Mi día de descanso

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#PERSPECTIVA DE ÁNGEL#

Suspiré aliviada mientras me colocaba en la cola para coger la comida. Después de muchísimo tiempo intentando convencer a ambos grupos para que me concedieran un día libre de ellos: un día para encontrarme a solas con mis pensamientos.

De repente, se escuchó un grito de Emily, seguido del de Elisa y Amelie. Las vi chillar como locas mientras que Tim se reía y Luca intentaba acercarles aquel plato que, en vez de tratarse de espaguetis, eran gusanos vivos. El equipo azul sabía perfectamente que ellas odiaban los bichos con toda su alma. No pude evitar reírme.

-¿Te parece divertido?- Me susurró alguien de forma muy borde al oído.

Me giré sorprendida y vi a Charly poniéndome mala cara.

-¿Divertido?-

-Sí porque a mí no me lo parece.- Ignoré su comentario y volví a dar la vuelta para continuar la cola.

Tanto ese muchacho como sus compañeros de piso, habían pasado de contestarme cuando les saludaba. Desde que daba aquellas clases con Josh, nunca habían hablado conmigo, ¿por qué tenían que hacerlo en ese momento?

-¿Te hace gracia que tu amigo esté involucrado en una batallita que solo causa problemas?- Me preguntaba mientras me seguía.

Por fin, me tocó recoger mi comida.

-A nosotros no.-

-¿Vosotros?- Dije borde al ver que no me dejaba en paz.

Salí de la cola con mi bandeja de comida para sentarme en una mesa pero Charly me siguió y se sentó a mi lado.

-Sí, nosotros, sus compañeros de habitación.- Me contestó. -Él nos preocupa y parece que a ti no.-

-¿Por qué tendría que importarme? Solo somos amigos. No puede escoger por él en su vida.2-

-¿En serio? Creía que eras...bueno...- Intentó decir el pelirrojo.

-¿Uno de sus ligues? Comprendo. Además, él se metió en eso. Fue decisión suya.- Le contesté.

-No fue decisión suya. Fue involucrado en eso, por obligación, como todos, por culpa de los hermanos y las amigas.- Me corrigió haciendo referencia a Elisa, Emily, Mitchel y Adam.

-Todos fueron escogidos y obligados a elegir entre los equipos. Tú eres su próximo objetivo. ¿O te crees que no ha habido gente que era amigo de ambos grupos? Todos comenzaron con pequeñas amistades entrelazadas pero finalmente todos eligen, quieran o no.- Me explicó como si fuera un duelo a vida o muerte.

-Entonces... que me utilizan.- Resumí ya conociendo aquel pequeño detalle.

-A ti y a todos. Es difícil no estar involucrado en eso.-

-Pero hay algo que no saben y es que este año hay un nuevo equipo en la batalla y será quien termine con toda esta tontería.- Me explicó.

-¿Y quiénes son?- Pregunté.

-No puedo decirte nada.-

¿Pero este de qué iba? ¿Primero me lo contaba y, luego, me decía que no podía decir más? ¡Si ya dijo casi todo! ¿Qué más le da decir lo que quedaba?

-Entonces, ¿por qué me cuentas esto?-

-Te cuento solo lo que necesitas.- Me respondió antes de que apareciera alguien más.

Ryke se acercó en la mesa en la que estábamos.

-Hola, ¿puedo sentarme?- Preguntó.

-Sí.- Dijo Charly.

-No.- Le corregí yo.

Igualmente el chico no me hizo caso, simplemente sonrió por mi actitud y se sentó al lado de su amigo.

-¿Hola?- Añadí molesta.

-¿Qué pasa?- Preguntó el pelirrojo sin comprender qué me pasaba.

-Este es mi día de descanso. El día en que ninguno de esos dos equipos que tanto odiáis y conocéis me va a dirigir la palabra.- Comencé a quejarme mientras señalaba de forma exagerada a las mesas.

-Un día en el que puedo estar sola y tranquila comiendo en completo silencio.- Recalqué esta última frase.

-Podemos estar callados si quieres.- Respondió Charly sin hacerme ni caso.

Fue entonces cuando Spencer se acercó y, después de saludarnos con la mano, se sentó. Yo les miré ofendida y, sobretodo, molesta. Cogí mis cosas y me levanté bruscamente. La primera vez que esos tres idiotas me hablaban y tenía que ser ese día. En cuanto me fui Charly y Ryke comenzaron a reírse.

-¿Qué la pasa?- Preguntó Spencer sin entender nada.

Yo dejé mi bandeja, aún con la comida en ella, en donde se dejaban normalmente. Es decir, que me fui ofendida sin haber comido casi nada, cosa de la que me arrepentí más tarde cuando me comenzaron a sonar las tripas en mitad de la clase.

-¿Ese león que suena es tu furia o es que gruñes por los deberes de hoy?- Me susurró Luca al escucharlo.

-No aciertas una...- Le respondí.

-¿No has comido nada?- Me preguntó más seriamente.

-No, no he podido.-

-¿Cosa de la regla?-

-¿Qué? no, la regla no hace... déjalo...- Dejé de hablar al ver que solo se metía conmigo.

*****

Caminé hacia la habitación de Josh. Antes de poder llamar a la puerta apareció Ryke que sonrió al verme pero parecía tener prisa.

-Entra si quieres. Josh te está esperando.- Dijo antes de irse por el pasillo.

Entré y el chico me saludó.

-Hola, Ángel. Tienes mala cara, ¿pasa algo?-

Aún estaba de mal humor por lo de la mañana.

-Pasa que no he comido nada.- Le dije medio gritando.

-¿Y eso? ¿No era tu día de descanso?- Me preguntó.

-Sí pero tus compañeros se empeñaron en hacerme compañía, me enfadé y me fui.- Añadí señalando a Charly que era el único de los tres chicos que estaba allí.

Él me miró intentando no reírse porque sabía que estaba enfadada y que no debía ponerme de peor humor.

-Tranquila. Eso te pasa por hacer amigos fuera de los equipos.- Me explicó mi amigo.

-Si no son mis amigos. Llevan sin hablarme desde que les vi por primera vez y esta mañana, de repente, se sientan a mi mesa a darme conversación.- Seguí quejándome.

-Necesito otro día de descanso.- Supliqué mientras me sentaba en su cama.

-De eso nada. Ya no puedes.- Me dijo Josh sonriente.

-¿Cómo que no? No puedes hacerme esto. Es cruel.-

-Entonces, soy cruel.- Me respondió.

-Empecemos esto cuanto antes así luego puedo ir a dormir a mi cuarto.- Confesé mientras sacaba el libro de matemáticas.

Estudiamos una hora y pude, por fin, entrar en mi habitación. Estaba vacía por suerte. Me tumbé boca arriba en mi cama con la mitad de las piernas fuera del colchón, apoyando la planta de los pies contra el suelo. Disfruté durante un segundo el silencio cuando...

Entraron mis compañeras, las tres a la vez, hablando alto y quejándose a gritos por la broma de la mañana. Resoplé todo lo fuerte que pude y me puse la almohada encima sin poder soportar tanta fatiga...


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