Danna pasó sus ojos por las paredes de la habitación de Christopher percatándose que esa no se parecía para nada a su antigua habitación. No es que hubiese esperando que fuese la misma pero no había rastro alguno del joven del que ella se había enamorado seis años atrás.
En su lugar todo era tan lujoso que daba la impresión que se trataba de dos personas completamente diferentes. Un par de botellas de lociones, una enorme maleta color negro demasiado bien cuidada y un maletín de cuero era lo único que podía ver a simple vista.
—Pónganse cómodas...—les dijo Christopher desde el umbral de la puerta haciéndola volver de golpe a la realidad...—He escuchado que las personas cuando van a dormir...toman leche tibia... ¿quieren...?
Los ojos marrones de Charlie lo escudriñaron un segundo y negó.—Ya cuéntame un cuento para dormir...—le dijo la pequeña y él sonrió.
—De acuerdo, déjame pensar un poco—murmuró él sin dejar de mirarla. Cerró la puerta detrás de sí mismo y avanzó hasta su cama indicándoles a ellas también que se acercasen. Charlie se sentó junto a Christopher y luego ambos miraron a Danna que seguía de pie como si de repente sus piernas se hubiesen pegado al suelo.
Verlos juntos era algo completamente...alucinante. Ver los rasgos físicos que los dos compartían era encantador y aunque no lo quisiera admitir en el fondo se sentía feliz de que Charlie por fin lo hubiese conocido. Le daba un poco de miedo que al final de cuentas cuando Christopher tuviese que volver a su vida la niña sufriera por su partida pero sabía que con ello no podía hacer nada así que ya se preocuparía después por eso.
Por el momento la sonrisa que su hija tenía en el rostro era lo más lindo que había visto en su vida.
—Ven, mamá.—la llamó Charlie palmeando la cama a su lado—Christopher va a contarnos un cuento para dormir...—Danna le ofreció una pequeña sonrisa y se acercó a ella. Se sentó a su lado y de inmediato la pequeña se acurrucó junto a ella pero sin dejar de mirar a Christopher.
—Bien, escucha...esta es la historia de una chica que era una linda bailarina de ballet por el día y una intrépida ninja por las noches...—Charlie le sonrió—tenía misiones todo el tiempo así que siempre estaba escapándose de casa para poder ayudar a las personas que necesitaban de su ayuda...—susurró Christopher sin dejar de observarla a los ojos—un día ella tenía que salvar a una persona pero era un poco complicado hacerlo puesto que tenía una presentación de bailarinas esa noche...
—¿Era una bailarina ninja?—murmuró la castaña en miniatura a su lado. Danna rio en voz baja y negó un poco.
—Si...era una bailarina ninja...
—¿Y después que pasó?—cuestionó ella cuando él se quedó en silencio un par de segundos.
—No me presiones, Charlie.—se quejó él en voz baja y Danna rio casi silenciosamente.—Estoy pensando...
—Eres muy malo contando cuentos, Christopher—replicó la pequeña castaña.—Mamá...
—¿Si?
—¿Nos cuentas un cuento para dormir a Christopher y a mí?—preguntó apartándose un poco. Danna suspiró pero no se negó.
—De acuerdo...—susurró y automáticamente Charlie se apoyó en Christopher entrelazando un pequeña mano con la suya. Él sonrió y se inclinó un poco para dejar un beso sobre su cabeza—Bien...cuando era pequeña mi mamá me contaba este cuento así a diario porque era mi favorito y lo amaba...
—¿El de Aurora?—cuestionó Charlie. Danna asintió y Christopher la miró fijamente pero se mantuvo en silencio.
—Aurora era una princesita muy querida en el reino. Era bondadosa, dulce y bella...como tú—le dijo y automáticamente las mejillas de Charlie se sonrojaron.—sus padres la amaban y la consentían dándole todo lo que ella pedía, excepto una cosa...conocer la luna. Por mucho que los reyes quisiesen cumplir el sueño de la princesa temían nunca poder hacerlo ya que una bruja malvada que vivía en aquel reino la había hechizado cuando era un bebé. El hechizo hacía que la princesa durmiera apenas caía la tarde y comenzaba a anochecer. La bruja malvada quería que ella no pudiese ir a los bailes, fiestas y mucho menos conocer príncipes porque quería la corona para ella algún día...—Charlie le sonrió un poco y luego llevó sus ojos hasta su padre que permanecía con la mirada fija en Danna escuchando atentamente lo que estaba diciendo.—Los reyes hicieron que las costumbres en el catillo se fuesen adaptando para que la princesa pudiese tener una vida normal. La cena de preparaba antes de las cinco de la tarde lo que siempre hacía que los cocineros estuviesen corriendo, los bailes se hacían en la mañana algo que era completamente inusual y molesto para todos en el reino. Nada de lo que hacían era suficiente para cumplir el sueño de la princesa pues ella se quedaba dormida donde quiera que estuviese apenas el sol comenzaba a caer. Aurora fue creciendo hasta convertirse en una hermosa joven que cada cumpleaños deseaba lo mismo esperando que algún día el feo hechizo se rompiese...cuando cumplió los dieciocho sus padres le organizaron una gran celebración a la que invitaron a muchos príncipes y princesas de los reinos vecinos. Alli Aurora conoció al príncipe Bash, un apuesto caballero de armadura brillante.
ESTÁS LEYENDO
ÉXTASIS(Éxtasis #3)|C.V.|Completa.
FanfictionLIBRO UNO: ADRENALINA. LIBRO DOS: OPIA. LIBRO TRES: ÉXTASIS. _ _ _ _ _ Sólo el latido al unísono del corazón puede crear el éxtasis.-Anaïs Nin.