C44: Mala actitud.

1.6K 146 6
                                    


—¿Puedo saber que tanto me miras?—preguntó Danna entornando sus ojos a través del espejo de su mueble de tocador. Christopher rio desde la cama y se encogió de hombros.

—Es que realmente eres la mujer más bella del mundo, amor...—respondió él sin perder la sonrisa del rostro. Ella negó.

—Gorda...

—Eso es lo de menos.—replicó de inmediato.—Eres la embarazada más hermosa sobre de la faz de la Tierra.—le sonrió.

—No sé cómo puedes decir eso si ni siquiera soy capaz de entrar en mi ropa...—se quejó haciéndolo reír otra vez.—Tengo que admitir que extraño un poco ser capaz de ponerme jeans...

—Ya te dije que eso es lo de menos...para mí con panza de embarazada o no lo sigues siendo... —le explicó. —Así que si lo que intentas hacer es que diga que no eres hermosa o que me gustas menos por eso, pierdes el tiempo...—masculló encogiéndose de hombros otra vez.—Además, falta muy poco para que esa panza de embarazada desaparezca y nuestro bebé llegue al mundo con nosotros...¿no estás emocionada por eso...?—cuestionó mirándole con fijeza.

—Pues claro que sí. Me emociona mucho saber que falta casi un mes para que nuestro nuevo bebé llegue al mundo...—suspiró.—Te amo.—murmuró la castaña dedicándole una pequeña sonrisa.

—También te amo. Desde el primer día en el que te conocí ¿sabes?—inquirió poniéndose de pie para poder acercarse hasta ella. Danna le ofreció otra pequeña sonrisa a través del espejo para un momento después llevar sus ojos hasta su cuello donde volvía a luchar para poder atar la fina cadena de oro que Christopher le había obsequiado unos meses atrás.—¿Te ayudo...?—cuestionó.

Ella asintió entregándole el fino accesorio. Se levantó el cabello y cuando los dedos de Christopher le acariciaron la piel sensible del cuello sintió su respiración volverse superficial y sus piernas comenzar a temblar ligeramente. Su corazón se aceleró de inmediato haciéndole comprender que aquel efecto nunca en la vida se iría.

Daba gracias a Dios por el simple hecho de estar sentada. ¿Cuándo en la vida ella iba a controlar sus emociones cuando de Christopher se tratase? Le parecía tan increíble que después de tanto tiempo su cuerpo siguiese reaccionando de la misma manera cuando él la tocaba.

—Gracias...—murmuró dejando caer su cabello castaño hacia atrás. Christopher se inclinó un poco para dejar un pequeño beso sobre su cabello.

—No es nada, cariño.—sonrió.—¿Estás lista para el día tan ajetreado que nos espera?—inquirió tomando su mano para llevarla hasta sus labios.

—Tengo algo para ti...—anunció la castaña abriendo el cajón de su peinador. Tomó una pequeña cajita negra de terciopelo y se lo tendió.—¡Feliz cumpleaños, Christopher Vélez! Espero que te guste mucho porque lo compré con mucho amor...

—Todo lo que viene de ti es más que claro que me encanta...—respondió él en voz baja. Danna le sonrió ampliamente y esperó pacientemente a que él la abriese.

Cuando lo hizo se encontró con un reloj color negro que a simple vista parecía bastante lujoso.—¡Es muy lindo!—anunció.

La castaña sonrió poniéndose de pie para poder envolverlo en un abrazo. O por lo menos para tratar de hacerlo porque su estómago abultado se lo impedía por completo. Soltó un bufido de frustración haciéndolo reír otra vez.

—¿Entonces si te gustó...?—preguntó en voz baja.

—Pues claro que me gustó. ¿Cómo es si quiera que puedas dudar de ello...?—rio.—Muchas gracias, mi amor. Eres la mejor.—musitó tomando entre sus manos el rostro de la castaña para dejar un largo beso sobre sus labios.—Te amo por el resto de mi vida, te lo juro.

ÉXTASIS(Éxtasis #3)|C.V.|Completa.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora