Y la vida sigue...

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Abro los ojos a la vez que mi boca y dejo escapar un sonoro gemido. Mi cuerpo sigue balanceandose y puedo sentir como me queda muy poco para volver a correrme. La primera vez fue en la boca de mi amante mientras me preparaba para no dañarme y ahora mismo, estamos sobre mi cama, yo tumbado bocarriba con él entre mis piernas, penetrandome tan certeramente que todo mi cuerpo es recorrido por las constantes rafagas de placer que me proporciona.

-Ah... ah...

-Eso es precioso... mmmmm... dejame escu... charte...

Echo la cabeza hacia atrás cuando mi amante baja para besarme el cuello y rodeo su amplia espalda para ayudarme a alzar mis caderas y que me penetre más profundamente.

-Ah... más... ah...

Siento como se incorpora quedando de rodillas mientras me toma de las piernas para pasarlas por sus hombros. Estoy casi bocabajo pero no me importa. Me siento tan lleno que apenas puedo controlar los espasmos que comienza a dar mi cuerpo y cuando siento como su polla comienza a hincharse en mi interior, me dejo llevar por el placer del nuevo orgasmo.

Tras unos segundos más, siento como el gran cuerpo de mi amante cae sobre mi, luchando por respirar debido al gran esfuerzo que lleva haciendo desde hace más de una hora. Cuando se aleja un poco y me mira, siento una punzada en el pecho. Ese color debería ser otro. Debería ser del color del cielo y sin embargo... es rojo como la sangre...

-¿Estas bien, precioso?

-Si...- Digo tomando aire al sentirme libre de su peso.- ahora sí.

Yhwach me mira con una ligera arruga en el entrecejo pero yo le sonrío dulcemente probocando que vuelva a agacharse para besarme en los labios.

-Ojalá no me miraras de esa forma siempre que terminamos de follar.- Me dice tumbandose a mi lado a la vez que tira del condon y lo anuda.

-No sé a que te refieres.

-Soujun...- Dice con tono condescendiente.

-Lo siento.- Digo mientras me cubro los ojos con mi antebrazo.- Tal vez deberíamos dejar de hacer esto.

-Yo estaba pensando en algo un poco diferente.- Dice provocando que gire el rostro para mirar como me observa algo más serio.- Llevamos acostandonos más de un año. Me gustas y sé que esto tambien te gusta a ti.

-Yhwach... ya lo hemos hablado en más de una ocasion.- Le digo incorporandome para buscar mi ropa interior en el suelo, junto a la cama.- Lo que tenemos es... sencillo.

-Lo que tenemos es algo que ni siquiera tiene nombre.- Dice encendiendose uno de sus puros mientras se apoya en el cabecero de mi cama.

-Ninguno de los dos nos amamos.- Digo apretando mi camisa mientras le doy la espalda sintiendo el frio del suelo en mis pies descalzos.

-Es cierto. Pero tampoco podemos tener a quienes amamos.

Esas duras pero ciertas palabras se me clavan en el corazón con tanta fuerza que tengo que apretar los dientes para no jadear. Es cierto. Hace tres años que la unica persona que logró hacerme sentir algo real, me dejó. Me apartó de su vida para irse a una misión fatal de la que regresó aun más distante.

Sin embargo, no hay dia que no piense en él y ese mes que pasamos juntos, saboreando lo que el amor podia ofrecer. Pero solo fue un espejismo. Mi espejismo.

-Aun así, sigo pensando que deberíamos vivir juntos.

-Yhwach ya te he dicho...

-Sé lo que me has dicho, pero piensalo. Como bien dices, ninguno tiene esperanzas de conseguir a la persona por la que sentimos lo que sentimos.- Sonrio tristemente al notar que no dice nunca la palabra amor.- Trabajamos juntos y follamos al menos una vez a la semana.

Apartamento Compartido IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora