#PERSPECTIVA DE ÁNGEL#
Me senté en el sofá con agotamiento. Por fin, había conseguido cambiarme la ropa mojada y peinarme medianamente decente. Miré ligeramente hacia mi alrededor y me fijé en la figura de Luke apoyada sobre una pared. Mi intención era sonreírle amablemente pero sus ojos se clavaron en otra persona. Inmediatamente, me giré para ver lo que estaba observando. Sonreí inevitablemente cuando Josh caminaba hacia mí vestido con la ropa que le había prestado mi padre. Me percaté de que le quedaba bastante bien aquel conjunto: llevaba una camisa blanca con unos vaqueros negros y un sombrero oscuro que me resultaba muy familiar.
-Bueno, ¿qué tal estoy?- Me preguntó haciéndose el chulito y dando una vuelta sobre sí mismo para que le viera bien.
-Estás como un chico de veinticinco años.- Le respondí entre risas.
-Que son más o menos los que tiene tu padre.- Dijo mientras se sentaba a mi lado.
-Más o menos. ¿Ese sombrero es mío?- Me alarmé al darme cuenta.
-Lo he visto tirado y pensé que me quedaría bien.- Presumió el chico.
-Dámelo.- Le ordené mientras me abalanzaba sobre él.
-¿Qué pasa? ¿No puedes dejarle un sombrero a un amigo?- Preguntaba él, agarrándome de las muñecas para que no lo alcanzara.
Sin embargo, mientras yo forcejeaba con él, Luke llamó a su hermana antes de susurrarle algo, a la vez que señalaba disimuladamente hacia nosotros. Inmediatamente, ella corrió en nuestra dirección y comenzó a tirarme de la ropa para llamar mi atención.
-Oye, Ángel. Tu novio es muy guapo.- Dijo Lindy tiernamente.
-¿Novio?- Repetimos los dos a la vez asombrados.
-¿Me lo prestas un rato?- Preguntó la niña.
-¿Qué?- Dije yo.
La pequeña agarró el brazo de Josh con fuerza y tiró de él para que le siguiera. Mientras se marchaba, me miró confundido y yo me encogí de hombros con una sonrisa divertida.
*****
Me costó un tiempo conseguir reunirme con Josh a solas. Más bien, no lo conseguí porque ya eran las nueve de la noche y la gente nos rodeaba en el jardín sin dejar tener una conversación íntima. De repente, a mi padre se le ocurrió poner música. Los familiares comenzaron a hacer parejas preparándose para lo que llegaba.
-Por favor...que no ponga una lenta.- Susurré.
Yo odiaba las canciones lentas. Ese no era mi rollo.
Por desgracia, no me percaté de que Josh me había escuchado y esbozaba una sonrisa divertida. Inmediatamente, caminó hacia Leo y le susurró algo en el oído. Mi padre se dio la vuelta y empezó a marear los botones del amplificador antes de conectarlo a otro aparato donde podía escoger las canciones que quería que sonaran.
Escuché atenta la canción que acababa de poner antes de percatarme de que Josh había sonreído de nuevo, orgulloso. No era una canción cualquiera... era salsa. La única cosa peor que una canción lenta: la salsa. El joven clavó sus ojos en mí y se acercó mientras bailaba. Yo negué con la cabeza sabiendo lo que quería.
-¿No decías que no querías una lenta? Pues te dedico una canción movidita.- Me dijo estirando el brazo.
-Yo no sé bailar esto.- Continuaba negando.
-Yo te enseño.- Insistía el chico.
Le agarré de la mano dudando. Él rápidamente me arrastró hasta el centro del jardín mientras que sentía inundarme una vergüenza enorme. Josh comenzó a moverse diciéndome cómo eran los pasos y yo intentaba seguirle sin conseguir nada. El chico se reía de mí.

ESTÁS LEYENDO
¿Quién soy yo?
Novela JuvenilNo hay forma más básica de describir una historia que diciendo que contiene un inicio, un problema y un desenlace. No puedo decir lo mismo de esta historia protagonizada por una joven que, como muchos escucharéis decir, está perdida y parece buscar...