Capítulo 25.

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A las nueve, la alarma de la abogada sonó. Era hora de trabajar, y aunque la directora le prometió su ayuda, le dejó un beso en la frente y no quiso despertarla.
Malú le había advertido de la existencia de los sensores de movimiento en la planta baja, y que aquello sonaría muy fuerte como se le ocurriese bajar las escaleras sin desactivar la alarma.
Por suerte para ella, aquel hogar era suficientemente grande como para poder trabajar a gusto sin despertar a la dueña. Cogió su ropa del suelo, y con pudor se metió al baño y se miró al espejo.
Te estás follando a una mujer, Vanesa Martín- se dijo. Se dio un aprobado guiñándose un ojo y sonriéndole a la abogada del espejo. Sí, definitivamente, te la estás follando. Se vistió y se lavó un poco la cara. Tenía ojeras aunque no demasiadas. Le había pasado factura el acostarse tan tarde.
Se sentó en la sala de trabajo que la directora tenía exclusivamente para eso. También se lo había comentado anoche.
Empezaba el ciclo de ventas largo. Fenomenal. Ya se había hecho con los cortos, la idea de la empresaria de llevarlos en paralelo había dado resultado. Se sintió orgullosa consigo misma. 
Tras hora y media sumergida en sus temas legales y laborales, la directora irrumpió en la sala.
Malú: Buenos días, madrugadora- se apoyó en el marco de la puerta- he hecho café- esta vez se acercó y le dio un beso rápido a la letrada.
Vanesa: Muchas gracias- le cogió la taza de las manos.
Malú: ¿Qué tal lo llevas?- le abrazó por detrás, con Vanesa aún sentada en la silla.
Vanesa: Podría llevarlo peor- la directora le echó un vistazo al PDF de la abogada. 
Malú: ¿Puedo?- le señaló el portátil.
Vanesa: Todo tuyo- la empresaria se agachó y giró el ordenador poniéndose ella en frente.
Malú: Ah bueno, ya has empezado el más complicado-
Vanesa: Sí, los otros los he terminado esta semana-
Malú: Eso está fenomenal. ¿Te tomas un descanso para tomarnos el café tranquilamente y después nos ponemos las dos?- la letrada asintió y giró su silla para que la directora se sentase en su regazo- me gusta tener compañía por la mañana- le dio otro beso. Había decidido que no se aguantaría más las ganas de hacer y decir lo que quisiera. Y cierto era que le apetecía besar a la abogada todo el rato desde que se conocieron.
Vanesa: A mí también me gusta- le devolvió el beso.
Malú: ¿No quieres desayunar nada? Puedo hacer algo en un momento-
Vanesa: No te preocupes, estoy tan nerviosa por coger un coche hoy, que no me entra nada en el estómago- la directora se rió.
Malú: No deberías estar nerviosa... total, sabes que vas a perder- se terminó su café.
Vanesa: No estaría yo tan segura, directora- las dos sonrieron al mismo tiempo.
Malú: Venga, pongámonos a ello que tengo ganas de terminar e irnos al circuito- acercó otra silla para sentarse a su lado y se puso las gafas que tenía encima de la mesa- bueno, ¿por dónde empezamos?-

