaró centrando toda su atención en ella—, no me interesa ver cómo mi hermana arruina su vida con un mantenido bueno para nada.

—Él no es ningún mantenido. —refutó—.

— ¿Estás segura? Dime, ¿en qué trabaja?

—Él es un gran pintor.

— ¿Un gran pintor? —Repitió Dominic y no pudo evitar echarse a reír—, aparte del cuadro que me rogaste que le comprara, ¿cuántas pinturas ha vendido?

—Hay que esperar un tiempo para que las pinturas ganen más valor. —intentó justificarlo—.

—Claro, claro, había olvidado que las "obras de arte" ganan más valor cuando quien las pintó muere. Dime hermanita, ¿esperarás tanto, o quieres que lo hagamos parecer un accidente?

—Ja-ja-ja, qué gracioso.

—Krubs, él no te merece, no le gusta trabajar, tú lo mantienes, es como si compraras su "amor".

—Ya llegué. —Dijo Aileen entrando a la oficina e interrumpiendo la discusión—.

—Hola Aileen. —Saludó Krubscabia con una media sonrisa—.

— ¿Cómo está, señorita Krubscabia?

—Bien, gracias.

—Ya terminé de entregar las cotizaciones, señor.

—Gracias Aileen, ahora ven, acércate. —La invitó a sentarse— ¿Puedo hacerte una pregunta?

—Claro, señor Dominic.

—Dime, ¿qué opinas de un pintor que no trabaja y que tampoco acepta trabajo?

—Creo que definitivamente es un vago. —Respondió sin saber que hablaban del prometido de su ex jefa—.

— ¿Y sabes qué es lo peor, Aileen? —Continuó Dominic—.

—No.

—Que es un vago a quien su novia mantiene.

—Qué tonta. —Comentó sin medir sus palabras—.

—El pintor es mi novio. —Intervino Krubscabia—.

—Oh, cuánto lo siento, señorita. No lo sabía. —se disculpó apenada—. Señor Dominic —lo regañó con la mirada por ponerla en esa situación—.

—Ahora, Aileen, dime, ¿qué opinas de un hermano que se niega a entregarte en el altar el día de tu boda?

— ¿Está hablando del señor Dominic, verdad?

—Solo responde. —Insistió Krubscabia—.

—Creo que esta vez me abstendré de responder la pregunta, señorita. Es mejor que no hable.

— ¿Saben qué? —Se dirigió a los dos—, mejor me iré a terminar los preparativos de mi boda, y tú —señaló a Dominic—, me entregarás en el altar y no se habla más. —Finalizó antes de salir de la oficina, zumbando la puerta a sus espaldas—.

—Señor, ¿en serio no entregará a su hermana en el altar?

—No, no lo haré. —Contestó manteniendo firme su decisión—.

—Pero es su hermana, no puede hacerle eso en el mejor día de su vida. —intentó hacerlo razonar—.

—Él no la merece, esto es un error.

—Sí, pero es su error y es ella quien debe darse cuenta de eso. No la deje sola, no en su día especial, debe estar con ella.

—No lo sé. —Dudó por un momento—.

—Prométame que lo pensará.

—Vale, lo pensaré. —Suspiró resignado, deseando no continuar con el tema—.

—Bien, ahora terminaré con los informes, y... ¡Una rata! —gritó—.

— ¿Qué? —la miró confundido—.

—Una rata, hay una rata en la oficina. —Caminó en reversa, asustada por el roedor, chocando su espalda con el pecho de Dominic y haciéndolo sentarse abruptamente en el sillón con ella sobre sus piernas—.

Siempre Es De Noche  [COMPLETA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora