Coqueteando

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#PERSPECTIVA DE RYKE#

Me repasé en el espejo, otra vez, sabiendo que mi cuerpo no podía ser más perfecto. Sin embargo, mi foco de atención cambió cuando escuché el sonido del motor. Observé, desde la ventana que estaba al lado del espejo, cómo se paraba un coche frente al internado. De su puerta, salió Ángel antes de coger su mochila del maletero. No pude evitarlo. Salí del cuarto y fui a bajar las escaleras hasta encontrarme con ella.

-Ya has vuelto. ¿Qué tal por el mundo gótico?- Pregunté yo.

Sí, sé que era un chiste malísimo pero no se me ocurría otra cosa.

-Si lo dices porque visto de negro, no tiene gracia.- Dijo poniéndome mala cara.

-Lo digo porque no dejas que nadie se te acerque sentimentalmente. Te ocultas bajo el negro.- Le expliqué pero pareció que me ignoraba.

Siguió subiendo las escaleras hasta llegar al pasillo de su piso. Obviamente, la perseguí.

-Aja... ¿Sabes? He conocido a tu hermano.- Añadió sin haberme escuchado.

-Y, ¿qué te parece?-

-Un completo gilipollas.-

Me reí porque tenía mucha razón.

-Es buena gente cuando se lo conoce.- Le dije aún riéndome. -¿Qué ha hecho esta vez?- Pregunté esperándome lo peor.

-Me invitó a su casa... a... ya sabes.- Respondió seria.

Sonreí de oreja a oreja. Aquello lo hacía siempre con las vecinas nuevas que conocía.

-¿Te hace gracia?- Me preguntó con una sonrisa burlona.

Ella se paró frente a su puerta y clavó sus ojos directamente en mí.

-No, no... es que... lo hace con todas. No te preocupes.- La dije para que se tranquilizara.

-Dime, ¿has venido para meterte conmigo o para darme la bienvenida?- Comentó con un leve tono a sarcasmo.

-Yo no he venido. Me he encontrado contigo sin querer.- Mentí cruzándome de brazos.

-No te pongas a la defensiva.- Dijo refiriéndose a mi postura tensa.

-¿Sabes que te visto en la ventana de tu cuarto?- Preguntó ella.

-¿Me has visto?- Repetí bajando la cabeza y sonriendo.

Me había pillado. ¿Yo qué iba a decir ahora? Ni idea.

-Solo quería verte.- Confesé finalmente al no ocurrírseme nada.

-Eres igual que tu hermano.- Añadió mientras entraba en su habitación.

Sé que ella no me observó pero puse muy mala al escucharla. Cualquiera que hubiera dicho eso, ya estaría en el hospital. Sabía que no lo había dicho con mala intención pero no podía evitar sentir un profundo odio cada vez que nos comparaban.

#PERSPECTIVA DE ÁNGEL#

Entré en mi cuarto. Estaba extrañamente silencioso. Las chicas no parecían estar allí. Una nota se asomaba entre las sábanas de mi cama. La agarré y comencé a leerla.

"No nos esperes despierta. Nos hemos ido a una fiesta. Volveremos tarde aunque intentaremos no despertarte. Besoos. Ami."

Lancé la nota a un lado sin darme cuenta de dónde caía. Tiré mi mochila sobre la cómoda sin importarme tirar las otras cosas que estaban sobre ella. Me acerqué a la ventana y observé lo que había fuera. Parecía que había un parque justo al lado que no había visto en la vida. Unos muchachos intentaban cruzar la valla para llegar al otro lado sin darse cuenta de que había una puerta escondida entre unos matorrales que se podía ver perfectamente desde donde yo estaba. Parecía que la gente no la había utilizado nunca.

Ignoré el exterior y me tiré en la cama. Me tumbé de lado con una mano bajo mi mejilla para que no tocara la almohada. Sonreí al recordar el día entero. Finalmente me quedé dormida mientras recurría a mis recuerdos...

*****

Paseaba con mi bandeja en la mano mientras pensaba en la frase de mi profesor. Me había dado la enhorabuena por haber mejorado mi nota en su asignatura por lo que estaba realmente contenta. De verdad que aquellas agradables tardes con Josh eran muy beneficiosas para mí. De repente, un muchacho me agarró del brazo y me obligó a sentarme con él. Evidentemente, era Charly.

-¿Qué parte de "quiero que me ignoréis" no entendéis?- Les pregunté un poco enfadada.

Ryke estaba sentado frente a mí. Me lanzó una dulce mirada para que me calmara y, por suerte para él, funcionó.

-¿Qué queréis?- Dije de forma más tranquila.

-No debes pasar todo el tiempo con los equipos.- Me contestó Ryke.

-¿Por qué no?-

-Por el equipo negro.- Me respondió Charly.

-¿Vosotros sois el equipo negro?- Añadí sin creérmelo mirando a cada uno de ellos.

Spencer estaba callado, siempre estaba callado escuchando cómo hablaba la gente y esperando que no le dirigieran la palabra. Con lo guapo que era y lo bueno que estaba no comprendía por qué no lo aprovechaba. Ganaría más puntos con las chicas si hablase un poco.

En fin, Charly comenzó a reírse.

-¿Qué?- Le dije confusa.

-Creo que no lo entiendes.- Comentaba mientras dejaba de reírse para inclinarse sobre la mesa y susurrarme lo siguiente.

-Tú eres el equipo negro.-

Me quedé muy extrañada. ¿Yo? ¿Yo soy un equipo?

-Eres la única con la voluntad suficiente como para que aquellos idiotas no te manipulen.-

-Sin faltar, que algunos son nuestros amigos.- Le riñó Ryke al pelirrojo.

-Tú has formado sin querer el tercer equipo que terminará con toda esta tontería. Si juegas bien tus cartas, serás tú la que gane.- Continuaba delirando el chico.

-Y yo que no quería meterme en eso.- Añadí irónica apoyando mi cabeza sobre mi mano.

-Solo tú sabes qué hacer.- Concluyó el muchacho.

Yo le miré como si estuviera loco y agarré mis cosas.

-Ten cuidado.- Añadió Ryke antes de guiñarme un ojo.

Sonreí a modo de respuesta antes de levantarme y dirigirme hacia la mesa de Mitchel. Escogí el primer asiento libre que había que, por casualidad, fue el que se encontraba más alejado de Josh.

-¿Qué hacías con esos?- Preguntó Mitch.

-Hablar. Tengo más amigos aparte de vosotros.- Le gruñí.

-Solo preguntaba. No es para ponerse así.- Me dijo con una sonrisa burlona.

-Si estás celoso solo tienes que decírmelo.- Añadí empezando un juego que sabía que él iba a continuar.

Por suerte, Delia no estaba allí porque se habría puesto envidiosa.

-¿Celoso? ¿Yo? No conozco la palabra "celos" porque son las chicas quienes me persiguen y se pelean entre ellas.- Continuó con tono arrogante.

Ese tono que tanto odiaba pero que, en él, era demasiado característico como para no parecer algo normal.

-Sí, ya veo. Se me caen las bragas en cuanto te veo.- Me burlé con una sonrisa picantona.

Miré un momento a Josh. Apretaba la mandíbula y sujetaba con fuerza el cubierto. Estaba tan distraída metiéndome con Mitchel que no había caído en que aquello podía molestarle. Él sí que estaba celoso.

Quizá, me estaba portando mal, actuando de esa manera...

¿Quién soy yo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora