#PERSPECTIVA DE ÁNGEL#
Caminé por los jardines mientras observaba a grupos de gente abrazándose y saludándose con emoción después de haber pasado tanto tiempo separados debido a las vacaciones. Sin embargo, yo sabía exactamente dónde tenía que ir si quería encontrarme con ellos. Me dirigí directamente hacia el campo de fútbol donde pude ver la figura de Josh apoyado sobre una valla en las gradas y conversando de forma tranquila con los hermanos Stean.
El chico me vio de lejos y sonrió. La verdad era que sentía que podría haber salido volando de los nervios que sentía.
-Hola.- Me saludó mientras me acercaba a él.
Una vez estuve lo suficientemente cerca, fui incapaz de evitar besarle. Junté mis labios con los suyos haciendo que se sorprendiera. Noté que, durante un segundo, se quedó paralizado pero, después, continuó mi beso mientras ponía sus manos sobre mi cadera.
-Tranquila, fiera. Ninguna chica te lo va a quitar. Están todas distraídas con los chicos nuevos.- Dijo Mitchel mientras reía.
Quizá había sido demasiado directa pero fue algo que salió de mí sin querer. Llevaba tanto tiempo separada de Josh que era como si el cuerpo me lo hubiera pedido.
-Echaba de menos tus bromas.- Añadí mientras abrazaba a Mitch.
-¿Yo no tengo abrazo?- Preguntó Adam de broma.
Sinceramente, Adam había sido siempre tan distante que no pensaba que iba a querer que le abrazara.
-Por supuesto.- Dije mientras lo hacía.
Me separé de él y, de repente, Tania saltó sobre el chico haciendo que los dos cayeran al suelo.
-Uuuf... Menudo placaje.- Bromeó Josh haciendo una mueca.
-Es cierto eso de que el amor duele, literalmente.- Dijo Mitch al ver a su hermano medio dolorido en el suelo.
Tania le dio un apasionado beso a Adam antes de levantarse.
-Ya veo que no perdéis el tiempo.- Comenté ayudando a mi amiga a levantarse.
Parecía que, a pesar del golpe, mantenían una radiante sonrisa.
-Tú no me hagas eso.- Me dijo Josh.
-Tranquilo que no pienso hacerte un placaje.- Bromeé.
Fue entonces cuando clavé mis ojos en la joven solitaria que cruzaba, de forma apresurada, directamente de un lado al otro del patio para ir al edificio principal, supuse que, en busca del profesor.
La chica era castaña y tenía el pelo corto en forma de ondulaciones cuyas puntas rozaban sus hombros levemente haciendo que tuviera un toque más elegante. No podía observar bien sus ojos ya que mantenía su mirada fija al suelo sin levantarla en ningún momento por lo que no pude decir con exactitud de qué color eran. Desde mi punto de vista parecían verdes pero no estaba muy segura.
Lo único que podía saber era que, al contrario que muchos, se encontraba completamente sola.
#PERSPECTIVA DE MARIE#
Súper nerviosa. Sentía que el estómago daba vueltas en mi interior y no dejaba de dar brincos. Aunque me quedaba quieta sentía que, en cualquier momento, iba a estallar.
Vine a aquel internado para subir mi nota media y porque mis padres no querían tenerme en casa aburrida todo el día ya que ellos no podían atenderme porque estaban ocupados por el trabajo.
Ya había cruzado el patio principal sin mirar a nadie, intentando evitar cualquier contacto visual con alguno de los alumnos y ya estaba sentada en la silla frente a la enorme mesa del director.
El señor comenzó a hablar sin dejarme decir ni una sola palabra, cosa que agradecí puesto que estaba demasiado nerviosa como para decir nada, así que me quedé callada mientras asentía sin saber exactamente qué me decía. Sabía que me hablaba pero mi cabeza no procesaba las palabras. Escuchaba un constante murmullo en mi mente que no me dejaba escuchar. Me sentía alterada.
-Señorita, señorita Marie.- Me llamaba el director.
Por fin, volví en mí.
-¿Eh?- Pregunté tremendamente confusa.
-Puede irse.- Me dijo mientras me cedía unas llaves y un papel donde supuse que ponía mi horario.
Me levanté un poco abrumada debido a los nervios que me iban a invadir durante varias semanas. Rápidamente, fui a dejar mis maletas en la habitación que me correspondía. Mis compañeras parecían no estar allí, seguramente salieron a reencontrarse con algunas amigas, sin embargo ya tenían sus valijas sobre sus camas. Dejé las mías sobre la que sobraba y salí de la sala esperando no encontrarme con nadie.
Ya era la hora de comer así que todos estaban en el comedor. Estaba entrando por la puerta intentando no llamar la atención pero mi pulso se disparó en cuanto notó que la mayoría de las personas me miraban esperando a que algo sucediera. Me quedé parada sintiendo que el mundo se me venía encima.
De repente, noté que un líquido caía sobre mí y quedé empapada. Miré mis manos cubiertas de aquel potingue de color azul mientras comenzaba a escuchar las horribles risas que se burlaba de mi humillación.
Repasé los rostros que clavaban sus miradas y sus horribles sonrisas en mí hasta que mis ojos se toparon con las de aquella joven, aquella que no parecía reírse de mi desgracia sino que fruncía el ceño con preocupación. Se encontraba sola en una mesa sujetando su mochila frente a ella. Me percaté de su cabello y ojos castaños y de sus ropas oscuras. Sin embargo, que ella no se riera no fue suficiente para contener mis sentimientos.
No pude aguantar más las lágrimas y salí corriendo antes de que pudiera sufrir alguna humillación más. Me encerré en el baño de las chicas que, casualmente, estaba vacío y allí me desahogué.
Escuché cómo la puerta del baño se abría y unos pasos se acercaban hacia el servicio en el que yo estaba encerrada. Comenzó a dar golpes en la puerta.
-Eh, novata. Creo que necesitas esto.- Dijo una voz femenina que nunca había escuchado.
Por encima de la puerta apareció una toalla y un trozo de papel higiénico en el que venía algo escrito:
"No te fíes del equipo azul."
¿Qué quería decir eso? ¿Qué era el equipo azul? ¿Tendría que ver con la broma?
Dudé un segundo sobre lo que debía hacer y, finalmente, decidí salir del baño para buscar a la persona que me había cedido aquel papel para preguntarle lo que significaba pero no estaba. No había nadie. Había desaparecido y tenía que saber quién era...
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¿Quién soy yo?
Novela JuvenilNo hay forma más básica de describir una historia que diciendo que contiene un inicio, un problema y un desenlace. No puedo decir lo mismo de esta historia protagonizada por una joven que, como muchos escucharéis decir, está perdida y parece buscar...