Amiga o amenaza

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#PERSPECTIVA DE IAN#

Fui incapaz de contener una sonrisa al verla sentada en una de las mesas del comedor mientras cotilleaba su móvil. Después de que fuera ella quien mantuviera aquella agradable conversación conmigo, la veía con mejores ojos y tenía claro que, aunque no quisiera admitirlo, se sentía a gusto conmigo.

Fue por aquel motivo por el que, después de vacilar un poco, me acerqué y me senté frente a ella.

-Hola, ¿qué tal te ha ido hoy?- Pregunté con mi típica sonrisa.

-¿Sabes que lo de ayer no te da derecho a seguir intentando hablar conmigo?- Me susurró inclinándose un poco sobre la mesa.

-Ya veremos...- La imité.

Noté que no pudo evitar sonreír, lo que me indicó que ella debía pensar que yo era realmente adorable... o a lo mejor yo estaba exagerando de la emoción.

#PERSPECTIVA DE AMELIE#

Clavé mis ojos en el joven moreno de ojos claros que charlaba con Ángel. Ella ya había conseguido su atención constante hasta el punto de que él parecía perseguirla. Aquello la ponía por delante de nosotras y no podía permitir que eso siguiera así.

-Necesitamos un plan.- Ordené a Emily y Elisa mientras la miraba con odio.

-Por favor, Ami, Ángel no está contra nosotras. Estás paranoica.- Me dijo Emily.

-Claro que no. Lo que te pasa es que pasas mucho tiempo fingiendo ser la novia de Mitchel y te está comiendo el coco.- Dije un poco enfadada.

-Ahora vais a ver lo que hace una puta de verdad.- Añadí mientras me levantaba y caminaba hacia ellos con mi comida en las manos.

En cuanto estuve lo suficientemente cerca, obligué a Ángel a agarrar mi bandeja. Decidí darle la espalda a la chica, sabiendo que sería una falta de respeto, queriendo hablar con su amigo.

-Hola. Soy Amelie.- Le saludé con una sonrisa falsa intentando ser lo más provocativa posible con mi faldita de cuadros.

Lo que quería era molestar a la muchacha. Sin embargo, en ocasiones era complicado saberlo puesto que su actitud indiferente podría ser similar a su actitud molesta. Por ejemplo, en aquel momento, ella sin mirarme y poniendo una expresión insensible, dejó caer mi bandeja sobre la mesa, haciendo que las cosas de encima se derramaran y se fue.

Si hubiera sido cualquier otra persona, habría sabido que habría cumplido mi objetivo pero siendo ella, simplemente podría haber reaccionado a la falta de respeto que yo había realizado.

-Ángel, espera.- Le gritó su amigo mientras intentaba seguirla.

Le agarré del brazo para que no pudiera irse tras ella. Le hice darse la vuelta, dando la espalda en la dirección en la que la chica se fue para que, mientras hablaba con él, pudiera observar con cuidado la expresión de su cuerpo.

-No, espera tú. No me has dicho cómo te llamas.-

-Ian.- Dijo secante.

-Que nombre tan bonito.- Le alagué para zorrearle un poco.

Y me percaté de los puños cerrados de Ángel mientras desaparecía por la puerta del comedor. Aquel fue el claro indicio de que no le había resultado indiferente sino que le había molestado. Así que sonreí orgullosa.

#PERSPECTIVA DE ELISA#

Clavé mis ojos en nuestra amiga mientras caminaba directamente hacia Ángel. No comprendía desde cuándo ella se había tomado la libertad para realizar sus planes egoístas sin consultarnos al resto del equipo.

-Tenemos que hacer algo con ella. Se está pasando con todo esto.- Le dije a mi compañera.

-Lo sé. Va a acabar rompiendo las normas de la batalla y los del equipo azul se cabrearán.- Me contestó.

-¿Y qué hacemos?-

-Tenemos que recordarle las reglas y, si no lo conseguimos, tendremos que expulsarla.- Aconsejó ella.

-¿Expulsarla? Pero es nuestra amiga.- Reproché.

-Ángel también lo era y mira lo que le hicimos.-

-¿Ángel? ¿Amiga nuestra? Solo la utilizábamos para ganar la batalla.- Le expliqué.

-Es que... Mitchel me ha contado cosas sobre ella y me parece buena persona.- Añadió Emily.

-¿Buena persona? Era una amenaza para nosotras.- Le recordé.

-No. Nosotras la consideramos como tal pero, en realidad, no lo era. Ella nunca nos habría hecho nada porque confiaba en nosotras.- La defendió teniendo toda la razón.

-No creo que ella nos considerara sus amigas pero, aún así, ¿cómo pudimos engañarla de aquella forma?- Pregunté sin querer recordar la respuesta.

-Quizá ya no quiera dirigirnos la palabra pero por lo menos podríamos no hacerle nada malo y eso incluye alejarla de Amelie.- Añadió mi mejor amiga.

-Tienes razón. Hay que hablar con Ami.- Finalicé la conversación.


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