Después de compartir cientos de besos en la ducha, ambas estaban preparadas para salir de casa. La empresaria había llamado para corroborar que habría hueco para alquilarlo ellas.
Malú: Bueno, tendrás que elegir un coche- hizo mención de bajar al garaje.
Vanesa: ¿Tuyo? Estarás de coña, ¿no?-
Malú: Hombre amiga, puedes correr con tu Volvo, pero dudo mucho que tuvieses posibilidades de ganar entonces-
Vanesa: Malú, yo alquilo uno allí-
Malú: No seas pesada, te vi conducir el Porsche todo el camino a Nueva Jersey. Sé que lo haces bien. No pasa nada-
Vanesa: No es lo mismo-
Malú: Venga, vamos-
Vanesa: Malú, no es esto lo que acordamos...-
Malú: ¿Sólo me llamarás por mi nombre cuando estés enfadada?-
Vanesa: Enferma me pones- accedió a regañadientes y acompañó a la empresaria de la mano a la planta más baja de la casa. La colección de coches ya la había visto antes, pero nunca tan de cerca.
Malú: Yo me quedo con el R8, me dará suerte- le guiñó un ojo volviéndola a besar-¿Tú?-
Vanesa: Yo estoy enamorada de todos ellos-
Malú: Mmmm tengo un AMG que te gustará-
Vanesa: GT R supongo, ¿no? Sino no tendré nada que hacer-
Malú: GT R Pro, para ser más exactos. Vente- le dio la mano y la llevó a la segunda parte del garaje, destapó el coche y cogió las llaves de un colgador- entero para ti-
Vanesa: ¿De cuánta potencia hablamos?- aceptó cogiendo las llaves.
Malú: Casi seiscientos. Tranquila, estará igualada la cosa-
Vanesa: Va, arranca que no llegamos. Te sigo, ¿vale?-
En menos de veinte minutos estaban las dos entrando en el recinto. Malú bajó del coche y fue directa a saludar a su amigo. La abogada se acercó cuando terminó de aparcar. 
Charlie: Bueno, ¡por fin veo a mi chica favorita!- le dio dos besos a la directora y pasó un brazo por encima de sus hombros. Vanesa lo vio desde lejos.
Malú: ¿Qué tal va todo por aquí? Hace tiempo que no vengo-
Charlie: Bien, muy bien. La inversión está dando resultado-
Malú: Mira Charlie, esta es Vanesa. Vanesa, este es Charlie, él nos ha reservado el circuito para nosotras-
Vanesa: Encantada- le dio dos besos cordiales.
Charlie: ¿Te atreves a hacerle frente a Malú? La muchacha tenía futuro aquí-
Vanesa: Bueno, lo vamos a intentar- la empresaria se rió avergonzada por el piropo de su amigo.
Malú: Es buena. Sé que estará muy igualada la carrera de mañana-
Charlie: Pues venga chicas, os cuento un par de cosas y os preparáis para empezar-
El hombre caminó un par de pasos por delante de ellas. Lo justo para que no las escuchara hablar.
Vanesa: Es muy amiguito tuyo, ¿no?-
Malú: Cariño, todo tiene su precio. Lo conocí en la universidad y no ha dejado de intentar acostarse conmigo desde entonces-
Vanesa: Pobre infeliz- aquel comentario hizo reír a la directora. 
Después de explicarles las normas de seguridad por protocolo y las instalaciones, arrancaron y dieron un par de vueltas tranquilamente, calentando el motor. A la tercera empezaron fuerte, la directora tomando curvas a fuego, casi sin margen de error, y la abogada apurando las frenadas para recortar tiempo. Cuando la del escote metió el coche por el interior para adelantar a la de la americana, ésta tuvo que obligarse a frenar y abrirse. Definitivamente, la letrada estaba dispuesta a hacer un mejor tiempo.
En la recta de la línea de meta, Malú aceleró de más, poniéndose a la misma altura. Vanesa redujo una marcha, haciendo que el coche tirase un poco más que el de la empresaria, que hizo lo mismo al ver que la abogada le adelantaba de nuevo. El Audi revolucionado, volvió a reducir, pegando ya el corte. De nuevo pasando a Vanesa. Ganó la posición en la próxima vuelta, impidiéndole a la letrada adelantar, cerrándole en las curvas. Y otra jugada maestra de la de Brand & Cooper para ponerse delante.
Pararon los coches en la zona de boxes.
Malú: Eres mejor de lo que esperaba. Bien jugado- le dio un beso a su mujer.
Vanesa: Gracias. Lo mismo digo, cariño- le devolvió el beso y una palmada en el culo. Charlie salió de uno de los garajes y fue directo a ellas.
Charlie: Wow chicas, enhorabuena. Sois buenísimas- les dio la mano a ambas- estáis invitadas cuando queráis- 
Malú: Gracias, Charlie-
Charlie: Malú, ¿puedo hablar contigo un momento?- se metió de nuevo en el garaje esperando que la directora fuese detrás.
Malú: Dame un minuto- de nuevo besó a la letrada.
Vanesa: Espero no tener que demandarle- le sonrió antes de irse.

Todas las mujeres que habitan en mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora