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#PERSPECTIVA DE ÁNGEL#

Desde mis sueños, apenas era capaz de percibir inconscientemente lo que sucedía en mi habitación. La oscuridad intensa invadía el lugar y solo se escuchaba un enorme silencio. Me revolví en mi cama cuando oí un pequeño sonido similar al de la puerta abrirse y cerrarse. De repente, las persianas se subieron, creando una insoportable luz.

-¡Qué coño...!- Grité por el susto.

Observé una silueta, por un momento, hasta que pude ver bien a alguien frente a mi cama.

-¿Tú quién eres?- Pregunté aún sin conseguir ver correctamente.

-Tu compañera de cuarto.- Afirmó una voz terca, igual de terca que la mía cuando me despertaban bruscamente.

-Pero, ¿tú cuándo llegaste?-

-Acabo de llegar ahora.- Respondió mientras seguía abriendo las ventanas que quedaban.

-¿Y no podías ser un poco menos brusca?- Pregunté frotándome la cara con las manos.

Por fin, vi con detalle todo a mi alrededor. Era una joven más bajita que yo con un pelo corto y liso de color negro. En aquel momento, tenía la línea del cabello en el centro y había cogido dos mechones de la parte delantera que había enrollado y había sujetado a la parte trasera con horquillas. Observé su cuerpo delgado y poco dotado cubierto por lo que parecía un uniforme, es decir, una faldita de cuadros y una camisa lisa. Sus ojos también eran oscuros y su cara tenía una forma redonda.

-Son las dos de la tarde.- Me avisó.

-¿Qué?- Me exalté.

¿Podría ser posible? ¿Había dormido tanto? En mi defensa diré que hacía años que no dormía en una cama tan cómoda. Y con eso quería decir que nunca, que yo recordara, había dormido en una cama si quiera decente. Miré a mi alrededor mientras me acariciaba el pelo que, probablemente, debía estar horriblemente alborotado. Había varias maletas sin deshacer en dos de las camas que quedaban libres.

-Parece que las otras dos chicas ya han escogido donde dormir.- Añadí estirándome.

-Sí, no han querido despertarte.- Respondió la muchacha mucho más alegre.

-Me llamo Amelie. Aunque puedes llamarme Ami.- Se presentó antes de agarrar sus valijas y dejarlas en la última cama que quedaba.

-Será mejor que me prepare para ir a comer.- Dije mientras cogía unas prendas de ropa y entraba en el baño.

-Te espero para bajar.- Añadió la chica.

Lo primero que hice fue darme una ducha para despejarme un poco. Sentía una agradable sensación, el agua recorriendo mi cuerpo, cada gota resbalando por mi piel, algo cálido. Estaba absorta con aquello hasta que recordé que Amelie me esperaba fuera. Salí de inmediato para vestirme.

*****

Caminamos una al lado de la otra sin mediar palabra hasta llegar al comedor. No pude evitar sentirme un poco intimidada al observar que había crecido el número de personas que se encontraban allí.

-Nuestras compañeras están en aquella mesa.- Me indicó Ami señalando disimuladamente con la mano.

Miré aquel lugar que me había mostrado: completamente rodeado de gente. Demasiadas personas como para acercarme de golpe.

-Em... me gustaría estar un rato sola. Luego me pasaré a presentarme.- Dije para no ponerme tensa ante las miradas de esas personas que iba a conocer.

¿Quién soy yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora