16: No soltaré tu mano.

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16| No soltaré tu mano.

Me sentía mejor.

Noah había tenido el gesto de quedarse conmigo hasta que Matthew llegó a la casa, donde Noah le contó todo lo sucedido y Matth tampoco me dejó ni levantar la cabeza de la almohada. Noah se despidió de mi y me dijo que pasaría por mi para ir al partido, siempre y cuando yo me sintiera bien.

Obviamente iría.

Me desperté sintiéndome mejor, ya era martes, tres días y otra vez fin de semana. Mi madre no me dejó ir a la escuela, ya que Matth había tenido al gentileza de hacerme el favor de decirle a mi madre todo lo sucedido y mi mi madre escandalizada dijo que iría a hablar con la profesora.

Obviamente, después de media hora calmandola quedamos en que iría a la escuela a dejar el papel que me había dado al doctora al director para que el informe a todos mis maestros. Me costó muchísimo que me dejara salir con Noah pero después de prometerle que estaría bien aceptó.

Son las cuatro de la tarde y me estoy empezando a arreglar ya que Noah a prometido venir por mí a las seis. Saco un pantalón y una blusa rosa, y una chaqueta, mis converse y mi ropa interior. Me meto al baño y empiezo con mi rutina de aseo.

Salgo del baño a los pocos minutos, pongo música en mi reproductor y empiezo a vestirme.

Me pongo con calma el pantalón y la blusa, camino al espejo para verme y me quedo ahí por un momento. Y pensar que en unos meses no me quedarán estos pantalones. Después de vestirme camino hacia mi tocador para peinarme y maquillarme, me decido por solo ponerme un poco de rímel para pestañas y labial, me pongo un poco de labial rojo y después me pongo un brillo labial, haciendo que mi cara se viera con un poco más de color.

Miré la hora y eran cinco para las seis. Busqué mi bolso y metí mi cartera, mi celular y papel de baño por qué nadie sabe cuándo necesitaré. Salí de mi cuarto y bajé a la planta baja.

-¿Ya te vas?- pregunto mi madre desde el cuarto de limpieza.

-¡Si! - le respondí con un grito.

-¡Cuídate, llega temprano. Cualquier cosa que te sientas mal me llamas y vienes a casa! - volvió a gritar.

Le grite un último adiós y salí de la casa. Justamente Noah se estaba estacionado frente a mi casa. Corrí hasta llegar a su auto y me abrió la puerta desde adentro. Subí con una sonrisa y lo saludé con un beso en la mejilla.

-Parece que estamos coordinamos.- bromeó y me reí con el.- ¿Estás lista?- asentí y el arrancó el automóvil.

Prendí la radio y la dejé en la primera estación que apareció. Disfrute de las canciones y algunas las cantaba a coro con Noah.

-¿Que el cielo no es azul? Ay mi amor, ay mi amor. Que es rojo dices tú ay mi amor, ay mi amor. Ves todo al revés, ay mi amor, ay amor. Creo que piensas con los pies ay mi amor, ay mi amor.- canté emocionada al escuchar la canción sonar.

-Tú me traes un poco loco, un poquitito loco. Estoy adivinando que quieres y pa' cuando y así estoy celebrando que ¡me he vuelto un poco loco!- me siguió Noah.

- Chiflado tú me vuelves y eso está un poco loco. Tú mente que despega, tú siempre con ideas. Con mi cabeza juegas, todo es ¡Un poco loco! - cantamos a la par Noah y yo.

Noah apagó el automóvil porqué ya habíamos llegado y nos empezamos a reír. Me bajé del automóvil y empecé a caminar a la par con Noah. Llegamos a dónde estaban las entradas y el me tendió un pase especial para poder entrar primero, le agradecí y lo tome.

Puntería Perfecta. [BORRADOR]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora