Quedada incómoda

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#PERSPECTIVA DE ÁNGEL#

Ya había pasado un mes. Sí, un mes muy completo, con sus bromas sus problemas, sus deberes... y todo eso. Mantuve el pen-drive encima de mi cómoda para ver si Amelie lo había mirado pero parecía que no quiso perderme como amiga o, quizá, no quería que dirigiera mi ira hacia ella.

Había pasado algún que otro fin de semana en casa de los Vang. Un precioso chalet con un hermoso jardín, una enorme piscina y una caseta de perro que parecía estar completamente deshabitada. La casa era blanca y tenía dos pisos. Mi habitación estaba en la parte de arriba. Mis tutores ya me habían comprado ropa que se mantenía guardada en el armario de mi habitación.

-Son prendas muy hermosas.- Añadí cuanto noté que Margi había entrado y me observaba mover de un lado a otro las perchas.

-Eso espero. Las escogí especialmente para ti.- Me contestó con una dulce sonrisa.

Lo que más me sorprendía era que toda la ropa me quedaba a la perfección, ni demasiado grande, ni demasiado pequeña, perfectas.

-¿Cómo averiguaste mi talla?-

-En mi familia tenemos un don con la ropa. Siempre escogemos las prendas perfectas y del tamaño correcto.- Dijo sin darse cuenta de que aquello podía afectarme.

No había conocido a la familia Vang al completo. Desde el primer día en que conocí a esa pareja, nunca me había planteado conocer a nadie más. Pensaba que no sería necesario ya que no podrían ayudarme. Eran sólo desconocidos que no mostraban interés en saber quién era.

-Yo... lo... solo... - Empezó a titubear la mujer queriendo abrirse a mí pero a ambas nos costaba.

Simplemente, se fue y, en cuanto cerró la puerta, miré al lugar por donde había desaparecido. Cada vez que pasaba algo como aquello o sucedía que estuviéramos en una situación parecida me preguntaba: ¿Cómo puedo demostrarles mi cariño y mi agradecimiento? Lo tenía difícil.

En fin, que como los fines de semana no los pasaba en el internado tampoco estaba presente en las bromas de los equipos. Me iba los viernes por la tarde y volvía los domingos por la noche por lo que no me enteraba de las travesuras de las bandas que hasta ahora habían sido pequeñas.

Pero tenía otros problemas...

*****

#PERSPECTIVA DE MITCHEL#

Apoyé mis brazos sobre la mesa de piedra frente a la que estaba sentado mientras miraba directamente hacia mi hermano, sentado a mi derecha con la cabeza baja y sin tener especial ánimo para hablar.

Sabía que Ángel, a quien tenía en frente, me estaba hablando sobre su familia y algo de no saber cómo comportarse con ellos pero, la verdad, tampoco es que me importara demasiado.

-Mitch.- Me llamó dándome un golpe para que reaccionara.

La miré con los ojos abiertos.

-¿Qué pasa?- Pregunté inconscientemente.

-"Estás pasando de ella como de la mierda."- Susurró mi hermano sin mover su mirada del libro que tenía delante.

Ambos le miramos con el ceño fruncido. La verdad era que seguía de mal humor y había decidido susurrar las cosas para que no crear problemas con sus comentarios bordes.

-Perdóname, ¿qué decías?-

Ella negó con la cabeza mientras mantenía una pequeña sonrisa, sabiendo cómo era yo y teniendo en cuenta que no quería escucharla hablar sobre eso en realidad. Por suerte, la figura de Josh apareció permitiéndome tener una vía de escape.

¿Quién soy yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora