¿Buenas noticias?

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Salgo de la clase despidiendome de algunos compañeros y sonrio algo nervioso. Por fin nos han dado los lugares de practicas y casi me caigo de espaldas cuando he leido mi propia ciudad.

-Abarai ¿te apuntas a un karaoke?- Miro a Aki, una compañera de la Universidad y le sonrio antes de negar con la cabeza.

-Hoy no. Tengo mucho que preparar aun.

-Aun queda una semana para que nos den las vacaciones. Venga, solo un par de canciones.

-Otro día.- Digo resistiendome a su insistencia.

-Está bien, pero me lo apunto ¿eh?- Dice haciendo un pequeño mohin que no hace mas que hacerme sonreir un poco.

Aki es una chica vivaz y alegre con la que congenié practicamente al comienzo del curso. Fisicamente es más bien como la media aunque siempre está diciendo que tiene que ponerese a dieta. Mujeres. Siempre parecen estar obsesionadas por su fisico. Supongo que la echare de menos cuando cada uno se vaya a su lugar de practicas.

Miro a mi alrededor y siento el bullicio propio de Tokyo. Cuando me gradué decidi irme de mi ciudad para intentar centrarme o descubrirme a mi mismo o lo que sea que todo el mundo dice y lo cierto es que, ese distanciamiento me vino genial. Mis notas mejoraron mucho en cuanto dejé de ir a clases y finalmente pude elegir una buena Universidad para estudiar Informatica aplicada.

Mi calidad de vida mejoró en cuanto llegué, bueno, las primeras semanas me costó acostumbrarme al ritmo de las clases, los nuevos compañeros, la residencia de estudiantes. Pero practicamente, desde la primera noche, pude dormir como hacía tiempo que no lo hacía. Ahora, apenas tengo pesadillas con lo que pasó y he llegado a admitir que no fue tan grave. Fue fuerte, no lo niego pero, en realidad, gracias a Ganryu no fue tanto como podría haber sido y eso, ahora mismo me ha hecho más fuerte. Mas seguro de mi mismo.

-Tadaima.

En cuanto cierro la puerta veo salir a Kuro chan, mi gato, que no tarda en restregarse con los bajos de mi pantalon haciendo ese ronroneo que hacen todos los gatos. Al poco de mudarme a Tokyo me lo encontré en una caja junto a la Universidad. Lo cierto es que mudarme de mi casa, con el jaleo que siempre teniamos en comparacion con la tranquilidad y soledad de mi estudio, fue casi lo que me hizo decidirme a adoptar a Kuro chan. Es precioso. Me encanta acariciar su pelo negro y cada vez que lo hago no puedo evitar compararlo con el cabello negro de Mugetsu, aunque nunca llegué a acariciarlo de este modo. Kuro chan me recuerda mucho a Mugetsu por su forma de ser tranquila y la intensidad con la que me mira a veces. Aunque Kuro tiene unos ojos verdes preciosos que me dan calma. Mientras que solo el recordar los ojos rojos de Mugetsu, la calma desaparece.

Sé que no es justo con Ganryu pero nunca le he sido infiel. Nuestra relacion es algo diferente a las relaciones que veo en otros chicos. Me siento comodo con la distancia porque sé que él está ahí y puedo hablar con él siempre que lo necesite. No es que hablemos todos los días pero cada dos o tres días, él me llama y pasamos hasta una hora contandonos como nos ha ido a cada uno.

Ganryu no es muy cariñoso pero sabe como hacerme sentir que está ahí o lo que siente por mi aunque a veces... tengo la sensacion de que realmente no es feliz a mi lado. Sé que actuo de manera egoista porque lo he convertido en algo que necesito para sentirme bien, para mantener mi fortaleza pero, sin embargo, no he sido capaz de olvidar mis sentimientos por Mugetsu a pesar de sentir algo calido y real por Ganryu.

En cuanto suena el telefono lo descuelo dejandome caer en la cama.

-Tan puntual como siempre.

-Te dije que te llamaría a las tres. ¿Te pillo mal?

Apartamento Compartido IIDonde viven las historias. Descúbrelo ahora