53: Decoración.

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Hay un capítulo antes de éste.

53| Decoración.


Las dos semanas siguientes nos la pasamos todos juntos, como una familia. Habíamos salido a varios lugares, todos teníamos demasiado cuidado en elegir los lugares porque teníamos miedo de que le pudiera pasar algo a nuestro padre.

–Por última vez, dejen de tratarme como un muñeco de porcelana. Si decidí no tomar tratamiento fue para poder disfrutar mi vida al máximo en mis últimos días, ustedes no me dejan ni siquiera nadar. –mi padre nos regañó por quinta vez.

Estábamos en un pequeño parque acuático de la ciudad, jamás entendí que si por que siendo tan pequeña la ciudad habían tantas cosas para salir.

Noah se empieza a reír y termina de colocarme un poco de bronceador en mi espalda descubierta.

–Pero pa... –Caleb fue interrumpido por la mano de mi padre frente a su cara.

–Si me disculpan, su madre y yo iremos a unos jacuzzis que vi a la entrada. –tomó la mano de Alix y empezó a caminar con ella hacía donde según estaban los jacuzzis.

Caleb y Michael se fueron tras una chicas en bikini que pasaron haciendoles ojitos, había que admitirlo, mis hermanos no estaban para nada mal. Rodrigo se había quedado coqueteando con una de las trabajadoras cuando llegamos. Noah y yo nos quedamos solos.

–¿Quieres ir a nadar? Vi una alberca que es como un río. –asentí y empezamos a caminar agarrados de la mano.

Muchísimas miradas se centraban en Noah, mi chico tampoco estaba nada mal y eso me molestaba muchísimo, porque mientras yo me ponía más gorda e hinchada por el embarazo, él se ponía más fuerte y más musculoso gracias a sus horas en el gimnasio. Bufé molesta al ver cómo una morena le sonreía coquetamente mientras pasaba a un lado nuestro.

–¿Qué sucede? –volteo a ver a Noah y niego–. ¿No me dirás?

Niego y sigo caminando, Noah toma mi mano y me pega hacia él, y se sienta en una de las tumbonas cerca.

–¿Qué sucede, cariño? –me sienta en sus piernas y oculto mi cabeza en el espacio de su cabeza y cuello.

–Es que... –suspiro– Todas estas chicas están delgadas con un cuerpazo y te miran como si fueras el último pez en el agua y yo ni siquiera puedo competir contra ellas porque estoy gorda e hinchada por el embarazo.

Noah alza mi cabeza delicadamente y me da una mirada tierna.

–Mi vida, nadie se compara a ti. Tú eres la madre de mi futuro hijo o hija, tú eres la dueña de mi cuerpo y alma. Nadie jamás podrá comprarse contigo, porque solo a ti es a quien amo con toda mi alma.

Sonrio y le doy un beso el cual no tarda en responder.

–Te amo muchísimo. –le digo una vez nos separamos, Noah sonríe y me da un pequeño pico en los labios.

–¿Vamos a la alberca?

–Vamos.

*

Lunes por la mañana.

Me muevo entre la cama y tocó a mí lado para sentir la dura espalda de Noah, sonrió y le doy un pequeño pellizco.

Puntería Perfecta. [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora