La amenaza

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#PERSPECTIVA DE ÁNGEL#

Caminé por el pasillo haciendo un gesto con la mano en señal de saludo al encontrarme de frente a Ami con Emily. Ambas iban en dirección hacia nuestro cuarto mientras que yo tenía otro plan en mente.

Una vez me sobrepasaron, las miré de reojo de forma disimulada. Sabía que ninguna de mis compañeras de piso iban a intentar nada contra mí ya que no querían tener problemas en el mismo lugar donde dormían por lo que no tenía que protegerme de ellas.

Por el contrario, los chicos Stean... Les veía perfectamente capaces de atacarme en cualquier momento si daba un paso en falso. Me caían muy bien pero no podía arriesgarme a estar en su punto de mira. Tenía que hacer algo para estar fuera de su alcance y, por suerte, ellos mismo me habían dado ya su punto débil: sus padres.

Suspiré fuertemente mientras miraba la madera frente a mí con los números 234 en dorado. Llamé y esperé pacientemente a que alguien, en este caso Adam, abriera.

-¿Qué?- Dijo todo borde al ver que era yo.

-¿Está tu hermano?- Le pregunté conteniendo una pequeña rabia.

-No.-

-Adam, ¿quién llama?- Preguntó la voz de la persona que yo estaba buscando.

Ladeé mi cabeza y alcé las cejas sabiendo que me acababa de mentir descaradamente.

-No podía quedarse callado.- Se susurró a sí mismo mientras se apartaba para dejarme pasar de mala gana.

Yo esbocé una pequeña sonrisa que él fue capaz de percibir, a lo que me contestó poniéndome mala cara.

-Vosotros a lo vuestro.- Añadió Adam mientras entraba en el baño.

-¿Le pasa algo?-

-Cree que eres una mala influencia.- Me respondió el chico que estaba tumbado en la cama.

Me senté a su lado mientras él se incorporó para dejarme espacio.

-¿Por qué se comporta así conmigo? Si no le he hecho nada.- Dije yo inocentemente.

-Sabe que has estado en un reformatorio.- Añadió como si fuera algo malo.

-Ooh... vaya cosa.- Me burlé.

Algo me decía que el hermanito estaba escuchando lo que decíamos detrás de la puerta.

-¿Está así por lo del otro día?- Pregunté haciendo referencia a cuando nos encontró liándonos.

-Sí. No lo entiendo, solo nos estábamos divirtiendo.- Contestó él.

Vi el momento adecuado.

-Sí... por ejemplo...- Dije mientras me sentaba sobre Mitchel, mirándole a los ojos.

Acerqué mi rostro al suyo y, al ver que no iba a alejarse, le besé. Sin embargo, poco después, su hermano salió del baño y nos miró impactado. Esta vez, no gritó pero decidió agarrarme de la cintura para separarme de él y tirarme sobre la otra cama.

-Te toca el baño.- Le dijo a Mitch con un tono notablemente borde.

Su hermano comenzó a reírse ante la actitud de Adam. Yo, por el contrario, no me reía pues aquello era exactamente lo que quería que sucediera. El joven rubio se levantó y se dirigió al baño antes de que su hermano se diera la vuelta hacia mí. Se cruzó de brazos y me miró con una expresión que me indicaba que, realmente, se encontraba enfadado.

-¿A ti qué te pasa?- Me preguntó.

-Mira, sé que no hemos empezado bien pero no me juzgues por la portada.- Comencé a decir mientras me acercaba a él para acorralarle contra la pared.

¿Quién soy yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora