Capítulo 53.

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Pasaban las ocho cuando cruzó la alfombra negra e impoluta que iba desde la puerta giratoria hasta el largo mostrador de la recepción. Se sentía como una prostituta a la que toda persona presente en la sala, miraba. Aunque no fuese así, su cuerpo le indicó que mirase hacia el suelo, que agachase la cabeza, como si debiese sentir vergüenza. ¿Debía avergonzarse por aquello? Aquella pregunta resonó dentro de ella durante los cuatro segundos que tardó en presentarse ante las chicas.

- Buenas noches, tenía una reserva a nombre de Vanesa Martín- se mantuvo quieta pero impaciente hasta que la joven verificó aquello. Visualizó pronto el caro reloj que lucía en su muñeca.
- Aquí tiene. Habitación 296, planta tres. Los ascensores están a su izquierda-
- Muchas gracias-

Observó detenidamente hacia arriba, los espejos eran abundantes a su alrededor y hacía de aquello, algo más grande. Fácil era que tuviese al menos doce o catorce pisos en altura. Una barbaridad. Malú fue la culpable de volver a su cabeza, dándole un vuelco a su estómago. La imaginó cenando una ensalada y durmiéndose en el sofá con Anatomía de Grey en la televisión, tranquila, mientras ella seducía a otra mujer. Que todo fuese por su reputación y la de su directora.
Cogió aire antes de entrar al ascensor, de donde salieron una mujer de apenas veinticinco años regalándole los oídos a un hombre que rozaría con facilidad los cincuenta. De nuevo la idea de parecer una señorita de compañía volvió a su cabeza.
Abrió la puerta de la habitación que hoy sería testigo de su buen trabajo. Se sentó en la cama, debía pensar bien cómo iba a actuar y qué cosas podía o no decir. Se lo tenía perfectamente sabido, pero no estaba de más darle un repaso a sus pensamientos.

Cuando menos lo esperaba, tres toques en la puerta la sacaron de su mundo imaginario en el que estaba absorta.
Se desabrochó dos botones más de la camisa, se colocó el escote a su manera, se miró al espejo y abrió decidida.
La fotógrafa resopló dos veces mordiéndose el labio cuando la vio. Era realmente atractiva. Se lanzó a su cuello en seguida, y Vanesa, tímida pero sin mostrarlo, colocó sus manos en su espalda. Deseaba que fuese Malú la que le mordiese la nuca en ese momento.
Cuando quiso darse cuenta, le estaba quitando la camiseta a la fotógrafa. No podría decir que ella estaba excitada, pero sí se sorprendió así misma. Sus ojos verdes se volvieron marrones por un momento. Le empezó a sobrar la ropa, y se lo hizo saber a Foster profundizando el beso. Se tumbó en la cama debajo de ella, tomándoselo en serio.
Le apartó un segundo con la mano. No podía hacer aquello. Debía pararlo cuanto antes.
Vanesa: Jane, los negocios primero. ¿Dónde están las fotografías?-
Jane: Creo que es justo- se levantó de la cama- Has venido y eso importa. Ten- rebuscó en su bolso para darle el pendrive a la abogada. Estaba notablemente excitada y no quiso entretenerse demasiado en entregárselo.
Vanesa: ¿Cómo sé yo que son la única copia?- se lo guardó en el bolsillo trasero de su pantalón.
Jane: Tendrás que fiarte de mí. Soy una mujer de palabra- por sorprendente que fuese, vio verdad en sus ojos. La tenía calada y sabía que esta vez no mentía.
Vanesa: Verás, Jane...- cogió su camisa del suelo y se la colocó- Te has confundido- comenzó a abrocharse los botones- Entre tú y yo jamás habrá algo más que palabras de cortesía. Mírame bien porque será la última vez que me veas. Quiero a Malú, y ella no necesita hacerme chantaje para acostarse conmigo, ni me trata como una fulana, con ella me apetece- la miró de forma intensa por primera vez- además, el sexo con Malú es increíble- le guiñó un ojo, sonrió por inercia al acordarse de algún que otro encuentro sexual y se sentó en la cama para ponerse sus zapatos- Lástima que no puedas probarlo- La fotógrafa la miraba aún medio desnuda- Creo que habías olvidado que soy abogada, que el mundo legal es lo mío, y que la difusión de imágenes sin consentimiento y la invasión de la privacidad, son delito. Procura no acercarte más a mí y, por supuesto, tampoco a Malú. Ve cancelando la sesión de fotos que tu empresa le iba a dar a Fraday Lorence, y la habitación no está pagada, espero que tengas dinero para ello. Nada de esto saldrá de mi boca si haces las cosas bien. Buena vida, Foster- cerró la puerta de un portazo y bajó por la escalera. Demasiada tensión acumulada.
No quiso esperar hasta mañana, miró el reloj, aún no era tarde. Se presentó en el porche de la directora y llamó al timbre apurada, con prisa.
A Malú le extrañó que llamase alguien a esa hora, y abrió preocupada cuando por la cámara vio que era Vanesa.
Malú: ¿Cómo tú por aquí? ¿Todo bien?- la abogada asintió- Pasa, anda- le ayudó a quitarse la chaqueta y la colgó en el perchero- ¿Has cenado? Puedo prepararte algo- negó con la cabeza sin hablar- Bueno.. pues tú dirás- le tendió el pendrive con la mano, la empresaria la miró frunciendo el ceño- ¿Qué significa esto?- se puso seria de repente.
Vanesa: Son nuestras fotos íntimas-
Malú: ¿Cómo?- se movió deprisa cruzando por el salón.
Vanesa: Jane no nos volverá a molestar más. Esta es la única copia de la fotos- la letrada la siguió detrás.
Malú: ¿El tema está resuelto?-
Vanesa: Así es-
Malú: ¿Cómo lo has hecho?- se sentó en la silla de su despacho y encendió el ordenador.
Vanesa: Mejor no preguntes...- la abogada se agachó para ver la pantalla y la directora la miró preocupada.
Malú: ¿Qué has hecho?- 
Vanesa: Jane me quiso encantar el camino hasta su cama a cambio de estas fotografías-
Malú: ¿Te has acostado con ella?-
Vanesa: ¡Ya le gustaría!- le besó la cabeza en forma de consuelo- Ayer me llamó antes de la cena, y me ofreció la posibilidad de conseguir las imágenes si me acostaba con ella. Acepté, he quedado hace un rato, a las nueve, en el Row-
Malú: No me gusta que me lo escondas, Vanesa. Podrías haberme avisado-
Vanesa: Lo sé, pero no habrías aceptado la oferta- se miraron ambas un segundo- Sí, han sido dos besos y me ha visto sin camisa, pero tengo lo que querías-
Malú: No lo quería de esta forma-
Vanesa: ¿Cómo iba a ser sino? ¿Preferías demandarla, desembolsar un gran cantidad de dinero y darle razones a la prensa para criticar tu revista?- alzó el tono aunque sólo lo justo para hacerla entrar en razón- Esto ha sido mucho más fácil-
Malú: Sí, pero no es el precio que quería. No puedes venderte, no me gusta-
Vanesa: Tranquila, yo estoy bien- le acarició la pierna antes de ponerse de pie de nuevo- Aunque siento decirte que tendrás que buscarte una empresa de fotografía para tu fiesta, la de Foster está descalificada-
Malú: Es el menor de mis problemas, no pasa nada-
Vanesa: Y ahora, vamos a ver qué tan guapas salimos en las fotos-

Todas las mujeres que habitan en mí.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora