C5: Dos Christophers.

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—Christopher Vélez—le dijo Christopher en voz baja y automáticamente los ojos de la niña se abrieron llenos de sorpresa. Le tendió su mano y Danna la observó un momento antes de tomarla.

—Danna Francis—respondió siendo consciente que no podía ser grosera frente a Charlie. Christopher no podía creer lo que estaba pasando. Estaba sosteniendo la mano de Danna y no sólo eso, como si fuese una broma de la vida estaba sintiendo una vez más esa corriente eléctrica que sólo ella provocaba cuando lo tocaba recorriendo su cuerpo entero.

Era tan abrumador lo que sentía que estaba muy seguro que estaba soñando. Era como volver de golpe al pasado.

—¿Te llamas Christopher?—preguntó la pequeña completamente llena de sorpresa sacándolo de su estupor. Danna apartó la mirada sintiéndose completamente incómoda y nerviosa.

—Si...

—Charlie, se hace tarde para la escuela, mi amor...no puedes llegar tarde—le dijo Danna y la niña le sonrió a Christopher.

—¿Vas a venir con nosotros en la caja?—cuestionó ella señalando las puertas abiertas de la caja metálica. Christopher llevó sus ojos momentáneamente a Danna pero ella se mantenía en silencio rezando mentalmente para que él dijera que no.

—¿Te molesta si voy con ustedes en...la caja?—preguntó en dirección a la niña. Ella se sonrojó un momento y luego negó.

—No nos molesta. ¿Verdad, mami?—respondió en dirección a Danna.

—No...

—¿Ves?—Christopher le sonrió a la niña y un momento después entró en el elevador. Las puertas se cerraron finalmente y Danna sintió que se desmayaría de la impresión en cualquier segundo. ¿Por qué demonios no habían seguido bajando por las escaleras? ¿Por qué?—¿Vives aquí?—preguntó la pequeña sin despegar sus ojos de los del chico al tiempo que comenzaban a descender al piso inferior.

—Si, en este piso.—respondió él en voz baja.

—¿La bailarina vive contigo?—estalló emocionada. Christopher se echó a reír.

—¿Valentina?—ella asintió.—Pues si...

—Oh, por dios—exclamó con los ojos iluminados.—¿Puedo visitarla?

Él sonrió automáticamente.—Si tu mamá te da permiso no veo porque no puedas visitarla...—respondió dulcemente.

—¿Puedo visitar a Valentina, mamá?—preguntó la niña mirándola con ojos soñadores.—Vive en el piso de debajo de nosotros....¿verdad que si puedo...?

Danna la observó en silencio evitando a toda costa mirar a Christopher.—Después veremos, Charlie...

Las puertas se abrieron y Danna lo agradeció apenas Christopher salió. Charlie lo miró un momento y le sonrió.—Adiós, Christopher...—le dijo la niña saludándolo con la mano.

—Adiós, bonita...

(...)

El timbre de la puerta del departamento no paraba de sonar. Danna entornó los ojos y sosteniendo una zanahoria avanzó hasta la puerta de su casa para atender.

Tiró del pomo de la puerta un su corazón se aceleró por segunda ocasión en el día cuando Christopher quedó a su vista sin dejar de mirarla a los ojos.—¿Qué haces aquí?—preguntó ella tan fríamente que la piel de él se estremeció.

—Tenemos que hablar...—anunció.

—No tengo nada que hablar contigo—respondió automáticamente—así que te suplicaría que te marcharas por donde viniste y me dejaras terminar con lo que estoy haciendo...

ÉXTASIS(Éxtasis #3)|C.V.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora