¿Quién soy yo?

¡Qué extraño!

#PERSPECTIVA DE ÁNGEL#

Puse el primer pie en el pasillo antes de pararme de forma brusca cuando le vi charlando con una chica. El principito Stean estaba desplegando sus estrategias de seducción con la intención de conseguir algo de ella. La verdad era que no había hablado con ninguno de ellos desde que, hacía un día, les había amenazado con el audio. Comprendía perfectamente que no quisieran hablar conmigo después de aquello pero... aún tenía la esperanza...

De repente, sus ojos se clavaron en los míos. Inmediatamente, se despidió de la joven antes de acercarse a mí corriendo.

-Hey.- Me saludó.

-Pensaba que no me dirigirías la palabra después de lo del audio.- Le dije confusa.

-E igualmente no te habría importado.- Añadió teniendo razón.

-No mucho.- Le confirmé su teoría.

-Da igual. Tú misma lo dijiste, quedamos como amigos.- Me comentó mientras caminaba a mi lado.

-¿Por qué?- Pregunté, dudando de si era un plan de venganza.

Si lo era no sabía lo que iba a hacer porque en realidad no quería sacar a la luz lo que grabé.

-Porque no pensamos hacerte nada y por eso no nos harás nada malo.- Dijo de una forma lógica.

De alguna estúpida manera me lo creí.

-Ah, vale...- O puede que no tanto.

-Además, tienes mi completa admiración por la amenaza. Nos tienes atrapados. Digno de una profesional.- Añadió riendo.

-Si he recibido un halago del principito, significa que debe ser cierto.- Me burlé comprobando que mi móvil continuara en mi bolsillo.

Sí, la verdad era que me acababa de volver ligeramente paranoica. Su comportamiento no era normal y esperaba que intentara acercarse a mí para alcanzar mi teléfono, donde aún se encontraba aquel audio. Debía ser precavida.

*****

Cogí mi bandeja y eché lo que, a mi parecer, era puré de patata... o algún tipo de patata ligeramente anaranjada. Salí de la cola y, sin siquiera levantar mi mirada, comencé a caminar sin rumbo alguno. Sin embargo, tuve que detenerme cuando vi las piernas de alguien frente a mí. Mi intención iba a ser esquivarla pero, antes de eso, aquella persona, Josh, levantó mi barbilla con su mano para poder mirarme a los ojos.

-¿Pasa algo?- Preguntó sonriente.

-Nada en especial.- Le contesté seria pero se notó que no mentía.

Cualquier joven adolescente habría sido incapaz de evitar esbozar una sonrisa al notar que una persona que le gustaba la miraba de aquella forma tan profunda. Por suerte o por desgracia, aquel no era el efecto que producía en mí. No me llamaba la atención tanto como los hermanos Stean, supuse que era porque no me daba tanto juego como ellos. Él era amable y atractivo pero, por alguna extraña razón, mi corazón le ignoraba.

-Ven conmigo.- Dijo mientras me agarraba la cintura con una mano y con la otra sujetaba su bandeja.

Me dirigió directamente hacia donde se encontraban sus amigos, sentados en la mesa del equipo azul. Allí se sentó y dejó un lugar a su lado para que yo me pusiera junto a él. Eché un breve vistazo al resto de la mesa. El único otro asiento libre era al lado de Adam pero no quería hacerle pasar un mal rato ya que su novia se encontraba presente. Así que decidí aceptar el lugar que Josh había preparado para mí. Sin embargo, miré a los ojos del joven Stean y sonreí cuando vi que evitaba mi mirada, se sentía incómodo y, en parte, yo lo disfrutaba.