C41: Chesburg una vez más.

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Los ojos de Danna Francis-Vélez se posaron encima de un montón de libros desordenados que descansaban encima de un librero polvoriento. Dejó escapar un largo suspiro y pensó en Christopher y en Charlie.

No sabía con exactitud cómo hacer para salir de ese lugar pero era claro que no pensaba quedarse de brazos cruzados. Se sentó detrás de un gran escritorio de caoba repleto de papeles arrugados con el nombre Samuel Doherty por todos lados.

Chesburg le seguía pareciendo tan feo como la primera vez que había ido a aquel lugar en compañía de Hailee, le traía muy malos recuerdos y definitivamente quería echarse a llorar.

—No soy tan mal anfitrión así que te traje algo de comer. —anunció Finnley entrando en la antigua oficina de su padre. Danna lo miró fijamente antes de volver a llevar su atención hasta los libros encima de del librero.—No seas grosera, Danna...—replicó de mala gana.

—No te lo pedí.—respondió entornando sus ojos.—Quiero que me dejes ir, quiero estar con mi hija, por favor, Finnley...

—¿Sabes que es lo más divertido de esto, querida Danna?—cuestionó ofreciéndole una amplia sonrisa. Danna suspiró.—Que ni siquiera me gustas...antes lo hacías, me encantabas pero ahora no...y si te tengo aquí es sólo porque sé que de esta manera Christopher sufre...—rio.—Y esto definitivamente es divertido...

—Eres un demente.—decidió ella.—Finnley...por favor deja que me vaya, necesito estar con mi hija. Si me dejas ir te prometo que no diré nada sobre ti...pero por favor, si sigues reteniéndome aquí entonces sólo será comprometerte todavía más y puedes terminar tras las rejas...—reflexionó.

—¿Al menos de esa manera estaría con mi padre, no lo crees...?—preguntó sin mirarla.

—Tú crees que Christopher tuvo algo que ver con el hecho de que tu padre esté tras las rejas pero no te das cuenta que en realidad fue él mismo quién se condenó...—le espetó Danna.—Fue él quien tenía negocios ilegales, no Christopher. Fue tu padre quién obligaba a correr a los chicos en las carreras clandestinas en Chesburg. Finnley...

—¡Cállate!—masculló de mala gana.—Haces que todo sea más complicado y no sabes cómo te odio por eso...

—No me odias.—le dijo Danna.—Estás enojado con la vida y con tu padre pero no lo aceptas...él te hacía hacer cosas que tú no querías, Finnley...él te manipulaba a su antojo y tú lo permitías, por eso llegaste a mi casa, por eso estás aquí otra vez...—murmuró.—Por eso crees que descargando tu coraje en Christopher o en cualquier otra persona te hace feliz pero no te das cuenta que todo lo que haces es ser infeliz...—le explicó.—Finnley, tú estás con Azul, ella te ama...—musitó lentamente sin dejar de mirarlo a los ojos.—Y tú mejor que nadie sabes que tener amor es lo mejor que te puede pasar en la vida...ella es lo mejor que hay en tu vida pero estás tan ciego que no lo ves...

—¡Cállate!—repitió.

—¡No voy a callarme!—le espetó.—Quieres que me calle porque sabes que te estoy diciendo la verdad...

—Por favor déjame ir, tengo una hija de cinco años que necesita de mi...—murmuró.

—Por culpa de Christopher mi hermana me dio la espalda...nos dio la espalda a mi padre y a mi cuando más la necesitábamos...—recordó en medio de un largo suspiro.—Se convirtió en una traidora y es por culpa de ustedes...

—Monique te adora. Y nunca hizo nada malo, al contrario...si ella dijo todo lo que sabía fue para protegerte...—susurró cerrando sus ojos momentáneamente.—Te protegió de tu padre y de todas las cosas malas que él te hacía hacer, te liberó al igual que liberó a todos los chicos de Chesburg...tus hermanas te quieren aunque tú te empeñes en creer que no.—hizo una pausa.—Las dos te aman, Finnley...

ÉXTASIS(Éxtasis #3)|C.V.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora