43: Levantate y ve.

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43| Levantate y ve.

–¿Lista?– volteó y veo a Caleb recostado en el marco de la puerta. Asiento.

Caleb camina hasta mi lado y toma mis dos maletas para llevarlas abajo. Veo por última vez mi habitación y salgo de ella, cerrando la puerta atrás de mi.  Hace mas de una semana que habia decidido vivir un tiempo con mi papá, tal vez hasta que caso esté a punto de dar a luz o que me sienta lista para afrontar todo lo que sucede en mi vida.

–Te voy a extrañar mucho, mi pequeña –mi madre me envuelve en sus brazos fuertemente–. Por favor cuida mucho de ella o te mato.

Amenaza a mi padre, una vez nos separamos.

–Tranquila, Lex– mi padre toma una de mis maletas–. Karen estará bien y podrá venir a verlas cuando ella quiera, tampoco la estamos encerrando.

–Si algo le llega a pasar...– mi padre interrumpe a mi madre.

–Lex, calmate.

Mi madre recobra su compostura y asiente sin más, Kendall se acerca y me da un beso en la frente.

–Te extrañare, Karmen– me rio al oír el viejo apodo.

–Yo lo sé, yo lo sé– digo con autosuficiencia y Kendall se ríe.

Matth se acerca a mi y me abraza fuertemente.

–Espero que cuando regreses me sigas amando a como me amas ahora, eh.– niego mientras me rio.

–Tu lugar siempre será el mismo– Matth me da un beso en la frente.

–¿Lista?– pregunta mi padre y asiento en respuesta.

Le doy una última mirada a mi familia y camino con mi padre hasta el carro para subirme. Mi padre arranca el carro y en silencio llegamos hacía su casa.

–Espero te guste la habitación que hemos adaptado para ti– Alix me da una sonrisa al verme–. No será la gran cosa pero lo decoramos con amor.

–Cualquier cosa hecha con amor es una gran cosa– digo mientras entramos a la casa.

Alix me lleva a una pequeña habitación en la planta baja de la casa.

–Esta en la parte baja porque pensamos que sería muy difícil y complicado para ti subirlas con todo el peso del embarazo – entramos a la habitación y unas paredes color rosa pastel llaman mi atención.

Era un cuarto muy iluminando, habia una gran ventana que tenía una puerta que daba hacia el pequeño patio de la casa. Una cama matrimonial estaba en el medio de la habitación, habían dos puertas; una era el baño y la otra era del closet. Era una habitación demasiado bonita.

–Esta demasiado linda, gracias.

–Te dejo para que te instales– Alix me dio una última sonrisa y salió de la habitación.
 
Jale con cuidado mi maleta y la subí sobre la cama para empezar a acomodar la pequeña cantidad de ropa que traia en los roperos de la habitación. No traía demasiada ropa, era lo indispensable para estar aquí uno o dos meses.

Puntería Perfecta. [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora