#PERSPECTIVA DE TANIA#
Estaba enfadada. No tenía ganas de hacer nada. Durante un tiempo, Adam había estado mirando a otra chica de la que estuvo perdidamente enamorado y temía que le siguiera gustando.
Desde luego que pasé un buen rato llorando a solas, sintiéndome terriblemente insegura. En mi interior pretendía encontrar odio pero no había sitio en mi corazón para eso.
Mis amigas me habían insistido en que fuera al baile pero ninguna había conseguido animarme lo suficiente como para hacerlas caso.
Estaba sentada en el comedor mientras mareaba mi plato. Como era de esperar, estaba sola. Aquello no duró mucho porque Ángel vino a hablar conmigo. Sinceramente, esa chica al principio no me caía muy bien pero desde que Josh comenzó a estar detrás de ella parecía un poco más agradable.
-Hola.- Saludó antes de sentarse frente a mí.
Yo esbocé una leve sonrisa que se notaba que era triste.
-¿Sigues mal con Adam?- Preguntó queriendo apoyarme.
-Sí... Llevo sin hablarle durante un tiempo y ya no puedo más. Quiero odiarle pero es demasiado difícil.-
-Entonces no lo hagas.-
-¿Qué? ¿Pero sabes acaso lo que hizo?- Le grité.
-Mirar a otra chica... Oooh... Qué delito.- Añadió irónica como si aquello no importara. -¿Sabes la de gente que yo conozco que han hecho un delito peor que el de Adam?- Dijo ella.
-Lo sé. Puede que para ti no sea nada pero para mí era toda mi vida.- Le reproché.
-Y lo sigue siendo.-
-No.-
-Mira, lo de Amelie ya pasó. Él te quiere a ti.- Me afirmó con fuerza.
-Entonces, ¿por qué la miraba?-
-No todo es lo que parece. ¿Se lo has preguntado a él?-
Bajé mi cabeza haciendo que supiera que no lo hice.
-Acepta el consejo que me dieron a mí y déjate llevar.- Me contestó antes de levantarse e irse.
*****
Ya eran las ocho y yo intentaba desesperadamente evitar el tema del baile que se celebraba esa misma noche. Había pasado horas a solas con tal de no escuchar nada de aquello. No tenía intención alguna de ir a esa horrorosa fiesta. Estaba demasiado deprimida.
Caminaba hacia mi habitación, esperando que ya no hubiera nadie dentro y, por suerte, fue así porque mis compañeras se habían ido muy pronto. Miraba a mis pies mientras andaba sin darme cuenta de quién o qué podría estar delante hasta que levanté mi mirada para ver la puerta de mi habitación. Una nota colgaba de ella:
"No te pido que me perdones...solo que me concedas una noche. Sigue las pautas que te escribo: Primero lee el sobre y luego la carta que está en su interior. Déjate llevar."
Estaba claro que era de Adam. Entré en mi cuarto y tiré el papel al suelo. Crucé toda la habitación hasta llegar a agarrar el pomo del baño. Di unos pasos hacia atrás para volver al cuarto... ¿Había visto lo que creía que había visto?
Sí, lo estaba viendo. No era causa de mi imaginación. Un precioso vestido de color rosa palo estaba situado encima de mi cama. ¡Era hermosísimo! Un sobre estaba sobre la prenda que decía:
"Pruébatelo y luego me cuentas qué te parece ;)"
Dejé el sobre en un lado de la cama y agarré el vestido. Era demasiado bonito como para no ponérmelo así que, lo hice. Me quedaba a la perfección. Un precioso vestido que me llegaba por encima de las rodillas, sin ser demasiado estrecho pero era glamuroso.
De repente recordé el sobre. Tenía que abrirlo. En la carta ponía que tenía que mirar el espejo del baño. Fui allí y me encontré con otro sobre que decía así:
"Arréglate para esta ocasión tan especial."
Me pinté ligeramente de acuerdo con el tono tan lindo del vestido. Abrí el sobre y me encontré con una foto mía peinada de una forma que siempre me había gustado pero que hacía mogollón de tiempo que no me hacía.
"El peinado que llevas en la foto es mi favorito de todos lo hermosos peinados que te haces. Por favor, tu cabello luce mejor de esa forma. Luego acércate a la cómoda."
Me peiné como decía la carta. Caminé hacia el mueble que me había indicado el papel después de confirmar que mi cabello estaba bien sujeto y no se iba a deshacer el peinado. Abrí el cajón y me encontré con unos accesorios a juego con el vestido que llevaba y otro papel que me ordenaba que me los pusiera y que mirara debajo de la cama.
Sí, debajo de la cama. Allí estaban unos preciosos zapatos que completaban el conjunto que llevaba puesto y otra notita.
"Ahora tienes dos opciones: Quedarte en tu cuarto y haberte arreglado de tan linda forma para nada o acompañarme al baile. Te estoy esperando. Sal."
No sabía qué hacer. Había sido un bonito detalle que se molestase tanto en comprarme un conjunto tan precioso y haber hecho aquella cadena de sobres y cartas.
Lo tenía decidido. Aquello era una muestra de su amor y no iba a derrochar el outfit así que salí y vi a Adam al fondo del pasillo, vestido con un precioso traje que, seguramente, había sido anteriormente de Mitchel. Estaba guapísimo.
Me acerqué a él conteniendo una leve sonrisa cuanto podía. Él puso directamente sus manos sobre mi cintura y me susurró al oído:
-Te amo.- Me estremecí en aquel momento.
Unas lágrimas de alegría comenzaron a correr por mis mejillas y una sonrisa se dejó ver en mi rostro. Él me dedicó una preciosa sonrisa que nunca podré olvidar.
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¿Quién soy yo?
Teen FictionNo hay forma más básica de describir una historia que diciendo que contiene un inicio, un problema y un desenlace. No puedo decir lo mismo de esta historia protagonizada por una joven que, como muchos escucharéis decir, está perdida y parece buscar...