Capítulo 9.

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Arrancó el coche de Malú y aquello sonó más de lo que ambas esperaban. Se sonrieron mutuamente y la directora le dio el visto bueno para que abriese el garaje.
Malú: ¿Sabes ir, verdad?- la abogada se colocó los espejos y se abrochó el cinturón.
Vanesa: Sí, no te preocupes- la sonrisa no abandonaba su cara- Esto suena.. pff, brutal. ¿Podré probarlo en carretera?-
Malú: Bueno, si vas a conducir la mitad de bien de lo que sé que gestionas tu trabajo... me temo que sí, podrás-
Vanesa: ¿Me vas a contar ya el por qué de tanta incertidumbre siempre?-
Malú: Me gustaría que trabajases con nosotros- salió de nuevo la Malú segura y directa que siempre llevaba dentro. No quiso dar demasiadas vueltas, realmente estaba interesada en la Martín sobre el estrado.
Vanesa: Pero Malú, trabajamos para la competencia. Estoy contenta con mi trabajo en la compañía, me parece que desempeño una buena función y... no cobro nada mal-
Malú: Por eso me interesan tus competentes ideas. Todo aquel que me ha aconsejado a lo largo de estos años y que no ha sabido darme solución, te ha recomendado. Me negué siempre por eso, porque Brand & Cooper siempre fueron buenos... y no hablemos de quienes perdieron en los juicios y tú los pusiste en su lugar. Todos hablan maravillas y tengo ganas de comprobarlo- la miró- el dinero no supone un problema-
Vanesa: Quizás algún día coincidamos en uno- la directora levantó una ceja y la miró- y por tu bien espero que no sea en contra... porque te haría perder-
Las dos echaron a reír al mirarse. La letrada sabía muy bien cómo salir de situaciones embarazosas bien parada.
Malú: Haríamos un gran equipo Martín, piénsalo-
Vanesa: Mmm... ¿Te puedo consultar algo?- la cara de la letrada cambió a preocupación.
Malú: Cuéntame-
Vanesa: Hace dos semanas tuve que ir en representación de la junta general de accionistas y redactamos un acta con la recopilación de decisiones junto con el cliente y bueno... - la directora la cortó en seguida.
Malú: Pero Vanesa, ese trabajo a ti no te corresponde. Eso le pertenece al director, subdirector o en su defecto, al presidente de asamblea. Nunca al representante legal-
Vanesa: Lo sé y créeme, soy plenamente consciente de ello pero hay que tirar de la empresa. Tengo un poder que me autoriza a cualquier gestión... El caso es que el director no acude nunca y bueno, me muevo con el subdirector pero no es demasiado avispado y yo no soy ninguna profesional de administración y... tengo alguna duda-
Malú: No es mi deber aconsejarte sobre esto pero bueno, pregúntame a ver si te resuelvo algo-
Vanesa: Tengo que abordar un ciclo de ventas corto y dos de ventas largos, y los tres clientes demasiado exigentes en cuanto a objetivos- Malú asentía- ¿por cuál empezarías?-
Malú: Pfff, complicado pero no imposible. No soy partidaria de llevar varios ciclos al mismo tiempo, la verdad, al final acabas haciendo todos y ninguno perfecto, pero sin duda empezaría por los largos. Puedes llevarlos paralelos y modificar ciertas cosas de ambos-
Vanesa: Estoy un poco saturada con todo esto- resopló y apoyó su cabeza en el respaldo del asiento.
Malú: Bueno, lo vas a gestionar bien, verás. Te echaré una mano si es necesario-
Vanesa: Gracias, Malú- la sonrisa sólo le salió a medias- los últimos dos meses he conseguido aumentar la rentabilidad un 10%-
Malú: Vaya, no está nada mal para una abogada sin conocimiento en finanzas- le sacó la lengua para reír después.
Vanesa: No me tientes, Sánchez... sé que no lo hago nada mal-
Malú: Estoy de acuerdo en eso. Dejando de lado el trabajo... llevas casi cuarenta minutos en la autovía y no te he visto probar el coche-
Vanesa: No quiero apurarlo demasiado, a ver si te va a gustar y voy a tener que conducir a la vuelta...- la miró de reojo.
Malú: Puedes probar- contestó segura y con un tono de voz que hizo que a Vanesa le temblasen las piernas.
Era extremadamente sexy cuando quería. Aunque también sin quererlo.
La abogada pisó el pedal de golpe y la aceleración pegó la espalda de ambas al asiento. La directora subió la música. Los Guns N' Roses sonaban en la radio.
Pasaron menos de cinco minutos cuando de nuevo necesitó bajar el volumen. Tenía muchas preguntas en el tintero.
Vanesa: ¿Por qué me invitaste a esas dos copas en la gala benéfica?-
Malú: Pfff, estás preguntona, eh... no puedes esconder tu profesión- sonrió levemente- Disimulabas tan bien como yo tus pocas ganas de estar allí. Te vi un par de veces al empezar el discurso y vi algo de verdad en ti. La verdad es que no sabía quién eras pero me gustó tu actitud. Allí todos quieren ser benefactores pero nadie da un duro- la abogada decidió que no era el momento apropiado para preguntarle sobre sus donaciones a la espalda.
Vanesa: No encajé en aquella fiesta ni un sólo momento. Me alegré de hablar contigo las últimas horas... menos mal que apareciste- la directora recordó cómo el hombre empresario siguió a Vanesa hasta el baño.
Malú: No lo pienses demasiado, créeme que no volverá a molestarte-
Vanesa: ¿Lo conocías?-
Malú: Trabajaba para Reader's, le gusta acosar a las mujeres y no desempeña grandes funciones- Vanesa quería escuchar más- conozco al director de la empresa, es un buen cliente mío y le hice llegar la información obviamente omitiendo tu nombre... está fuera del mercado empresarial ya-
Vanesa: No... no era necesario, Malú, yo.. bueno, no era mi intención desemplear al hombre-
Malú: No eres la primera mujer que lo sufre, al menos espero que seas la última- el silencio se hizo dueño otra vez y la abogada agradeció para sí misma la seguridad de la directora. Era una mujer imponente.

