En la punta de los dedos

151 14 2
                                    

Suspiro mirando por la ventana de la sala principal mientras escucho como algunos de mis "compañeros" charlan o juegan a las cartas sentados en la gran mesa.

-Oe, Sen. ¿Por que no te unes a la partida?- dice uno de los chicos.

-Paso. Nunca se me ha dado bien jugar.

-Mentiroso.- Canturrea sacandome de quicio.

Llevo aqui casi tres semanas y, aunque hace cinco días que por fin me han dejado salir de mi "habitación", aun no me dejan recibir visitas o salir al exterior. Faltan solo dos días para año nuevo y no sé si ese maldito y estirado doctor me permitirá salir. Yo... tengo que hacer lo que sea para salir esa noche.

La primera semana fue muy dura. Sentia mi cuerpo a punto de romperse. Quería gritar y arañar las paredes hasta quedarme sin uñas, pegarle a todo el mundo que me había encerrado empezando por esa maldita mujer que venía a vigilarme cada cuatro horas. Tambien odiaba a mis hermanos por permitir ese secuestro. Yo, no había pedido ayuda a nadie. ¿Por que tenian que obligarme a pasar por todo aquello? Pero tras esa primera semana de locura y dolor, fui viendo las cosas algo diferentes. Sé que la decision de encerrarme aqui ha debido ser dura, sobre todo para Soujun. Sé que tal como estaba llevando mi vida, solo iba a terminar de una manera aunque, sinceramente, para lo que tengo en esta vida, no me importaría irme a la siguiente. Allí podría ver de nuevo a mi madre, a mi padre y a Zan. Sobre todo a Zan.

Ver nevar en la oscuridad de la tarde solo me hace recordar el año nuevo que intenté irme con él. Ni siquiera eso pude hacer bien aunque, conociendo a Zan, seguramente me habría echado una bronca de cojones. No puedo evitar sonreir al pensar en ello.

-Lo habría decepcionado.- Digo senstado en la silla de la consulta del doctor Ishida.

-¿A quien?

-A Zan.- Digo mirandolo e intentando no dejar que mis lagrimas afloren.

-Coyote Zangetsu. Tu pareja fallecida.- Yo desvío la mirada algo molesto.- ¿Te molesta que te diga que esta muerto?

-No me gusta que me lo repitan.

-Pero es así ¿no?- Yo no le contesto y él apunta de nuevo en esa maldita libreta.- Hablame de como te sentiste cuando viste que habías fallado.

-Yo... me sentí traicionado.

-¿Traicionado?

-Si. Por mi hermano. Por haberme arrebatado el poder decidir morir allí, aquella noche.- Veo como arruga un poco el entrecejo.- Pero luego me sentí agradecido.- Eso parece sorprenderle.

-Agradecido.- Dice para asegurarse de que he elegido correctamente la palabra.

-Sé que habría sido un error morir esa noche.- Digo sintiendome molesto por tener que reconocer que fallé, que me equivoque.- Habría sido una salida facil de cobardes y Zan nunca me lo habría perdonado.

-¿Su opinion aun estando muerto es la que mas te importa?¿Que hay de la opinion o los sentimientos de los vivos que te rodean?¿No has pensando en ellos, en como se sienten viendote hacerte lo que te estabas haciendo?- Yo no lo miro y arrugo el entrecejo sintiendo como me comienzo a cabrear.

-Es mi vida.

-Si. Lo es. Pero eso no te da derecho a torturar a los que te quieren o rodean.

-¡Yo no les torturo a ellos!

-No.- Dice mirandome con intensidad.- Te torturas a ti mismo.- Abro los ojos y siento que ya no lo puedo contener mas.- Sen, sobrevivir a una pareja, por mucho que sea el centro de nuestro universo, no es tu culpa. Él tomó su decision. Era su trabajo. Mucha gente muere en accidentes de trabajo todos los dias. Cualquiera de las personas que conoces podrían morir esta noche durmiendo, o mañana al cruzar la calle. La muerte es algo que nos rodea y que está mas presente de lo que cualquiera queremos reconocer.

Apartamento Compartido IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora