#PERSPECTIVA DE ÁNGEL#
Acababa de terminar de coquetear con Mitchel ya que su novia de paja había llegado. Antes de irme del comedor decidí acercarme a él.
-Oye, Josh. ¿Te importa que retrase la quedada de esta tarde un par de horas? Tengo unas cuantas cosas que hacer.- Le dije con una dulce sonrisa.
Había estado sujetando el cubierto con tanta fuerza que se le había quedado la marca del metal en la mano. En cuanto vio que le dediqué una hermosa sonrisa, se relajó. Tened en cuenta que mis dulces sonrisas eran bastante escasas. Verme una vez sonreír era casi un milagro y él lo valoraba.
-Claro. No pasa nada.- Me respondió devolviéndome una sonrisa que me resultaba muy atractiva.
-Bien. Nos vemos esta tarde.- Me despedí contenta.
Ya había conseguido realizar la primera parte de mi plan y no pensaba dejar algo así a medias. Él me había ayudado a mostrar cariño a mis tutores y quería agradecérselo. Quizá debía intentar mostrar un mínimo afecto hacia él y puede que me resultara incluso agradable.
*****
Caminé hacia la habitación de Josh a las ocho y media de la tarde. Ambos habíamos cenado pronto para poder quedar para estudiar. Llamé a la puerta aunque sabía que estaba abierta. Para mi sorpresa fue Charly quién contestó.
-Pasa.-
Entré y me encontré al chico pelirrojo en frente de mí sacando unos libros de su mochila.
-Tu mentor está ahí tirado.- Me indicó el muchacho mientras se sentaba frente a una mesa.
Miré hacia la cama de Josh. El chico estaba tumbado del revés por lo que me daba la espalda. Llevaba puestos unos cascos grandes por lo que no se dio cuenta de que había entrado. Me acerqué a él por detrás y me agaché para estar a su altura. Le quité los cascos suavemente y le susurré al oído.
-¿Qué estás escuchando?-
Él me miró sorprendido.
-¿Ya es la hora?- Preguntó.
-Sí, lo es.- Respondí mientras me sentaba en su cama.
El chico no se había molestado en incorporarse, simplemente dejó su móvil con los grandes cascos a un lado.
-Comencemos, pues.- Añadió.
Se notaba que el chico estaba un poco cansado y que, aunque no tuviera ganas, se pasaría el tiempo que yo necesitara para ayudarme.
Repasamos varios ejercicios durante horas hasta que, de repente, apareció Ryke entrando en la habitación con mucha prisa y cerrándola con fuerza antes de apoyarse contra ella. Parecía un poco agotado.
-¿A qué viene esa entradita?- Preguntó Josh riéndose.
-Me escondo de la secretaria.- Respondió con sorna.
-Creo que tengo que irme.- Dije mientras recogía mis cosas.
-¿Irte? ¿No es un poco tarde para eso?- Añadió Charly.
-¿Qué hora es?- Pregunté fingiendo preocupación a pesar de que ya conocía la respuesta.
-Son las... diez y media.- Me contestó Josh mirando el reloj de su muñeca.
-¿Qué?- Me resalté.
-¿Por qué crees que he entrado tan corriendo? Los vigilantes casi me pillan.- Me explicó Ryke.
Abrí un poco la puerta para ver si había alguien. Un vigilante pasaba por el pasillo sin tener intención de dormir. Se situaba donde las escaleras, justo donde no dejaba paso a nadie.
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¿Quién soy yo?
Roman pour AdolescentsNo hay forma más básica de describir una historia que diciendo que contiene un inicio, un problema y un desenlace. No puedo decir lo mismo de esta historia protagonizada por una joven que, como muchos escucharéis decir, está perdida y parece buscar...