El cartel de Nueva Jersey apareció frente a ellas. Vanesa tomó la salida un par de kilómetros después.
Malú: ¿Vamos primero al hotel y dejamos las maletas?-
Vanesa: Sí porque ya son... -miró su reloj- las 23:15. Es un poco tarde. Podríamos hasta pedir servicio de habitaciones porque pocas cosas encontraremos abiertas para cenar ahora-
Malú: Es una buena idea-
Vanesa: ¿Cuánto te debo por la reserva de mi habitación?-
Malú: ¿Tu habitación? Sólo había disponible una suite así que me temo que tendremos que compartirla-
Vanesa: ¿De verdad?-
Malú: Oh, claro que sí. Espero que no seas una pesadilla durmiendo- la abogada miraba constantemente a Malú, atónita- Deja de mirarme, que vas conduciendo y no precisamente despacio- miró el velocímetro- ¡Joder, Vanesa! ¿220?-
Vanesa: Cada una juega y acojona como quiere. Tú eres rica y yo rápida-
Malú se mordió el labio. Había vuelto a salir la adicta al sexo que llevaba dentro. Cerró los ojos.
"Le haría el amor ahora mismo pero calma, que no es como las demás" - pensó.
Vanesa notó cierto rubor en la cara de la directora, quien acto seguido se remangó el jersey.
Vanesa: La verdad es que sí que hace calor. Ayúdame- se desabrochó la chaqueta y, con un notable pecho mayor que el de la empresaria, dejó ver de nuevo su escote en su camisa. A regañadientes pero encantada, Malú le ayudó a quitársela. Pero a ella, pocos le ganaban en cuanto a seducir y provocar y consiguió no mostrar ni una señal más de su clara excitación. Más tarde jugaría sus cartas.
Aparcó a las puertas del hotel tomando una curva y dando un frenazo que hizo derrapar el deportivo.
Malú: Wow, conduces mejor de lo que esperaba-
Vanesa: Gracias- se le subieron los colores.
Malú: ¿Has competido alguna vez? Creo que lo harías bastante bien con algo de práctica-
Vanesa: Qué va..- bajaron del coche y sacaron las maletas- pero cuando cumplí diecisiete, me tocó una herencia y bueno.. me compré un coche- Malú escuchaba atentamente- y vaya, todos hemos tenido veinte años, el pobre no me aguantó ni cinco años, lo reventé en circuito-
Malú: Vaya, vaya... así que a la licenciada y letrada Martín, le gustan por demás las carreras clandestinas y los circuitos cerrados...- Vanesa rió avergonzada.
Vanesa: Sí, bueno... hace mucho ya que no voy a ninguno. Recuerdo lo mucho que me desestresaba después de la universidad-
Malú: Podríamos ir otro fin de semana- la miró- tú contra mí-
Vanesa: ¿Estás segura?- le extendió la mano en señal de acuerdo.
Malú: De nada podría estarlo más- le cogió la mano y la apretó- mira que podríamos acabar muy mal siendo tan competitivas... no me gusta que me ganen-
Vanesa: Y yo no sé perder-

Todas las mujeres que habitan en mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora