Puntería Perfecta. [BORRADOR]

11: Abandonada.

11| Abandonada.

Me desperté en el piso.

Si, en el piso, después de la pequeña charla con mi madre Katlyn llegó por eso de las once y media a mi casa un poco demasiado- borracha. No nos quedó de otra que darle alojamiento en mi cuarto,claro, que se me olvidó el hecho de que Katlyn es muy mal dormida y a la mitad de la madrugada me empujó al piso. Gracias al cielo de que había dejado unas almohadas en el piso -ya que tengo demasiadas y no entrábamos Katlyn y yo en la cama- que amortiguaron mi caída.

-Hmmm.- se quejó Kat dándose vuelta en la cama.

-Despierta, floja.- le dije quitándole la sábana.

-No vuelvo a beber en mi vida.- dijo mientras se incorporaba en mi cama.

Agradecí internamente el hecho de que no puedo beber hasta dentro unos ocho meses.

Le pase a Kat una pastilla y agua, ella lo agarró rápidamente y lo bebió. Se talló los ojos y se quedó mirando a un punto fijo en mi habitación.

Mirando a la nada, pensando en todo.

Algo le hizo click y se reincorporo de nuevo.

-¿Qué sucede?- pregunto.

-Ayer salí con Hugo, me invitó a salir.- dice con una gran sonrisa.- pero se me han pasado un poco las copas, lo vi hablando con Christina Rubalsca.

Christina Rubalsca, es la "zorra" -por así decirlo- de la escuela, la tipica líder de las animadoras y, era la novia de uno de los jugadores estrella del equipo, Hugo.

-Estaban muy cerca uno de otro, me altere, le dije de cosas a Hugo y a Christina.- dice con una voz de arrepentimiento.- Me peleé con Hugo, Dios,- se pasa una mano por su cara de forma de frustración.- me siento muy mal.

Hago una mueca, y la abrazo. Kat siempre se siente mejor con un abrazo y un maratón de películas.

-Anda vete a bañar, apestas a muerto.- dije haciendo una mueca, Katlyn se empezó a reír y me alzo su dedo corazón.

Katlyn tenía un cajón de ropa en mi cómoda y yo tenía uno en la suya, en casos de emergencia como este. Tomo unas prendas y me metió a mi baño.

Empecé a caminar por mi cuarto, recogiendo unas que otras cosas que estaban tiradas en el piso, acomodado cosas en mis estantes, hasta que vi mi calendario. Según mis cálculos en unos días tendría dos meses de embarazo, que rápido pasa el tiempo.

-¿Qué ves?- me sobresalte por un momento, volteé y solo moví mi cabeza en dirección al calendario.

Noah traía unos pantalones de mezclilla con una camisa color azul, se veía muy guapo.

-¿Qué tiene el calendario?- volvió a preguntar, me di un facepalm interno.

-Estoy viendo que en unos días cumplo dos meses.

Noah sonrió, no era una de aquellas sonrisas falsas que le daba a la gente cuando estaban a su alrededor, era una sonrisa real, un pequeño hoyuelo resaltó en su mejilla derecha y eso me hizo sonreír.

-Ya casi dos meses, quién lo pensaría.- dijo mientras se acercaba a mí y me abrazaba por la cintura, yo pasé mis brazos por su espalda, el olor de su colonia no tardó en adentrarse a mis fosas nasales, su olor me encanta.

Nos quedamos así por un buen rato, no se cuánto tiempo fue en realidad. Lo único que si se, es que un grito nos separó.

-Oh por mis nueces, ¿Que está pasando aquí?